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El 2020 también importa

Alejandro Radonjic 12 junio de 2019

Por Alejandro Radonjic

Miguel Angel Pichetto tiene diversas virtudes políticas. “Es un hombre de Estado”, tal como lo definiera Mauricio Macri en Twitter ayer por la tarde. Sin embargo, su atractivo electoral no está en su lista de virtudes y cuenta, sobre su experimentado lomo, más derrotas que victorias. Su discurso y su estética lo alejan del prototipo del político posmoderno cool. Es un hombre que sonríe poco y tampoco es tan conocido por el gran público.

Entre los posibles vices amarillos (un color que ayer se diluyó más aún, por cierto) había figuras más taquilleras en las urnas que ofrecieran a un golpeado Macri ese plus que hoy necesita para pasar a la delantera y acortar la brecha con los FF. “Como Alberto Fernández a Cristina, la incorporación de Pichetto no le suma votos a Macri”, dice el analista político Ignacio Labaqui ante El Economista.

Eso no implica, sin embargo, que su designación como “VP” no tenga, por detrás, cierta ingeniería y lógica electoral. Entre ellas, y quizás centralmente, figura la búsqueda de desarticular Alternativa Federal. Una tarea para la que los propios federales hicieron más que nadie, por cierto. La próxima ficha que debe moverse está en Salta y el run-run vespertino de la tarde de ayer era que Juan Manuel Urtubey desistiría de su inviable pretensión presidencial. “Resta definir qué hace Urtubey, si lo bajan y va de primer candidato a diputado por Cambiemos, como se rumorea o va a las PASO”, dice Axel Cardin (Bull Market Brokers) ante El Economista. Sin embargo, eso no constituye per se un cambio de panorama: en rigor, el gobernador de Salta mide muy poco.

¿Y Don Roberto?

La gran duda es Roberto Lavagna y su despoblada criatura, Consenso 19. Más allá de su elevada estima por Pichetto, parece dudoso que el ministro de Economía de Néstor Kirchner desista de su pretensión presidencial, si así puede llamarse, y las primeras declaraciones, flanqueado de Margarita Stolbizer y Miguel Lifschitz, apuntan en ese sentido. Su cálculo debe ser que, sacando unos 10 puntos en las PASO, puede jugar algún rol hacia octubre en el marco de una negociación política. No sería la primera vez que lo hace. El impacto de la novedad sobre el lavagnismo, sostienen los analistas, es ambiguo.

Por un lado, puede darle algo de carretel a su candidatura, recolectando desencantados a diestra y siniestra. Después de todo, será el único habitante de la (menguante) tercera vía que no quiere a Macri ni a Cristina.

Sin embargo, el grueso de los analistas piensa que la movida ajedrecística del Jefe de Estado deja esa vía sin aire y oxígeno político. “Esto termina de matar a la amplia avenida del medio, que hoy ya es una callecita”, dice Labaqui y proyecta que más del 80% de los votos irán a Cambiemos o Unidad Ciudadana, algo que no ocurría desde 1999. “Será una elección muy competitiva y con ambas fuerzas migrando hacia el centro”, amplía. “Desapareció la avenida del medio y Lavagna quedó mal parado”, suma Cardin. Para agotar las metáforas, se podría decir que se encimaron las veredas. “Vamos a hacia una polarización feroz”, dice un avezado consultor desde el off the record.

Es el 2020, estúpido

Así, la inclusión de Pichetto está más ligada a la gobernabilidad que a las elecciones. En otras palabras, tienen más que ver con 2020 que con 2019. “Si tanto Cristina como el Gobierno hacen movidas pensadas más en la gobernabilidad que en los votos que aportan, quiere decir que tanto desde el kirchnerismo como Cambiemos, están avizorando un escenario muy complicado después de las elecciones”, dice Labaqui. “No es el tiempo de la pureza y responde al pedido de ampliación de Cambiemos que pedían, entre otros, los radicales”, argumenta. “Si ganan, Pichetto es el hombre para negociar en el Congreso todas las reformas que no salieron durante el primer mandato”, agrega Cardin. La lista de reformas es extensa y, como ya dijo Macri, la intención de un posible segundo mandato será “acelerar”. Más aún si se renegocia el Stand-By Agreement con el FMI y se vira hacia un Extended Fund Facility (EFF). Parece, además, haber comunión ideológica entre el hombre oriundo de Banfield y Macri. Es más, en algunos tópicos, Pichetto está a la derecha del líder de Cambiemos.

Modo “bull”

Los mercados celebraron la novedad y poco parece haber pesado la decisión atlética (metáfora para la famosa garrocha) de Sergio Massa. El riesgo país se desplomó casi 10% y se metió debajo de las 850 unidades y papeles como el de Supervielle subieron hasta ¡18%! en la plaza neoyorquina. A su vez, el S&P Merval trepó 5,02% operando el volumen más alto de todo 2019: $2.161 millones. ¿Durará el veranito?

Si bien el dólar no registró el “efecto Pichetto”, bajó 20 centavos hasta $44,70 (MAE) y varios aventuran que la pax cambiaria que rige desde el 29 de abril puede haberse comprado algunas ruedas o semanas más. Como en un círculo virtuoso, eso alimentará los números electorales oficiales y redundará, a la postre, en una mayor estabilidad cambiaria. Se verá y es un error dar por muerto a la divisa. Hasta ahora, solo puede decirse que el mercado aprobó la fórmula M-P.

“Es una señal de que el Gobierno buscará un segundo mandato sobre la base de una idea de coalición, en lugar de negociar ley por ley. Este giro es leído positivamente por el mercado ya que facilitaría al gobierno llevar adelante la compleja agenda de reformas estructurales necesarias para crecer sostenidamente. Hablamos de garantizar la solvencia fiscal a largo plazo, abrir la economía y mejorar la competitividad sistémica. En este marco, los precios de los activos hoy reflejaron no solamente un hecho político sino también un cambio potencial en las condiciones estructurales”, argumenta Nery Persichini desde GMA Capital.

“Con el anuncio de la fórmula, Cambiemos ataca simultáneamente un problema inmediato y otro poselectoral”, dice, en consonancia, Adrián Yarde Buller desde Grupo SBS. “Por un lado, está la cuestión electoral, con Pichetto como una figura que potencialmente podría aumentar el caudal de votos que llega desde el peronismo antikirchnerista. Esto es fundamental sobre todo para fortalecer la posición del Gobierno de cara a la primera vuelta, que es adonde el kirchnerismo parece estar apuntando todos los cañones. Al mismo tiempo, con la elección de alguien ajeno al partido se logró responder al pedido del radicalismo de ampliar Cambiemos y las primeras declaraciones de sus referentes sugieren que están conformes con la decisión”, amplía.

Por otra parte, señala, “la decisión parece también estar orientada a las necesidades políticas que tendría un potencial segundo mandato de Macri. Básicamente, si Cambiemos reelige tendrá que encarar rápidamente una serie de reformas que requerirán de consensos más amplios, y en este sentido una figura como la de Pichetto puede crear condiciones mucho más favorables para que esto suceda”.

En resumen, concluye Yarde Buller, la decisión de incluir a Pichetto parece mejorar las perspectivas de continuidad de políticas a partir de 2020 y, a la vez, sienta bases más sólidas para cuando sea momento de buscar los consensos políticos requeridos para aprobar las reformas estructurales que necesita Argentina.

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