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Las empresas están sintiendo el impacto de la cuarentena

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Luis Varela 26 mayo de 2020

Por Luis Varela

El ministro de Economía Martín Guzmán, está renegociando la deuda. Y en la presentación de la oferta, en vez de pagar US$ 100 por cada US$ 100 adeudados, propuso pagar US$ 38 y, no solo eso, indicó que la intención es que en los primeros tres años no va a pagar nada y que, además, después de esos tres años piensa pagar tasas de interés, como lo hacen Suiza o Japón.

Esa presentación realizada ante la Security Exchange Commission de Estados Unidos, como era de esperar, fue rechazada. De movida, a los tres minutos de conocerla, todo el mundo sabía que nadie la iba a aceptar. Y, de hecho, se dijo que el 85% de los tenedores los bonos bajo legislación extranjera no aceptaron. Pero ese número de rechazo no se publicó oficialmente. Hay quienes dijeron que fue aún mayor.

Y además, esa no es la deuda total de Argentina. El país debe US$ 320.000 millones en bonos, de esa cantidad US$ 68.000 millones están bajo ley extranjera y hay bonos por otros US$ 252.000 millones bajo ley nacional, que fueron reperfilados, defaulteados, de manera unilateral. Con los bonos ley extranjera hay algún estruendo, porque los que definen son jueces que intentar hacer que los contratos se cumplan. En Argentina ya hay 16 jueces que recibieron amparos de bonistas locales.

En este momento, Argentina tiene una deuda equivalente al 88% del PIB. En ese sentido, no es una deuda alta. Hay otros países que tienen deudas mucho más abultadas. Japón, por ejemplo, debe el 237% de su PIB, Grecia el 176%, Italia el 133%... Estados Unidos, Bélgica, España, Francia, Canadá, Gran Bretaña tienen deudas más importantes que Argentina con relación a sus PIB.

¿Por qué hay tanto problema entonces con la deuda argentina? Sucede que vivimos en un mundo interconectado, en el que hoy justamente en medio de la pandemia la plata se regala. Países como Grecia, Italia, Corea del Sur, Australia, Portugal, Singapur, España, Nueva Zelanda y Canadá consiguen plata a 10 años pagando entre 0,5% y 1,7% anual si salen a colocar bonos. El dinero barato en estos días es lo que sobra.

¿Por qué les prestan? Porque cumplen con sus pagos. No hacen cortes de manga, cumplen con la palabra empeñada. Pero qué pasa con Argentina, el viernes, este Presidente -que dijo “ustedes saben que les voy a pagar” haciendo una oferta sin pagar un solo dólar bajo su mandato- hizo que Argentina cayera en su noveno default de la historia. No fue la primera vez. Ya había sucedido en 1827, en 1890, en 1951, en 1956, en 1982, en 1989, en 2002 y en 2014.

Alberto decidió no pagar tres bonos amparados bajo la ley Nueva York (los títulos AA21, AA26 y AA46) y el mismo día en el que no pagó dijo, reitero, sin ponerse colorado: acepten la oferta que les hacemos, ustedes saben que vamos a pagar. Y lo peor del caso es que la inversión del mundo no mira a los presidentes por sus nombres o apellidos. Para los que invierten es Argentina la que no cumple, y la que queda afuera del sistema.

Ahora, tras presentar la primera oferta, que sabían perfectamente que muy pocos iban a aceptar, el ministro Guzmán rea

lizó una nueva promesa de que va a presentar una oferta algo mejor el 11 de junio.

Y así llegarán al 31 de julio, donde ahí sí las papas quemarán. ¿Por qué esa fecha es más certera? Ese día se cumplirán los treinta días de gracia si no se llegan a pagar los bonos Par y Discount que se entregaron en el canje de 2005. Y, si esos papeles no se pagan, se abrirá la posibilidad de que vaya para atrás toda la reestructuración carísima que hizo Roberto Lavagna durante la presidencia de Néstor Kirchner, y podrá abrirse una verdadera Caja de Pandora.

En paralelo con toda esa dificultad, en línea con lo que les sucede a todos los países de la región, Argentina empieza a sufrir los peores días de la pandemia. Por la llegada del clima frío y por el traslado del virus hay crecimiento de contagios y de muertes. Por ahora Argentina no sufre de manera tan virulenta como Brasil, México, Perú y Ecuador, que ya sufren entre 3.000 y 23.000 muertes, cifras que asustan. Frente a eso, Alberto Fernández hizo una declaración muy precisa. Dijo: “No nos enamoramos de la cuarentena, como algún tonto repite. La cuarentena se mantendrá todo el tiempo que sea necesario. Está visto que es lo que tenemos que hacer”.

Pero al mismo tiempo, en marzo, medido contra el mismo mes del año anterior, la actividad económica se desplomó 9,6% interanual, y eso que marzo tuvo una sola semana de cuarentena. Expertos casi infalibles como Orlando Ferreres calculan que en abril la actividad habría caído 20%, y en mayo también habrá un número igual de preocupante.

Sin actividad económica, el 80% de las empresas está sin funcionar, y el Estado dice ayudar entregándoles $10.000 a las personas sin recursos (que significan una buena compra en un supermercado), y también se hace cargo de pagar una parte de los salarios de las empresas en problemas.

En este marco, las compañías que cotizan en Bolsa, y que son apenas un indicador de lo que ocurre en el país, ya empiezan a presentar sus balances trimestrales, con cierre a marzo, mes que -reiteramos- tuvo una sola semana de cuarentena.

¿Cuáles son los resultados presentados hasta ahora? Sobre 94 empresas cotizantes, 27 ya presentaron sus estados contables en tiempo y forma, y el resto los irá presentando en los próximos días. De las 27 empresas que cumplieron, cuatro pasaron de perder a ganar dinero, siete tuvieron ganancias reales más altas que en el primer trimestre del año pasado, es decir, superiores a la inflación. Y las otras 16 estuvieron debajo de la línea. En este grupo siete empresas tuvieron ganancias, pero más chicas que las obtenidas el año pasado. Hubo 3 firmas que achicaron su pérdida, pero siguieron perdiendo. Dos compañías que aumentaron su pérdida. Y, lo peor de todo, cuatro empresas que pasaron de ganar a perder dinero.

En suma, sobre los balances presentados hasta ahora, con un trimestre en el que reiteramos hubo una sola semana de cuarentena (el segundo trimestre será mucho peor), el 40% de las empresas pudo presentar balances en buenas condiciones, pero el 60% mostró estados contables para atrás. Y estos números son de empresas que integran ese reducido sector de compañías que trabajan completamente en blanco.

La cuarentena está haciendo mucho daño. Y si el default se concreta, el bloqueo al crédito provocará más estragos. Si no se arregla, el financiamiento quedará sumido a la emisión de pesos, ya que las licitaciones en pesos que realiza Guzmán (ya hizo 39) están obteniendo poco resultado, y se van convirtiendo en un reperfilamiento tras otro.

En realidad, nadie sabe, de qué modo harán Fernández y Guzmán para seguir funcionando. Hasta ahora no se presentó un plan que muestre un país sustentable. El gasto público excede a lo que se recauda con los impuestos más altos de la región. Con este nivel de presión tributaria no hay creación de empresas. No hay quién invierta un solo peso nuevo. Y sin creación de empresas, no habrá empleo, y sin empleo, habrá más gente desesperada, mirando por la ventana.

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