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Propuesta concreta e inmediata para salvar la cadena de pagos

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01 abril de 2020

Por Gustavo Lazzari Economista y empresario

¿Qué es la cadena de pagos?

Los comercios, distribuidores, fabricantes y productores primarios son empresas que venden sus productos utilizando distintos medios de pago. El más usado es el cheque. Los cheques son órdenes de pago que el librador se compromete a efectivizar en la fecha de pago estipulada. Un cheque puede pasar por distintas manos cancelando pagos en distintos eslabones de la cadena.  Incluso también pueden cambiar de cadena.

Esto va constituyendo una cadena comercial de crédito basada en la confianza mutua. Cuando un cheque no puede ser cubierto, y es rechazado por el banco, la cadena da todos los pasos inversos. Así pasa del último depositante a su cliente y sucesivamente hasta llegar al librador original quien repone el efectivo.  Esta cadena funciona espontáneamente. Es un mecanismo que encontró el mercado a fin de suplantar la ausencia total de crédito financiero.

Nota de color: nótese que un cheque tiene cientos de marcas de números, letras y códigos  a mano que son puestos por quienes lo recibieron para sortear la barrera legal de los tres endosos.  Un cheque tranquilamente puede pasar por diez o veinte manos antes de ser depositado.

¿Por qué es vital la cadena de pagos?

La cadena de pagos vía cheques es el único y más importante instrumento de crédito entre empresas privadas que existe en Argentina.  No es tema de este artículo, pero la inflación y la falta de ahorro consecuente destruyeron el volumen del crédito. En Argentina, el total del crédito financiero (Bolsas, mercados, fondos, bancos) no llega al 15% del PIB.  En Chile 115%. Además el estado absorbe casi la totalidad de ese crédito dejando poco y nada para los particulares.

Los cheques posdatados son un instrumento único y esencial de crédito.

En otros países, el crédito lo ofrecen los bancos. La relación cliente-proveedor es mucho más fluida. Con mayor velocidad un proveedor se hace del efectivo y por lo tanto los negocios son más rápidos, transparentes y ligeros. En un país normal “venta es casi sinónimo a cobranza”. En Argentina son dos conceptos totalmente distintos.

Ex profeso, en esta nota no hago ningún comentario respecto a la cuestión impositiva, que embarra aún más este delicado mecanismo.

La cadena de pagos y la cuarentena

La cuarentena inmovilizó el clearing bancario.

El cierre de sectores claves como turismo, gastronomía y todo lo no “esencial” hizo que la actividad económica se desplomara también para las actividades que seguían trabajando. La economía es un sistema de vasos comunicantes.

Esta menor actividad económica torna imposible la cobertura de los cheques porque, al igual que las personas, las empresas también viven al día.  Son muchos los comerciantes profesionales y empresarios pyme (y no tan pyme) que empiezan a respirar a las 15hs una vez que lograron cubrir los bancos.

Por lo tanto, salir de la cuarentena requería inexorablemente un sistema de crédito para todos esos cheques que no se pudieron cumplir por falta de actividad acumulados entre el 19/3 y el día de apertura del clearing. Además era necesario un sistema de créditos automáticos para afrontar el pago de los cheques hasta la liberación total de la cuarentena que aún no tiene fecha.

Nada de eso sucedió.

La apertura del clearing de esta semana generó un tsunami de cheques rechazados.

El BCRA dispuso que “si hubiera rechazos, será por fuerza mayor y eso no manchará la relación con los bancos  ni las bases de consulta de crédito”.

Nuevamente no se entiende el sistema.  El cheque es un instrumento entre gente productiva. No interesa tanto la “mancha” con el banco sino la relación con el proveedor que debió cobrar la obligación.

Para un privado la persona a seducir es otro privado, no el banco.

Así, el tsunami de cheques rechazados aún por fuerza mayor lesiona e hiere de muerte la cadena de pagos, con ello el suministro de mercaderías y servicios y el andamiaje productivo. Mucha pymes rodarán en el camino y tras ello empleos y salarios se desplomarán.

Un error no forzado tremendo del BCRA y el sistema financiero.

¿Cómo se soluciona? Propuesta Concreta

El BCRA bajó los encajes, efectivizó Leliq otorgando al sistema bancario cerca de $500.000 millones para que ofrezcan créditos a las empresas para pagar salarios.

Vemos que el problema ahora se duplicó. No solo es necesario pagar salarios sino también evitar la ruptura de la cadena de pagos.

Pues bien,  los bancos para prestar tienen ciertas normativas propias y otras dependientes del BCRA. Nada de eso se armonizó, nada se adaptó. Los bancos no dieron respuesta en ningún momento y los días pasan y la cadena de pago se deteriora y el pago de salarios va creciendo en incertidumbre.

Armonizar la normativa de cada banco, que la misma sea informada a cada oficial de cuenta (que está encima en teletrabajo) y que cada uno se comunique con las empresas es una quimera inviable.

Tras años de prestarle al estado comprando Leliqs y Lebacs al 75% los bancos perdieron gimnasia y empatía con el sector privado.

No en vano decimos que “las pymes somos la lepra de los bancos”.  Los requisitos que los bancos exigen a las pymes son incumplibles desde lo físico (kilos de papel certificado por escribano y /o colegios de contadores) hasta lo conceptual tales como impuestos al día, créditos al día, tres balances con ganancias, garantías reales o financieras y por poco, colesterol debajo de 200.

Eso hace que hoy muchas pymes no tengan carpetas limpias, y por lo tanto no sean sujetas de crédito.  Aun así, tienen empleados y participan de la cadena de pagos normalmente porque la actividad se mueve a pesar de la burocracia bancaria.

La solución pasa por el crédito en descubierto automático, lineal e inmediato para todos los clientes bancarios. Dicho crédito debe ser igual al monto de los salarios declarados en el Form 931 del SUSS y al “movimiento normal y habitual de la cuenta corriente”.

Dicho crédito debe ser otorgado por el banco central, no por los bancos y la devolución será automática al bcra en forma lineal y automática a partir de un período de gracia razonable en un plazo razonable (no menor a un año). Será el BCRA quien transfiera fondos a las cuentas de las empresas y no un crédito de parte de los bancos.

De esta manera...

Los bancos no participan y sus balances y exposición al riesgo no se ven afectados. Nadie le debe al banco y el banco no presta nada. Sólo participan como vehículo informático, por lo cual sería deseable que no cobren comisiones.

El BCRA emite el dinero resultante de la masa salarial que se pague en cuarentena, y de las cámaras de cheques del mismo período. Ese dinero se absorbe en forma lineal y automática durante el período de repago. Sin dudas habrá inflación resultante (posiblemente no inmediata) si la demanda de dinero no aumenta y/o si dicho dinero no se devuelve.

El riesgo de no devolución será igual al sistémico pues los préstamos serán para toda la economía formal. En este punto debe tenerse en cuenta que “el negocio de los que hacemos negocios es hacer negocios”, no es estafar a los bancos ni al BCRA ni nada de eso. La desconfianza es sin dudas uno de las enormes causas de nuestro estancamiento secular.

Las garantías de tales préstamos puede ser el flujo de pagos de las empresas a través del sistema bancario, o bien un sistema de garantías público. Dado el carácter sistémico, el concepto de garantía resulta menos relevante. El BCRA podrá embargar cuentas de no pagadores llegado el caso.

Consideraciones finales

La cuarentena es un dato de la realidad. La mejor forma de cumplirla es garantizando la paz social. La paz social es hija del empleo asegurado y el pago de salarios.

Empleo y salarios requiere empresas sustentables y capacidad financiera. Sin trabajo no hay capacidad financiera, sin cadena de pagos no hay empresas sustentables.

Esta propuesta resuelve la capacidad financiera y la cadena de pagos vía créditos. Lejos de mi pensamiento está recurrir al BCRA pero, por razones que no vienen a este artículo, no podemos recurrir a la banca privada ni al mercado de capitales pues no tenemos moneda ni ahorro.

Esta propuesta recupera la cadena de pagos, permite la sustentabilidad transitoria y asegura el pago de salarios. Sin dudas la salvaguarda más firme para que la gente se quede en casa y cumpla la cuarentena.

Contrario sensu,  sin salarios ni empresas, la gente inexorablemente tendrá que salir a buscar el sustento como sea.

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