Según el IGA-OJF (el proxy del nivel de actividad de la consultora Orlando J. Ferreres), el nivel general de actividad registró una caída de 3,6% anual en febrero, acumulando así un contracción de 3,3% para el primer bimestre del año. Por su parte, la medición desestacionalizada (es decir, contra enero) observó una merma de 0,5% respecto al mes anterior.
“La actividad económica aceleró su caída en febrero, impulsada por los malos resultados observados en la construcción (-16,7%), en el comercio (-6,3%), y en la industria manufacturera (-1,0%)”, explicaron. Entre las subas únicamente se puede destacar a la ganadería (+5,3%), y al sector de electricidad, gas y agua (+4,1%), que creció gracias a la baja base de comparación del año pasado”, agregaron.
Así, el primer bimestre del año cerró sin mostrar signos que pudiesen prever un cambio de tendencia en la actividad y hacia adelante las perspectivas han empeorado significativamente.
“Para las proyecciones de los próximos meses lo que rige es la incertidumbre. Por un lado, faltan certezas sobre la cantidad de días que se verán afectados por la cuarentena, que en principio se extendería hasta el 13 de abril, y sobre todo, no es sencillo estimar cómo se dará y qué ritmo tendrá la dinámica de la recuperación, tanto desde el punto de vista económico como epidemiológico. Por otro lado, existe la posibilidad de que el parate afecte la generación de información estadística, perjudicando la validez de las mediciones que sirven de insumo para la estimación de nuestros indicadores. Si el mes entrante entendemos que algo así sucedió, será explicitado en el informe”, agregaron.
