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La deuda “no es sostenible” y los acreedores (privados) deben hacer “contribución apreciable”

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20 febrero de 2020

El equipo del FMI, dirigido por Julie Kozack, subdirectora del Departamento del Hemisferio Occidental, y Luis Cubeddu, jefe de Misión para Argentina, terminó su visita de una semana en Argentina y, tal como se esperaba, emitió un comunicado ayer por la tarde.

“El personal del FMI tuvo reuniones muy productivas con las autoridades argentinas sobre sus planes y políticas macroeconómicas, cuyos lineamientos han sido reiterados la semana pasada por el ministro de Economía, Martin Guzmán, en su presentación en el Congreso de la Nación. Compartimos el objetivo general de las autoridades de restablecer el crecimiento y reducir la pobreza, y al mismo tiempo fortalecer los equilibrios fiscal y externo”, dijeron, como primer punto, Kozack y Cubeddu.

Agrega el comunicado: “Las autoridades argentinas están actuando para resolver la difícil situación económica y social que enfrenta el país. Han implementado un conjunto de medidas para atacar la problemática de la pobreza y estabilizar la economía. Se ha buscado aumentar la recaudación en parte para financiar un mayor gasto social, que por lo general está dirigido a atender las necesidades de los más vulnerables. Las reservas internacionales y el peso se han estabilizado con el apoyo de los controles de capital y el superávit comercial. La inflación y las expectativas de inflación han bajado en los últimos meses, pero esfuerzos adicionales serán necesarios para reducirlas aún más desde sus altos niveles actuales. Las autoridades también se encuentran en un proceso para garantizar una resolución sostenible y ordenada de su situación de deuda”.

El personal del FMI observó, dice el comunicado, que la capacidad de enfrentar el nivel y el servicio de la deuda pública de Argentina se deterioró significativamente en comparación con el último análisis de sostenibilidad de la deuda del FMI, publicado en julio de 2019, en el contexto de la Cuarta Revisión del Acuerdo Stand-By (SBA).

“En esa ocasión, la evaluación general fue que la deuda pública de Argentina era sostenible, pero no con una alta probabilidad, dados los riesgos sustanciales, que incluían: problemas en refinanciar la deuda por el aumento de nuevas emisiones de corto plazo; vulnerabilidad de la trayectoria de la deuda pública a la volatilidad del tipo de cambio, dado que una gran parte está denominada en moneda extranjera y grandes necesidades de financiamiento externo, variable que por lo general es buen un predictor de crisis en economías emergentes”, agregaron Kozack y Cubbedu.

Desde entonces, como ya se sabe, esos riesgos a la sostenibilidad de la deuda se han materializado. “De hecho, desde julio de 2019, el peso se ha depreciado en más del 40%, el riesgo soberano ha aumentado cerca de 1.100 puntos básicos, las reservas internacionales han disminuido alrededor de US$ 20.000 millones y el PIB real se ha contraído más de lo que había sido proyectado”. Como resultado, agregan, “la deuda pública bruta aumentó a cerca de 90% del PIB a fines de 2019, 13 puntos porcentuales más que la proyección en el momento de la Cuarta Revisión”. Además, dadas las profundas dificultades de financiamiento que surgieron, desde agosto 2019 se han adoptado medidas para mitigar la fuga de capitales y extender el vencimiento de ciertas deudas. Al mismo tiempo, recuerda, se ha tenido que recurrir al BCRA para financiar parte del déficit fiscal.

A la luz de estos desarrollos, y sobre la base del análisis de la sostenibilidad de la deuda de julio de 2019, el personal del FMI ahora evalúa que la deuda de Argentina no es sostenible. “Específicamente, nuestra visión es que el superávit primario que se necesitaría para reducir la deuda pública y las necesidades de financiamiento bruto a niveles consistentes con un riesgo de refinanciamiento manejable y un crecimiento del producto potencial satisfactorio no es económicamente ni políticamente factible. En consecuencia, se requiere una operación de deuda definitiva, que genere una contribución apreciable de los acreedores privados, para ayudar a restaurar la sostenibilidad de la deuda con una alta probabilidad”, dijeron y sugirieron que sea un proceso de diálogo: “El personal del FMI hizo hincapié en la importancia de continuar un proceso colaborativo con los acreedores privados para maximizar su participación en la eventual operación de deuda”.

Por último, el comunicado sostiene que el personal del FMI y las autoridades continuarán dialogando estrechamente a medida que estas continúen avanzando en la concreción de sus planes y políticas económicas. Además, en el contexto de la próxima reunión de Ministros de Finanzas del G20, la Directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva, se reunirá con Guzmán, a efectos de definir los próximos pasos de la relación entre el FMI y Argentina.

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Satisfacción

Ayer a la noche, tras el comunicado del FMI, el Ministerio de Economía emitió el propio. “Tal como expresa el FMI, el personal del organismo coincidió con el ministro de economía y sus equipos en que se deterioró significativamente la capacidad de enfrentar el nivel y el servicio de los intereses de la deuda pública de Argentina, en comparación con el último análisis. El FMI concluyó en esta instancia que la deuda pública no es sostenible y que debe ser reestructurada mediante una operación de deuda definitiva para restaurar su sostenibilidad”, señaló. “Seguiremos dialogando estrechamente con el personal del FMI y sus autoridades, con el objetivo de profundizar una relación crecientemente constructiva, que tiene como fin alcanzar una resolución consistente de la crisis económica y social en la que está inmersa Argentina”, aseguró Guzmán.

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