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Inversores en la búsqueda del auxilio de los contadores

Conocidas las leyes de emergencia y los nuevos niveles del impuesto a los bienes personales, los inversores revisan sus carteras. Por esa razón, los bonos y las acciones de Argentina subieron. Con los 14 dólares, todos quieren saber qué impacto inflacionario tendrá esta reforma.

30 diciembre de 2019

Por Luis Varela 

Lo que le funcionó para la Nación, no está funcionando para la provincia de Buenos Aires. Sabiendo de antemano que quedaba fuera del juego, Cristina Fernández de Kirchner eligió para la Casa Rosada a un candidato moderado como Alberto Fernández. Pero su corazón le ganó a su cabeza, y para la Casa de Gobierno de la ciudad de las diagonales optó un confrontador como Axel Kicillof. Resultado, uno logró aprobar sus leyes de emergencia con mínimos renuncios. Pero Kicillof no pudo por ahora avanzar en las herramientas que quiere usar.

Veremos de qué modo logra el gobernador poder avanzar con sus pretensiones. Sus fanáticos critican a la oposición diciendo que el 75% de ABL se les cobrará a los ricos, pero lo cierto de las escalas que planteó Kicillof para el impuesto inmobiliario (con variaciones del 15%, 35%, 50% y 75%) determina que pagarán el máximo únicamente las propiedades urbanas y rurales de más de $ 680.877. Y, paradójicamente, es que los escribanos de la provincia de Buenos Aires acaban de informar que en noviembre se vendieron 7.230 inmuebles en el territorio bonaerense a un promedio de $ 2.513.220, lo cual explica por qué la oposición se opuso a semejante impuestazo.

Seguramente, emulando a Fernández, Kicillof retrocederá algo y logrará avanzar de algún modo. Y, con eso, Argentina irá a este nuevo gobierno con un nuevo y repetido ajuste de los privados (bienes personales, jubilados y retenciones), con un intento que veremos si se concreta en la realidad: un intento de licuar el gasto público sin ajustar la alta inflación actual. Y, mientras eso se digiere, se irá pagando a rajatabla cada vencimiento de la deuda hasta que se pacte una refinanciación. Por ahora, sobre la renegociación de la deuda no hay mucho. Martín Guzmán está piloteando el caso, y fiel ratón de biblioteca le pidió a todo el que quiera hacerlo, que le envíe un email con sugerencias para pagar los pasivos que quedaron de las administraciones de Cristina Fernández, Mauricio Macri y anteriores.

Por ahora nadie sabe si habrá quita, cuanto tiempo estará el país sin pagar intereses. Todo está en conversaciones, con Daniel Marx y otros funcionarios dialogando con el Fondo. Y, debe decirse, todo este avance, al menos hasta ahora, al mercado ciertamente le encantó.

En números concretos, los bonos argentinos pegaron un salto del 17% en diciembre, con algunos títulos subiendo entre 70% y 107% en lo que va del mes. En esa categoría se anotan títulos como los bonos A2M2, PBY22, TC20, AA22, TC21, PR15 y AF20.

Por esa razón, el riesgo país mostró un zig zag gigantesco. Antes de las PASO, cuando se suponía que Macri tenía chances de seguir, el riesgo argentino estaba en 800 puntos básicos. Desde ese momento empezó a subir a gran velocidad y después del 27 de octubre, cuando se confirmó que la Presidencia quedaba en manos del peronismo, el riesgo argentino llegó a 2.533 puntos básicos, un valor que no se veía desde los 6.500 puntos de junio de 2005, antes de que Argentina saliera del default.

Ahora, con este ajuste, con intento de licuar el gasto público y lograr equilibrio fiscal sin emitir pesos para no ir a la hiperinflación, el mercado compró que posiblemente la estrategia pueda funcionar y, de ese modo, en las últimas siete semanas el riesgo país bajó 762 unidades, de 2.533 a 1.771 puntos básicos.

Y los papeles privados argentinos también tuvieron una muy buena reacción, aunque no tan potente como lo que pasó con la deuda. En diciembre, mientras las Bolsas globales suben entre 2 y 4%, hasta cumbres altísimas, y el índice de la Bolsa de Buenos Aires muestra una gran ilusión: sube 21% medido en pesos, pero su avance en dólares es de 6,6%, casi 10 puntos menos que lo registrado en los bonos.

Eso sí, una decena de acciones anotaron en diciembre subas en pesos de entre 30 y 110%, por lo que ciertamente resucitaron. Arriba de todo, en la estratósfera, está el caso de Bodegas Esmeralda, que sube 109% en lo que va de este mes. Pero luego hay avances del 30% al 53% en papeles de Banco Hipotecario, Banco Francés, Morixe, Havanna, Ferrum, Banco Macro, Mirgor, Banco Supervielle, Grimoldi, Domec y Rigolleau.

Obviamente, todos estos avances son apenas una cataplasma para los que sufrieron las caídas anteriores. Con esta recuperación y todo, en lo que va de 2019 el índice de la Bolsa de Buenos Aires cae 15% medido en dólares oficiales y se destroza 29% medido en dólares blue, con muchos papeles cayendo entre 55 y 73% contra sus máximos. Y los bonos pierden 25% en dólares este año y están 41% contra sus máximos, con algunas variantes desplomándose hasta 68%.

Este empuje anotado por acciones y bonos se concretó con dos variantes financieras esenciales. El cepo cambiario, con el impuesto al dólar. Y la fuerte baja de tasas en pesos que permitió ese corsé cambiario. Con 19 días al mando, Fernández subió impuestos, tomó deuda dos veces, y está tomando dinero a dos manos de cajas alternativas (del Banco Central, de la Anses, de donde sea), todo para seguir pagando compromisos y desactivar la bomba hasta renegociar la deuda.

Las leyes de emergencia derivaron en 14 tipos de dólar diferentes. Sólo por nombrar los que más se usan y sus precios, podemos decir que el dólar cepo vale $ 82, el blue $ 78,50, el contado con liquidación $ 73,55, el dólar oficial $ 62,99, el dólar mayorista $ 59,83 y el dólar soja $ 40. Por estos dólares tan diferentes se comprende muy bien porque en el acuerdo que firmaron el Gobierno, con los empresarios y los sindicatos, quedó el campo afuera, y hay un tractorazo, con reclamos en marcha.

Con esta estructura, el ministro de Economía, Martín Guzmán, acaba de emitir cuatro Letras del tesoro en pesos, pagando una tasa promedio de 45% anual. Mientras tanto, Miguel Pesce desde el Banco Central va desactivando el stock de deuda en Leliq, que ya pagan 55% anual, por lo que las tasas de los plazos fijos fueron bajadas hasta 39% anual por plata chica y 42% anual por plata grande (cuando en setiembre se pagaba entre 58% y 63%).

En paralelo, la reforma planteada por el Presidente, castiga con altos impuestos a todo tipo de tenencias, pero premia a los plazos fijos y a los que estén posicionados en bonos argentinos, sea donde sea. Por esa razón, para no pagar tasas que llegan al 2,5%, muchos inversores se pasaron durante los últimos días buscando con desesperación a sus contadores, con una pregunta esencial: ¿qué compro y qué vendo para mostrar una posición el 31 de diciembre que me permita pagar lo menos posible?

Por eso mismo, hubo algunos analistas que advirtieron que la suba de las acciones puede ser ciertamente consistente, porque el Gobierno fomentará una serie de actividades para fomentar el consumo local y apoyar las exportaciones. Pero habrá que ver qué sucede con los bonos, una vez que pase fin de año, y ya no sean útiles para pagar menos impuestos en el cierre del año.

Lo cierto, también, es que todo el plan del moderado Alberto es para sacar las papas del horno en un momento en el que se están quemando. Por todo lo que viene diciendo parece tener una cabeza que puede comprender la idea del tributarista César Litvin quien advirtió por enésima vez que “los impuestos no tienen que ser para recaudar, sino para orientar el dinero hacia actividades que generen creación de empresas y de empleo”.

En este momento, los miles de argentinos que tienen dólares en cuentas del exterior, en cajas de seguridad o en el colchón, enfrentan además otro problema: en el mundo el dólar está por las nubes y ha comenzado a retroceder. Medido contra una canasta de monedas, el billete verde bajó 2,7% en el último mes, y parece que la perspectiva va a continuar.

En paralelo, con el dólar aflojando, las commodities empezaron a moverse de manera peligrosa. En lo que va de diciembre el petróleo sube 11%, el cobre avanza 6%, la onza de plata, el níquel y el aluminio trepan 4% y el oro sube 3%. Y el que está complicado porque los gobiernos meten la cuchara es el bitcoin, que cae nada menos que 6% este mes.

Luego de un gran período con precios internacionales tranquilos y tasas de interés por el suelo, los precios empiezan a moverse, y las tasas de interés mundiales cambiaron de dirección. En agosto la tasa a 10 años de EE.UU. era del 1,5%, y hoy ya roza el 1,9%. Y hubo mercados en los que la tasa subió mucho más: en Hong Kong pasó de 0,9 a 1,6%, en Nueva Zelanda fue de 1 a 1,6%, en Francia pasó de 0,4% anual negativo a 0,1% positivo. Y en Suiza cedió de 1,1% negativo, a 0,6% por ahora también negativo.

Las Bolsas de los países centrales están en una cumbre. Y se deberán enfrentar un momento con más inflación y suba de tasa de interés. En la Argentina venimos de cuatro meses con una inflacion promedio del 4,3% mensual (53% anual). En los próximos días se verá qué impacto tuvo la devaluación del peso en la inflación de diciembre. Los índices de precios del primer trimestre y la renegociación de la deuda serán decisivos para que se confirme, o no, si los bonos y las acciones elegidas son el buen camino que los inversores deben seguir recorriendo.

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