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Economía global, con más sombras que luces

La economía argentina estará condicionada por un contexto global en el que predominarán los datos que tendrán una influencia negativa, pero también habrá varias oportunidades para aprovechar

16 octubre de 2019

Las políticas económicas que pongan en marcha los que gobiernen a partir del 10 de diciembre estarán condicionadas por el contexto internacional que presentará luces y sombras para Argentina. La habilidad de los gobiernos está en aprovechar al máximo los ciclos favorables de la economía mundial y minimizar los costos internos cuando son desfavorables.

Los temas a tener en cuenta son el crecimiento global, el precio de las commodities, el valor del dólar, las tasas de interés y el desempeño de Brasil.

Según las Perspectivas del Fondo Monetario Internacional conocidas ayer, la economía global crecerá 3% en 2019 y 3,4% en 2020. Los pronósticos referidos a Argentina son poco alentadores porque se espera que el PIB caiga 3,1% este año y 1,3% el que viene. No se trata por cierto de una buena carta de presentación para los programas propuestos por el organismo.

La nueva jefa del Fondo, Kristalina Georgieva, había anticipado que iba a haber una corrección a la baja con relación a los pronósticos de julio y advirtiendo que se asiste a una baja sincronizada del nivel de actividad que involucra al 90% del mundo. El conflicto aún irresuelto entre China y Estados Unidos, más allá los pequeños avances registrados la semana pasada, es invocado como el principal causante del menor dinamismo mundial. Para el FMI, el comercio mundial crecerá sólo el 1,1% este año, menos aún que la proyección de de 1,2% que dio a conocer la semana pasada la OMC. Un contexto más proteccionista a partir de las decisiones de Donald Trump, y que se intensificarán medida en que se acerquen las elecciones presidenciales de de noviembre de 2020, no es una buena noticia para Argentina que necesita expandir sus exportaciones.

Las principales economías del mundo se están desacelerando y tanto Estados Unidos, China y la zona euro crecerán este año menos que el anterior y el sector industrial se contare en muchos países desarrollados.

Otro dato relevante es el valor del dólar, porque cuando se debilita, sube el precio de las commodities favoreciendo a los países que las exportan como Argentina. A partir de abril de 2018 inició un ciclo alcista que impactó en las monedas emergentes que y que Argentina sufrió especialmente por su vulnerabilidad financiera. Desde esa fecha, las materias primas mostraron una leve tendencia descendente en la que también influyó la menor demanda de China. La posibilidad de un debilitamiento del dólar con el que tanto insiste Trump depende de varios factores, siendo uno de ellos la baja de la tasa de interés en Estados Unidos, pero más importante aún es que los otros países ricos mejoren su desempeño económico para que sus monedas puedan revalorizarse. Por lo tanto, no cabe esperar un cambio importante en el corto plazo en las cotizaciones de las divisas y por lo tanto el precio de las commodities se mantendrá relativamente estable.

El nivel de las tasas de interés en Estados Unidos también tiene mucha influencia porque fija el costo del endeudamiento a nivel global y determina la cantidad de capitales disponibles para invertir fuera de los activos dolarizados. Está claro que a Argentina le conviene que la tasa haya tasas más bajas y seguramente la Reserva Federal la recortará en un cuarto de punto a fin de mes pero no hay certezas sobre lo que ocurrirá después. Por su parte, muchos bancos centrales han reducido sus tasas recientemente y algunos las han llevado a terreno negativo. En ese marco, empiezan a sentirse los límites de la política monetaria y comienza a reclamarse que también haya medidas en el plano fiscal para reactivar las

economías.

Un dato central es lo que ocurra en Brasil que es el mayor socio comercial de Argentina y el principal destino de sus exportaciones industriales. En los últimos años su crecimiento fue muy pobre y en muchos sectores aún no alcanzó los niveles de producción previos a la recesión que sufrió en los años 2015 y 2016.

Si aumentar las exportaciones es clave para Argentina, la recuperación de la demanda de Brasil es una condición para lograrlo. Los analistas del mercado esperan un crecimiento del 0,87% este año y de 2% para el que viene. Se trata de una expansión modesta, pero sería la mayor desde

De todas maneras, en los años recientes siempre los pronósticos iniciales resultaron demasiado optimistas frente a lo que terminó ocurriendo

Será un dato relevante el desempeño que tenga la industria brasileña de la cual Argentina es proveedora de insumos. La producción industrial terminará este año con una caída pero para 2020 se espera un crecimiento de 2,3%.

Si estos pronósticos se cumplen, Brasil haría un moderado aporte a la recuperación de la economía argentina.

El escenario económico internacional no será hostil para Argentina en los próximos meses pero tampoco será muy favorable.

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