El Economista - 70 años
Versión digital

mar 16 Abr

BUE 16°C

Lecturas y consecuencias del voto en las primarias de agosto

16 septiembre de 2019

Por Juan Antonio Portesi  (*)

En democracia el respeto al voto es esencial con la aclaración de que la mayoría gobierna pero con la debida consideración institucional a las minorías.

Distintas adjetivaciones han sido dadas a la democracia, hoy podríamos concluir que lo deseable es un sistema de vida donde se aúnen fundamentalmente la libertad con la justicia y la igualdad.

Cada ciudadano representa un voto;  cualesquiera sean sus condiciones personales la cola de la urna es igualitaria.

Si nos adentramos en las razones del voto obtendremos diferentes respuestas, aunque básicamente cada ciudadano se orienta hacia lo que es su interés prioritario.

No obstante, hay veces que las consecuencias de ese voto son contrarias a las deseadas por el votante. Ello sucede básicamente con aquellos que por priorizar lo inmediato o manifestar su enojo o frustración, pierden de vista los efectos de su elección.

En estas condiciones y ante la insatisfacción por la situación actual, el voto pasa a ser “voto-castigo” y tiende a aniquilar cuanto le perturba al ciudadano en lo inmediato, sin advertir que está destruyendo el futuro ya sea de manera irreversible o muy difícil de solucionar. El votante llega muchas veces a esta instancia como resultado de la desesperanza, luego de haber padecido situaciones adversas frente a las cuales “aprendió” a creer que nada de lo que se haga podrá cambiar la realidad y entonces procede a aceptar recetas que ofrecen una solución rápida, fácil e ilusoria que pueden resultar un alivio temporal, aunque ello signifique que ponga en riesgo la existencia del propio sistema.

Debe considerarse asimismo el efecto que ese tipo de voto tiene en cuanto produce un arrastre negativo para excelentes gestiones gubernativas (CABA, provincias de Buenos Aires y de Mendoza).

El resultado de las PASO del  11 de agosto generó en lo inmediato un descalabro: el peso perdió entre un tercio y la cuarta parte de su valor, las acciones, bonos y títulos argentinos se derrumbaron , y súbitamente por causa de aquella encuesta calificada , los argentinos fuimos mucho más pobres y se activó el proceso inflacionario. Ello nos lleva a imaginar lo que sucederá si aquel resultado se mantiene en la elección de octubre o noviembre próximos, en la que cualquiera que gane deberá asumir en diciembre la conducción de un país harto complicado.

Es posible también que como se sostiene, exista respecto de una cantidad importante de votantes, el llamado “síndrome de Estocolmo”, que explicaría la seducción que sobre algunos ejercen quienes los robaron, como tituló el diario El Mundo de Madrid al analizar las elecciones PASO en nuestro país.

Es inaceptable entender que toda “la política criolla es corrupta” (Roberto J. Payró en “Las divertidas aventuras del nieto de Juan Moreira”). Ciertos sectores en nuestro país corporativo, ciertamente responden a aquella afirmación, pero a lo largo de nuestra historia, desde los patriotas iniciales hasta  la actualidad, muchos han demostrado que la política sirve al bien común y al interés público. No existe un rasero para igualar a todos y para eliminar la única brecha que debe permanecer: la existente entre los honrados y los corruptos.

Además de cambios de hombres y programas se han formulado desde cierto espacio político promesas demagógicas y con enorme irresponsabilidad se intenta repetir la traumática experiencia del golpe económico dado hacia fines del gobierno de Alfonsín, cuando los emisarios de la oposición (Cavallo y Di Tella) reclamaron un dólar alto, a la vez que se solicitaba a los mercados que no ayudaran a Argentina. En esa oportunidad hubo cierta frustración con la complicada situación económica; funcionó el “voto-castigo” ? y desde el peronismo llegó Menem con los indultos, una increíble frivolidad , la corrupción, las privatizaciones?

Es necesario que además de lo económico y del “efecto heladera vacía” deban considerarse prioritariamente otros temas como el de la organización institucional, el pleno ejercicio de la libertad , el honrado cumplimiento de la Constitución , el juzgamiento y eventual castigo de los funcionarios corruptos y sus cómplices por parte de una Justicia independiente y calificada, la recuperación de bienes de la corrupción , la integración de Argentina al mundo , el apoyo a los sistemas democráticos y la condigna condena a toda dictadura .

Hay que entender que es necesario instaurar la “nueva y mejor política” que requiere nuevos consensos, no solo en cuanto a la sustancia, sino también cuanto a las formas. La República de los ciudadanos exige transparencia y compromiso real con las necesidades individuales y grupales; rechaza la retórica y el facilismo ya que pide trabajo y esfuerzo; reclama dignidad y capacidad para dirigir las instituciones y rendición de cuentas, no solo en elecciones periódicas, sino en el día a día y sin  ocultamientos ni falsedades. Los que sienten compromiso verdadero con la República deberán ponerse de acuerdo para establecer la razonable  convivencia, trabajando para satisfacer el bienestar general. El individuo que ha recuperado su protagonismo debe encontrar el factor de unión que hace que con sus compatriotas formen parte de un todo, que es la Nación Argentina.

Según se oriente el voto se atenderá o no a estos imperativos para el pleno funcionamiento de la República democrática de Derecho.

 (*) Ministro de Gobierno de la provincia de Buenos Aires (1983-1987)

En esta nota

últimas noticias

Seguí leyendo

Enterate primero

Economía + las noticias de Argentina y del mundo en tu correo

Indica tus temas de interés