El Índice de Pobreza difundido esta tarde por el Indec aumentó a 35,4% al término del primer semestre del año, en relación a igual período del 2018, cuando alcanzó el 27,3%.
La proyección de esa cifra a la población total del país resulta en aproximadamente 14.400.000, con un incremento de cerca de 3.000.000 en un año.
En cuanto a la indigencia, alcanzó el 7,7% (en la medición anterior fue de 4,9%).
Según los datos del Indec, en el primer semestre de 2019, la región con mayor incidencia de la pobreza fue el Noreste (42,4%), y la de menor, la Patagonia (28,5%).
Además de los números generales, un dato para mirar muy de cerca es el impacto del flagelo entre los jóvenes: la pobreza fue de 52,6% entre los menores de 15 años; de 42,3% en las personas de 15 a 29; de 30,4% en las de 30 a 64; y de 10,4% en las mayores de 65, con lo que es grave la incidencia en menores de edad.
En una columna publicada en Cenital, el sociólogo Daniel Schteingart observó que la foto que muestra el informe ya es vieja y la pobreza siguió escalando en el tercer trimestre. “El dato que dará a conocer el Indec ya quedó viejo. El salto devaluatorio posterior a las PASO volvió a atizar una inflación que se había moderado en los meses previos a las elecciones primarias. Por esa razón, muy probable que la pobreza y la indigencia sigan subiendo en los próximos meses. De acuerdo a estimaciones que hicimos con los economistas Guido Zack y Federico Favata, a fines de 2015 la pobreza se ubicaba en el 26,9% y la indigencia en el 4,7%. Si bien es imposible saber con precisión en cuánto estarán ambos indicadores a fin de año, sí es un hecho que durante el Gobierno de Cambiemos por lo menos cuatro millones de personas cayeron debajo de la línea de pobreza y que la gran mayoría de la población empeoró su situación económica. Más que la situación del empleo (que viene deteriorándose paulatinamente), la rotunda derrota de Juntos por el Cambio en las PASO se explica por el hecho de que casi nadie se salvó del desplome del bolsillo”, señaló.
