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La brecha cambiaria se agranda y vuelve a valores del cepo K

16 septiembre de 2019

Con el regreso del cepo, también volvieron las brechas cambiarias y los tipos de cambio paralelos.

“La brecha comenzó a aparecer después de la instauración de controles de cambios y se disparó en los últimos días con las normativas que publicaron el BCRA y CNV para desalentar arbitrajes entre el dólar oficial y el MEP”, explicaron desde Cohen en su reporte del viernes.

Ese día, precisamente, la brecha entre el dólar operado en SIOPEL y el CCL (el famoso “contado con liqui”) se amplió y llegó hasta 30%: $56,11 y $73,21, respectivamente. A su vez, el dólar “rulero” (el MEP) cerró a $69,21.

“Creemos que la brecha puede ampliarse cuando se efectúen los pagos de bonos en pesos que son tenidos por inversores del exterior, principalmente el TJ20 (US$ 360 millones pagaderos en pesos) el 21 de septiembre y los BOTEs, que suman otros US$ 330 millones en octubre. La única alternativa que tienen los tenedores de estos bonos para poder dolarizar y enviar los cupones al exterior es vía CCL, generando un incremento en la demanda que posiblemente impacte en la brecha”, dijeron desde Cohen.

¿Qué importancia tiene para la macroeconomía? El Economista dialogó con varios analistas sobre la cuestión. ¿El oficial tenderá a converger hacia los paralelos y, además, esos valores pueden empezar a impactar y redundar expectativas devaluatorias mayores?

“El oficial va a converger hacia la brecha, pero cuando se desarme el control de cambios y para eso falta. Puede ser el 10 de diciembre o puede ser, más probablemente, más adelante. La convergencia ocurrirá, pero nadie sabe cuando y la diferencia puede extenderse un tiempo largo, como ocurrió entre 2012 y 2015”, dice Matías Rajnerman (Ecolatina), que ponderó acertada la decisión de desarmar “el rulo” para quitar presión sobre el oficial, el que determina la inflación. Más allá de que las brechas cambiarias generan expectativas devaluatorias (e inflacionarias) mayores, estas son para más adelante (“no es una preocupación T+1”, ejemplifica) y dependerán de cómo se desarmen las recientes restricciones. “Para eso falta y hoy estamos más cerca de endurecer el cepo que de desarmarlo”, concluye Rajnerman.

“Mientras el control de cambios siga vigente y haya oferta privada forzada, no veo que haya convergencia hacia esos valores”, dice, en sintonía, Gabriel Caamaño Gómez (Consultora Ledesma), aunque advierte que “hay que seguir de cerca la brecha, que es más genuina hoy, ya sin 'el rulo'”. Sobre el impacto inflacionario, dice, la variable a mirar seguirá siendo el oficial, “porque por ahí pasan las importaciones y las exportaciones”.

En sentido algo contrario, también opinó el diputado, y economistas, Marco Lavagna. “En el día a día, uno todavía se maneja con el dólar oficial, pero el problema es cuando la diferencia se va ampliando”, señaló en declaraciones radiales el fin de semana. “Se empieza a correr el riesgo de que los precios comiencen a ajustarse por otros tipos de cambio y no por el oficial”.

“La diferencia hoy es más de 25%”, agregó y consideró que ello “es parte de que el Gobierno empieza a poner más restricciones”. Según su criterio, “una vez que uno empieza con el cepo, no sabe donde termina” porque “aparecen huecos y el Gobierno trata de taparlos”.

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