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El reperfilamiento llegó al Congreso y busca implementar CAC para los bonos locales

20 septiembre de 2019

“Es importante despejar el horizonte financiero argentino de corto, mediano y largo plazos, no solo de este mandato sino también del próximo, para disipar los riesgos de incumplimiento, hoy implícito en las cotizaciones de los papeles argentinos, influidos por el estrés de liquidez de corto plazo y no por reales fundamentos de solvencia de la deuda argentina”.

Así comienza el comunicado que enviaron anoche desde el Ministerio de Hacienda para comenzar el “reperfilamiento” de la deuda pública de Argentina y que, aseguran cerca de Lacunza, fue “conversado” con la oposición, es decir, con los enviados de Alberto Fernández, con Guillermo Nielsen a la cabeza.

El día había comenzado con rumores en sentido contrario y la propia demora en el envío del proyecto habilitaba esas lecturas. En el mercado no entendían por qué el Gobierno se había metido en ese tema y no le dejaba la incómoda tarea de embarrarse con los acreedores a Alberto Fernández. ¿Acaso porque esperan ganar las elecciones aún? Puede ser. ¿Por qué diciembre aún está lejos? Puede ser, también.

Finalmente, apareció el preacuerdo (eso dicen cerca de Lacunza) y hubo fumata blanca en Yrigoyen 50, sede del histórico Mecon. “Para despejar las exigencias financieras del período 2020-2023, y que el candidato que gane en las próximas elecciones pueda desplegar sus políticas económicas y sociales sin excesivos condicionantes financieros, el proyecto de ley busca proveer las herramientas necesarias para promover una extensión voluntaria de plazos de deuda bajo jurisdicción local”, dice el comunicado y plantea como será el mecanismo del reperfilamiento: “Si el 66% de los bonistas acepta la propuesta de reperfilamiento, el resto debe acatar, con un mínimo de 50% por especie”.

Las CAC (presentes en los otros títulos a reperfilar, es decir, los que tienen legislación de Nueva York) permiten que el emisor de un título proponga modificaciones a los términos y condiciones de los mismos emitidos que, si son aceptados por una mayoría especial, son aplicables a todos los tenedores. Grecia hizo algo similar.

“El proyecto de ley presentado en el Congreso busca darle al diálogo un marco institucional que despeje las dudas sobre la capacidad y voluntad de pago de la deuda argentina en el mediano y largo plazo”, agregaron en Hacienda.

La grandes dudas hacia delante son cuándo se reperfilará la deuda, quién lo hará (el Gobierno actual o el próximo) y, sobre todo, si incluirá quitas en el capital y/o los intereses de los títulos. Argentina y la deuda siempre son un matrimonio complicado.

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