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El mundo rebasa liquidez y Argentina no parece mojarse

Si bien hay más estímulos globales a prestar capital en lugar de depositarlo en bancos, Argentina no parecería ser el deudor ideal.

18 septiembre de 2019

Por Emilia Calicibete Economista de LCG Consultora

Este mes, la Unión Europea se alineó con el Banco de Japón y ya cuenta también con tasas negativas en la búsqueda de impulsar su actividad ahora anémica. Los países que no registran desaceleración apenas mejoran las tasas previas.

La inflación promedio del bloque europeo se redujo de niveles apenas superiores al 2% anual a mediados de 2018 a 1% anual en la actualidad. En el segundo trimestre la tasa de crecimiento promedio de la zonaeuro se redujo a la mitad de la registrada en el primer trimestre (de 1,6% a 0,8% t/t anualizada) y se ubica por debajo del crecimiento promedio de 2018.

El BCE decidió tomar cartas en el asunto y lanzó un paquete de medidas para dar impulso a su economía. Entre ellas se encuentra la baja de la tasa por depósitos a entidades bancarias y la recompra de bonos (suspendida en 2018) que busca inyectar liquidez que podrá ser prestada a los bancos a 3 años a tasa 0%, en lugar de lo que regía actualmente que era una tasa del 0,1% a dos años.

En el otro lado del Atlántico, el conflicto comercial de Estados Unidos con China persiste, pero hubo una serie de gestos de buena voluntad entre las dos potencias mundiales en conflicto y existen planes para mantener conversaciones a principios de octubre. En parte posible por la decisión de presidente de Estados Unidos de postergar al 15 de octubre un alza de sus derechos de aduana a bienes chinos.

La curva de rendimiento de los bonos del Tesoro suele ser confiable a la hora de predecir recesiones, y en esta ocasión sugiere que la expansión económica más larga en la historia estadounidense podría no sobrevivir a la guerra comercial contra China. Hoy en día, es más costoso que el gobierno pida prestado a corto plazo (debido a la curva invertida de bonos del Tesoro), contrario a situaciones normales y, debido a los aranceles actuales, ya se vieron reducidas las proyecciones de crecimiento de Estados Unidos. Según algunas consultoras, el crecimiento del PIB en el segundo trimestre del próximo año se reducirá a solo 0.3%.

A su vez, en sintonía con las medidas tomadas por el BCE, Donald Trump continua con sus críticas hacia la Reserva Federal y su presidente Jerome Powell por no bajar a cero las tasas de interés. Con la baja de tasas en las economías más fuertes, el precio del dinero en Estados Unidos es ahora el mayor entre las economías que conforman el G7.

A pesar de que la economía estadounidense se encuentra por encima de su nivel tendencial, Peter Navarro y otros asesores del presidente insten en acelerar el ritmo de crecimiento. Para ellos, es por culpa de la Fed que Estados Unidos paga tasas de interés mucho más alta que otros países competitivos.

Uno pensaría que, con la creciente cantidad de circulante que se empieza a sentir en el mundo por la baja de tasas en las economías más poderosas, Argentina no tendría problemas a la hora de acceder a estos mercados para tomar deuda. Ahí es donde nos equivocamos. Si bien hay más estímulos a nivel mundial a prestar capital en lugar de depositarlo en bancos, Argentina no parecería ser el deudor ideal. Con un riesgo país a niveles altos, son tiempos donde lo que reina en Argentina es la incertidumbre.

A medida que se acercan las elecciones de octubre, se hace cada vez más evidente en el exterior la falta de certezas del rumbo argentino que tomará quien se siente en el sillón presidencial. El mundo rebasa de liquidez, pero Argentina no parece mojarse.

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