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El dólar fue anestesiado, pero la procesión continúa

Con otra estrategia el Banco Central logró que el dólar casi no se moviera, y eso fue tomado como un triunfo. El Gobierno negocia con la oposición como será el reperfilamiento de los compromisos. Y debajo de esas conversaciones hay papeles privados y bonos que suben y bajan con fuerza.

04 septiembre de 2019

Por Luis Varela 

Con un mundo que no ayuda (hubo líos en Gran Bretaña, a pocas jornadas del decisivo Brexit, y caída en Wall Street, con Trump vociferando contra la Fed), Argentina vivió ayer la segunda rueda después del lanzamiento del impensado control de capitales por parte de Mauricio Macri, ayer ya con todos los motores prendidos, ya que no hubo feriado en Estados Unidos, como había ocurrido el lunes.

Y el resultado fue otro día con gran intensidad, con inversores mundiales buscando refugio y llevando a los metales preciosos a nuevos máximos de años, mientras la Argentina vive su propio parto, luego de la comunicación del presidente Macri con el candidato Alberto Fernández, y con los negociadores de ambas partes juntándose en el Congreso, definiendo la letra chica del reperfilamiento de obligaciones, para que quede en claro quien es el que paga la película de esta Argentina con 163 impuestos, que nunca termina de cubrir un gasto incalculable.

A su vez, las calificadoras internacionales (Fitch, S&P y Moody´'s) avanzan y retroceden con la nota que le colocan a Argentina. Ese sube y baja de categoría saca y mete a los papeles locales en las posibilidades  vetos de compra de fondos de pensión e inversión globales enormes, y los precios de los títulos argentinos se sumergen en una volatilidad que pocos entienden.

Así y todo, el Gobierno terminó la jornada festejando, ya que el valor del dólar finalizó anestesiado, gracias a que el Banco Central cambió su estrategia, moviéndose con gran velocidad porque por momentos parecía que el billete verde volvía a despegar: la autoridad monetaria, en lugar de realizar subastas, vendió sus reservas de forma directa en el mercado. Y, por si eso no alcanzaba, le dio una orden directa a distintos bancos públicos para que vendieran divisas y colaboraran en la intervención.

En definitiva, en el balance del día hubo festejo. El cierre finalizó con suba de 8 centavos para el dólar oficial hasta $ 58,49, baja de $ 2,50 para el dólar blue (con la brecha cambiaria achicándose del 8% del lunes a “sólo” 4,3%) y con un descenso de 2 centavos para el dólar mayorista, hasta $ 55,98. Y con el dólar Banco Nación finalizando la jornada a $ 57 para el público.

En el exterior mientras tanto, con China reclamando ante la OMC por los aranceles colocados por Estados Unidos, el dólar bajó 0,8% en México, cedió 0,4% en Brasil, declinó 0,3% contra el yen y achicó 0,2% contra la libra (sin cambios contra el euro y el chileno). En consecuencia, a nivel local, medidos en pesos, la libra cayó $ 2,68 hasta $ 67,61, el euro cedió $ 2,51 hasta $ 61,39 y el real bajó 51 centavos hasta $ 13,40.

Detrás de todos estos movimientos, entre los operadores de la city se escucharon los diálogos más tragicómicos. Las ironías tenían que ver con el surgimiento de monedas provinciales (como en Río Negro), la aparición de coleros, que están dispuestos a reemplazar a quien sea, para que el límite de extracción de 10.000 dólares por mes pueda ser salvado. Y, obviamente, la aparición de catorce dólares diferentes: además del mayorista, el oficial minorista y el blue, volvió el contado con liqui (compra de dólares con transferencia el exterior incluída), el dólar mep (compra de dólares vía adquisición de bonos), el dólar YPF, o el bit dólar, todo para llegar a los billetes verdes, para mandarlos afuera o meterlos en cajas de seguridad (por las que se cobra un alquiler promedio de $ 1.700 por mes).

Los bancos arrancaron el día con largas colas, pero luego bajó la tensión. Sin embargo, finalmente el comunicado del Banco Central entregó la verdad tan temida: por salida de depósitos, la autoridad monetaria siguió perdiendo reservas. Ayer se fueron US$ 995 millones, en un goteo que se viene repitiendo en casi US$ 1.000 millones de dólares por día, y faltan 38 días para la elección presidencial del 27 de octubre.

Eso sí, detrás de la tranquilidad del dólar, las tasas de interés siguieron empinadas y, lo peor de la jornada para los inversores estrictamente financieros, fue que los títulos argentinos, tanto los bonos, pero sobre todo las acciones, perdieron la suba que se había anotado el lunes con poco volumen en Buenos Aires y feriado en Nueva York, y ayer hubo precios finales muy débiles, y con la accion de YPF, por ejemplo, finalizando en su precio más bajo de la historia desde que cotiza en Wall Street: su precio rondó los US$ 8, su valor más bajo en 26 años.

La oleada sobre los títulos ocurrió con las tasas de interés aún empinadas, sin que Macri logre acertar con algún cambio de estrategia en medio del temporal. Por las Leliq pagaron 85,928% anual promedio, con máximo del 86%. Y las tasas de los plazos fijos subieron de nuevo: pagaron 57% por plata chica y 62% por plata grande.

Mientras en el exterior se vio un repunte para los bonos de Hong Kong, Italia y Brasil, con merma en bonos de Australia, los argentinos tuvieron otro día vibrante. El 90% de lo operado en títulos públicos se transó en cinco papeles: el AY24 tuvo el 73% de las operaciones totales, el TJ20 el 7%, el TJ20X el 5%, el DICA el 3% y el PARY el 2%.

Así, con buen volumen, el promedio dio una caída del 2,5% promedio, pero con extremos para todos los gustos. Hubo alzas del 3% al 13,7% para los bonos TVPP, PAY0, BPLD, PUM21, DICYC, BPMD, PR13, PARYC Y DICAC. Y un derrumbe del 27% para el bono TJ20Z y desplomes del 9% al 16% para los bonos PF23D, TJ20, PBA25, TJ20C, PMJ21, TJ20X, AA22, AM20 Y AO20D.

En el exterior, como dijimos, la situación también estuvo muy inestable, lo cual provocó caídas del 0,7% al 1,1% en los índices de la Bolsa de Nueva York. A su vez, se anotó una leve baja del 0,9% en la Bolsa de San Pablo y un retroceso del 0,7% en la de México.

Pero la Bolsa de Buenos Aires, que había subido mucho el lunes, tuvo un día ciertamente negativo. Con $ 1.127 millones operados, el índice S&P Merval se desplomó 11,9%. El 80% de lo operado en acciones se transó en ocho papeles: YPF se llevó el 24% de los negocios totales, Galicia el 18% y Petrobras Brasil el 14%. Con esa estructura, la rueda finalizó con un salto del 10% para Introductora y subas de entre 3 y 5,9% para Celulosa, TGN, Garovaglio y Patagonia. Pero con caídas que fueron del 10% al 17,5% para Galicia, Macro, Transener, YPF, Pampa E, Francés y Loma Negra. Los papeles que más sufrieron estuvieron atados a la suba y baja de calificación que están realizando Moody's y compañía.

En Wall Street, medido contra el viernes, se vio un día mixto en los ADR argentinas que cotizan en ese mercado: hubo subas del 4% al 5% para Irsa I, Cresud y Edenor; desplome del 11,7% para Galicia y bajas del 1% al 6% para Macro, Pampa E, YPF, Globant, Tenaris, Irsa P y TGS.

La inestabilidad global generó un gran cambio de precios en ls commodities. El petróleo bajó 1,5%, hasta US$ 53,95 por barril. Los metales preciosos siguieron volando: el oro subió 1% pero la onza de plata pegó un salto del 3,7%. Los metales básicos actuaron mixtos: el aluminio subió 0,3%, con baja del 0,1% para el cobre y merma del 0,4% para el níquel. En Chicago hubo una merma del 0,2% para la soja, baja del 1,4% para el trigo y descenso del 2,5% para el maíz. En Rosario se anotó una suba del 1,9% para la soja, con baja del 3,8% para el maíz y descenso del 13% para el trigo. Y hubo una mejora del 2,8% para el bitcoin, con alzas menores para el resto de las criptomonedas.

Los fondos buitre empiezan a desplegarse porque muchos títulos argentinos son valores de remate. Hoy se paga renta o amortización en títulos RNG22, CHSG1, CHAQ, RNG23, NO20, V04S9, ON de YPF (YCAEO) y ON de Puente (PHC10). De estos pagos puede surgir la punta de la tendencia.

Habrá que seguir con atención lo que ocurre en las provincias. Ayer impulsaron en Río Negro una moneda local para “oxigenar el consumo básico”. Con el antecedente de los patacones, entre otros, plantean que podrían crear una especie de fondo fiduciario para oxigenar el circuito del consumo básico y dinamizar la economía local. Con eso en la mira, la calificadora Standard & Poor's puso bajo revisión a cuatro bancos argentinos: el Galicia, el Patagonia, el Provincia de Buenos Aires y el Hipotecario. Veremos como sigue.

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