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Dudas de los inversores a seis semanas de las elecciones

16 septiembre de 2019

Por Luis Varela

Argentina, lo sabemos todos, está sumergida en un verdadero caos, gatillado por una total falta de confianza desde que el presidente Macri se quedó casi sin chance de llegar a un balotaje.

Y lo más complicado del caso es que, mientras la Argentina está viviendo semejante terremoto, las principales economías del mundo están en una situación compleja, con la guerra comercial entre Estados Unidos y China en primera fila, y con Gran Bretaña definiendo su Brexit de la Unión Europea, en un final con derivaciones desconocidas.

Con ese contexto, los principales bancos del mundo han decidido realizar emisión de dinero casi sin fin, para que todo el mundo tenga dinero en su bolsillo y gaste, mantenga los niveles de actividad. Así, acabamos de vivir una semana en el que las monedas del mundo están viviendo una danza con muchas distorsiones. En las últimas cinco ruedas el dólar subió 1,1% contra el yen, trepó 0,7% en Argentina, 0,5% en Brasil y 0,3% contra el franco suizo. Pero bajó 1,8% contra la libra esterlina (los británicos quieren aislarse, encerrarse), cedió 1,1% en Chile, achicó 0,5% contra el yuan y 0,4% contra el euro.

El momento cambiario que vive Argentina es para una película de Coppola. En este momento hay al menos nueve dólares. Macri se vio obligado a poner un cepo, porque la fuga de dinero es incesante, y con eso hay precios del dólar para todos los gustos, desde un piso de $ 56 en el mayorista hasta $ 71 en el contado con liquidación. El precio de cada billete depende de donde está: si alguien tiene dólares en una cuenta del exterior, se los vende a una empresa transfiriéndolos allá, y recibiendo pesos acá, en otra cuenta.

Todo esto ocurre porque es tan grande la incertidumbre que propios y extraños sacan su dinero de los bancos, tratando de ponerlo a resguardo, fuera de las fauces del Gobierno actual, o del que pueda llegar. Y, obviamente, ese cepo, que en cualquier momento puede profundizarse, presenta complicaciones colaterales inesperadas, como le ocurrió el viernes a la empresa Irsa, que debía pagar una Obligación Negociable en el mundo, mandó la plata, pero el cepo se la trabó.

Estos movimientos de capitales, locales o externos, están generando oscilaciones notables en los valores globales. En quince días de septiembre el precio de por ejemplo el bitcoin sube 8,2%, el cobre trepa 6,1%, el aluminio aumenta 3,3%, en Chicago la soja subió 3,2% y en Rosario los granos suben entre 2,2 y 3,1%. Y, del otro lado, el petróleo baja 0,5%, el níquel cede 0,8% y, lo que es más extraño, el oro cae 2,5% e increíblemente, a lo largo de medio setiembre, la onza de plata cae nada menos que 5%.

Y para dejar a los observadores con la boca todavía más abierta, debe destacarse que en el mundo acaba de ceder el precio contado de los bonos de Estados Unidos, de Suiza, de Canadá y de Gran Bretaña, al tiempo que recuperándose de caídas profundas, acaba de subir de precio 14% los bonos argentinos, con subas también firmes aunque menores los bonos de Italia y de Brasil. Y lo absurdo del caso es que los bonos acaban de subir desde el infierno porque están siendo utilizados como moneda para fugar dinero, al tiempo que la agencia Moody´s está advirtiendo que si no desarmamos el cepo nos vuelve a sacar de la categoría emergentes.

Y por si todo eso fuera poco, esta huida general del dinero está haciendo que las Bolsas suban en bloque. A lo largo de la semana pasada el índice Merval de la Bolsa de Buenos Aires trepó 9%, la Bolsa de Tokio ganó 3,7%, Chile mejoró 3,4%, Frankfurt 2,3%, el Dow de Nueva York y la Bolsa de Madrid avanzaron 1,6%, el Nasdaq creció 0,9%, con la Bolsa de San Pablo 0,5% arriba y la de México mejorando apenas 0,3%.

Con ese particular contexto, Alberto Fernández anduvo por Tucumán, intentando armar un acuerdo social y Macri haciendo anuncios en el aire. Todo a seis semanas de la elección presidencial, que significan treinta ruedas de negocios, en las que durante cada jornada podrá vivirse algo parecido a alguno de los cuentos de las mil y una noches.

Es tan grande el desconcierto, que ahorristas e inversores intentan sacar su dinero del sistema y guardarlo bajo siete llaves. Los que pueden lo mandan al exterior para invertirlos en posiciones supuestamente más sólidas. Otros abren cajas fuertes, y los que no tienen otra alternativa se los llevan a sus casas, para meterlos debajo del colchón, a la espera de que lleguen tiempos más comprensibles.

Obviamente, en medio de todos esos movimientos surgen jugadas especulativas de todos los colores, intentando saltar el cerco. La semana pasada, se sabe, fue tan grande la salida de dinero que se tuvo que aplicar un cepo, pudiendo hacerse de hasta US$10.000 por persona y por mes. Pero como surgen los prestanombres, empezaron las operaciones alternativas, como el rulo (compra de dólares, luego de bonos, venta posterior de bonos y resultado final con ganancias en pesos) que a la postre derivó en pérdida de reservas para el BCRA, de ahí que la operación haya sido trabada. Pero detrás del rulo ya están naciendo otros bucles y trenzas, que serán vistos en los próximos días.

Pero lo más significativo del caso es que en los últimos sesenta días las reservas del Banco Central cayeron de US$ 68.598 millones a US$ 50.085 millones. O sea, se fueron US$ 18.513 millones, a razón de US$ 420 millones por día, en un retiro que por suerte fue de mayor a menor.

En este momento, como dijimos faltan treinta ruedas para la elección presidencial. Si la salida de reservas siguiera al mismo ritmo se irían otros US$ 12.600 millones. Para enfrentar esa sangría, el ministro Lacunza esté yendo a Washington, para reunirse con el FMI, el Banco Mundial y el BID: está pendiente ver si envían o no la cuota de US$ 5.400 millones del Fondo.

Mientras eso sucede, la inflación local empieza a morder. El aumento de los precios en pesos fue del 4% en agosto, y analistas especializados afirman que septiembre viene con una variación del 5% o incluso cerca de 6%.

Esto, sin dudas, es por la gran incertidumbre. Los argentinos no saben qué medidas tomará Fernández si, como todo indica, gana las elecciones.

Pasaron cinco semanas desde las PASO del 11 de agosto y aún faltan seis semanas para la elección presidencial del 27 de octubre. ¿Qué ocurrirá a partir de hoy? La vida sigue. Hoy entran pagos de algunos bonos. Hoy debería pagarse la Lecap S13S9, que están suspendidas, pero se paga el bono PR13, y habrá que ver qué se hace con esos pesos liberados. Hay que estar muy atentos: situaciones como esta fueron vividas en Argentina varias veces, al menos siete. Y por más que parezca un final sin opciones, siempre se sale, siempre se emerge, y el que más pierde es el que más se apura.

***

Disparada del crudo

Los precios del crudo se dispararon ayer más de 19% después de que un ataque con drones en una instalación petrolera de Arabia Saudita que afecta, aproximadamente, al 5% de los suministros mundiales. Los precios de Brent subieron hasta US$ 11,73, para llegar a US$ 71, 95 por barril en las primeras operaciones en Singapur. El productor estatal de energía Saudi Aramco perdió alrededor de 5,7 millones de barriles por día de producción el sábado después de que diez drones atacaron la instalación de procesamiento de crudo más grande del mundo en Abqaiq y el segundo campo petrolero más grande del reino en Khurais. Para los mercados petroleros, es la peor interrupción repentina de la historia, superando incluso la pérdida de suministro de petróleo kuwaití e iraquí en agosto de 1990, cuando Saddam Hussein invadió al país vecino. En los próximos días se sabrá si el precio del barril puede retrotraerse, aunque sea parcialmente, a los niveles previos al ataque. De lo contrario, tendrá impacto sobre los niveles de inflación de todos los países.

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