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La canasta básica total subió 2,5% y el piso para una familia es $32.000

23 agosto de 2019

Ayer, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó la actualización de los valores para la canasta básica alimentaria y la canasta básica total correspondientes a julio, tomando como referencia los costos del Gran Buenos Aires (GBA). De acuerdo con los datos oficiales, en este distrito la canasta básica total se incrementó 2,5% respecto a junio, subió 25,3% desde que comenzó el año y aumentó 58,6% frente a julio del año pasado.

De esta manera, la canasta básica total, para no caer debajo de la línea de la pobreza, se ubicó en julio en $ 31.934,44 para una “familia tipo”, es decir, para un hogar de cuatro integrantes, compuesto por un hombre de 35 años, una mujer de 31 años, una hija de ocho años y un hijo de seis años. Este segmento abarca los elementos de la canasta básica alimentaria más los bienes y servicios no alimentarios observados en la población de referencia.

Por otra parte, ese mismo núcleo familiar, en este distrito, requirió $ 12.773,78 para adquirir la cantidad mínima de alimentos que integra la canasta básica alimentaria y no quedar por debajo de la línea de la indigencia. El valor de esa canasta en julio aumentó 2,9% respecto al mes previo, subió 25,3% durante el primer semestre y se incrementó 57,3% en relación a julio del año pasado.

El último registro del Indec, correspondiente al segundo semestre del año pasado, expone que 32% de los habitantes del país estaban debajo de la línea de pobreza y, entre ellos, 6,7% eran indigentes. El próximo 30 de septiembre el Indec tiene previsto informar los datos de la medición del primer semestre del año, signado por una caída de 2,6% del Producto Interno Bruto (PIB).

Un estudio realizado por el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), el Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (Cedlas) de la Universidad de La Plata y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud) indicó que la reducción de la pobreza extrema en la Argentina puede llevar hasta 20 años.

Para que esto ocurra es necesario que el país se mantenga en un sendero de crecimiento económico constante en torno a 3%, y que además se combine con políticas activas del Estado. “Con un crecimiento del PIB per cápita de 1%, la pobreza caería a 27% en cinco años (con respecto a 2018); a 24,5% en diez años y a 20% en 20 años”, indica el trabajo.

“Una tasa de crecimiento de 3% anual permitiría reducir la pobreza de 30% a 25,8% en cinco años; a 16% en diez años; y a 9% en dos décadas. Con una tasa de crecimiento económico muy alta (5% anual), la pobreza podría caer de 30% en 2018 a cerca de 20% en 2023”, agregó, y afirmó: “Si esos valores se mantuvieran un lustro más, la pobreza podría caer a alrededor de 10% en 2028, y con una década adicional de crecimiento, la pobreza podría reducirse a menos de 4%”.

“Sólo en un escenario de crecimiento sostenido a tasas altas durante dos décadas, la pobreza de ingresos quedaría reducida a un grupo poblacional pequeño”, afirmó el informe, y concluyó: “La mayoría de los adultos que se encuentran en situación de pobreza crónica, trabaja. Sin embargo, su inserción en el mercado laboral se da en condiciones más precarias: 35% declara no tener un trabajo fijo y pocos tienen un empleo con derecho a jubilación (33%) y seguro de salud (36%)”.

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