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Hubo un durísimo impacto por el resultado de las elecciones

El dólar subió 23%, las acciones argentinas cayeron 50% en dólares y los bonos se desplomaron 18%. Los inversores están sumidos en un gran desconcierto y piden que haya acuerdos tras las primarias. Hay analistas que plantean caídas mayores en las cotizaciones.

13 agosto de 2019

Por Luis Varela 

Después de que hasta el viernes las 18 encuestas repitieran hasta el cansancio de que Alberto Fernández y Axel Kicillof le ganarían por pocos puntos a Mauricio Macri y María Eugenia Vidal, el resultado obtenido en las PASO del domingo, con 15,1 puntos a favor de Fernández sobre Macri y con 16,6 puntos a favor de Kicillof sobre Vidal, se transformó en un verdadero cisne negro, que retumbó sobre el mercado argentino con un impacto casi tan grave como el que hubo hace diecisiete años con la caída de la convertibilidad.

Los números del derrumbe hicieron que ahorristas, inversores, analistas y todo tipo de observadores terminaran restregándose los ojos, por lo que cree sobre el tamaño del desplome. El foco del movimiento estuvo en un salto del 23% para el precio del dólar, con gasto de reservas de parte del Banco Central y con la necesidad de que se viera obligado a subir la tasa de las Leliq otra vez hasta el 75% anual (cuando hasta hace pocos días se pactaban al 58%).

Pero lo peor de la estocada electoral no estuvo ni en el dólar, ni en las tasas, sino en el valor de los títulos argentinos, con un volumen operado que se triplicó, con inversores saliendo del mercado local despavoridos, abandonando posiciones sin preguntar dónde se podría encontrar el piso de cotizaciones. Lo más dramático del caso estuvo en la Bolsa de Buenos Aires, que cayó nada menos que 50% medida en dólares, con los bancos y las empresas de servicios públicos como las más afectadas. Y los bonos argentinos también cayeron, perdieron 18%, y no fueron más allá porque miembros del hipotético equipo de un Alberto Fernández ratificaron que tienen voluntad de pago, y de negociación con el FMI.

En cuanto a números concretos, el mundo abrió el lunes con un mercado cambiario global tranquilo, ya que Xi Jinping, desde China, planteó que no irá a una guerra cambiaria, y mantuvo al yuan en 7,05 unidades por dólar, tal como cotizó el viernes pasado. Así, el valor del dólar estuvo a la baja: 0,1% contra el euro y 0,4% en descenso contra el yen y la libra esterlina (pese a que George Soros advirtió que habrá serios problemas por el Brexit). Donde sí hubo presión cambiaria fue en América Latina, como efecto directo de lo que pasaba en Argentina.

En Buenos Aires hubo un salto de $ 10,75 para el dólar oficial hasta $ 57,30, un aumento de $ 10,10 para el blue hasta $ 57 y un salto de $ 7,75 para el dólar mayorista hasta $ 53, con una caída de $ 578 millones en las reservas del BCRA, hasta US$ 65.732 millones. Como directa secuela de este movimiento en América Latina el dólar subió 1,1% en Brasil, 0,9% en México y 0,5% en Chile. Y, en consecuencia, en Buenos Aries, medidos en pesos, la libra subió $ 9,58 hasta $ 64, el euro subió $ 8,75 hasta $ 59,43 y el real subió $ 1,83 hasta $ 13,30.

Además de desprenderse de reservas y de operar en futuros, el BCRA también volvió a actuar sobre las tasas de interés: subió 10 puntos la tasa de las Leliq, ya que le pagó a los bancos 74,903% anual promedio, con máximo del 75%. Detrás de esta movida, los bancos estuvieron con operaciones muy limitadas. Era tanta la gente que intentaba entrar a los homebanking, que las pantallas se saturaron, por lo que según el Central no hubo movidas especiales en las tasas de los plazos fijos, por lo que se habría pagado entre 49% y 54% anual. Es tan incierto el momento actual, aquí y en el exterior, que los mercados bursátiles están a la baja en todas partes. Ayer, precisamente, hubo caídas del 1,2% al 1,5% en los índices de la Bolsa de Nueva York mientras que la de San Pablo bajó 2% y la de México cedió 1,4%.

Pero claramente lo peor de toda la actividad bursátil estuvo en Buenos Aires, que operó su volumen de negocios en pesos más alto de toda la historia y con su segunda peor caída de todos los tiempos, sólo superada con el estallido que hubo al salir de la convertibilidad. El monto de negocios con acciones ayer en la Bolsa porteña fue de $ 3.943 millones y, con eso, el índice S&P Merval se desplomó 38% en pesos y 50% en dólares. El 80% de lo operado en acciones se transó en seis papeles: G.F. Galicia tuvo el 37% de los negocios totales, Petrobras Brasil el 14% y Tenaris el 9%.

Con esto, en los extremos, se vieron alzas una suba del 15% para Petrobras Brasil y Tenaris. Pero con un derrumbe del 43% al 50% para Edenor, Transener, Loma Negra, Cuyana, Francés, Central Puerto, Galicia, Pampa E, Camuzzi, Supervielle, Metrogas, Macro y ByMA. Y ratificando el mal momento, entre las ADR argentinos que cotizan en Nueva York se anotó un desplome del 20% al 60% para Edenor, Galicia, Pampa E, Macro, TGS, Irsa I, Cresud, Telecom, YPF e Irsa P.

Los bonos también sufrieron un gran recorte, con el riesgo país volando largamente arriba de los 1.150 puntos, pero con un número muy inestable. El 90% de lo operado en bonos se transó en cuatro títulos: AY24 71%, DICA 6%, TC20X 6% y AO20 6%. Y, con buen volumen, hubo un derrumbe del 18% para los títulos públicos argentinos, con subas para los bonos PUO19, BDC20, BD2C9, PUM21 y BPMD y caídas para los bonos TC20Z, DICPC, AY24D, AY24C, PR15, A2E2D, DICAC, PBA25, AA25D, AA37D, DICYD, DIA0D y DICAD.

Todos estos movimientos se vieron coronados por commodities que tampoco entregaron buenas noticias. Hubo una suba del 0,6% para el petróleo, que llegó hasta US$ 54,80 por barril. Los metales preciosos estuvieron firmes: el oro subió 1,1% y la onza de plata creció 0,7%. Los metales básicos actuaron mixtos: el níquel subió 0,3%, el aluminio bajó 0,3% y el cobre perdió 0,5%. En Chicago: la soja bajó 1,3% e, trigo se desplomó 5,5% y el maíz se derrumbó 6,1%. El mercado de Rosario estuvo casi paralizado: sólo se operó con soja y cayó 11,4%. Y el bitcoin bajó 3,6%, con bajas similares para el resto de las criptomonedas.

Frente a todo este mal momento los inversores no atinan a imaginar como pueden seguir las cosas. El presidente Macri parece culpar del derrumbe al miedo a Alberto Fernández y el kirchnerismo. Alberto Fernández dice por ahora que Macri se tiene que hacer cargo de esta caída. Y todos miran con preocupación porque la elección dejó al Gobierno con poca chance de pelear la batalla por los puntos, el 27 de octubre, y con alguna nebulosa mayor para llegar al balotaje. Si se llega a esa instancia, se vienen 15 semanas en las que puede haber una tensión extrema, con probables problemas en la cadena de pagos. El ex secretario de Política Económica Carlos Rodriguez planteó los riesgos. Dijo, con todas las letras, que si Macri pierde en octubre “habrá una puerta 12, ya que nadie querrá quedarse en pesos”. Los tiempos urgen, y si no se llega a un acuerdo de gobernabilidad, lo que viene puede ser muy complicado.

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