Los mercados globales cambiaron ayer de dirección a partir de la decisión de China de fijar una paridad más baja para el yuan, lo cual contribuye a una mayor estabilidad en el valor de los activos y aleja el temor a que se desate una guerra cambiaria. El Banco Popular de China fija un precio y permite que la moneda suba o baje hasta 2% en el día. Ayer, la referencia fue de 7,0039 yuanes por dólar y la moneda terminó en 7,045 por dólar.
La decisión de devaluar su moneda que China tomó el lunes para compensar la suba de aranceles dispuesta a por Estados Unidos generó un impacto en todos los mercados. Hoy se observa el movimiento inverso y suben las acciones en todas partes y se debilitan los bonos del Tesoro de Estados Unidos y el oro, típicos refugios en los momentos de turbulencia. Cuando escala la guerra comercial, los bonos atraen capitales de todo el mundo lo que aumenta la cotización del dólar. Y eso se contrapone con el objetivo de Donald Trump de reducir el déficit comercial de Estados Unidos.
Por lo tanto, Trump no podrá ganar en los dos frentes. Si pretende avanzar en la guerra comercial deberá convivir con un dólar más fuerte pero si pretende que se debilita deberá lograr acuerdos comerciales con China. Pero su blanco preferido sigue siendo Jay Powell y ayer insistió en que las empresas estadounidenses tienen dificultades para competir porque el dólar está muy valorizado como consecuencia de las altas tasas de la Fed.
El dólar estuvo ofrecido toda la rueda y cerró en $45,22, casi el mínimo del día”, dijeron desde SBS. Así, bajó 8 centavos contra el miércoles. Los bonos en dólares comenzaron ofrecidos pero encontraron demanda sobre el cierre y avanzaron 25 centavos de dólar punta a punta en el día, con el riesgo país bajando apenas 0,2% hasta 895 puntos. Por el lado de las acciones, el S&P Merval ganó 0,35% y los ADR operaron mixtos, con Mercado Libre avanzando más de 12% y rondando los US$ 35.000 millones de market cap.
También contribuyeron a mejorar el clima los datos sobre el comercio exterior de China que muestran mayor dinamismo en un sector clave para que la desaceleración de la actividad económica sea más atenuada.
Las exportaciones de China crecieron 3,3% en julio con relación al mes anterior como consecuencia de un fuerte incremento de las ventas a Europa y a los países del sudeste asiático. A su vez, las importaciones cayeron 7,3% contra junio. El superávit comercial del mes pasado fue de US$ 45.000 millones mientras que en julio de 2018 había alcanzado a US$ 27.400 millones.
A su vez, en el marco de los conflictos comerciales, las exportaciones a Estados Unidos cayeron 6,5% en julio mientras que las importaciones se redujeron el 19,1% y el superávit de China en el intercambio bilateral se ubicó en US$ 27.970 millones. Se trata de un dato clave porque es invocado por Washington para justificar las subas de aranceles.
De todas maneras, el escenario seguirá siendo muy volátil hasta tanto no haya un acuerdo comercial entre Estados Unidos y China y nada indica que se pueda lograr pronto. Por ese motivo, todos los pronósticos coinciden en que la economía mundial se seguirá desacelerando.
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Las exportaciones mejoran, pero los precios no ayudan
En el segundo trimestre de 2019, el índice de precios de las exportaciones se redujo 10,4% y el índice de cantidades aumentó 19,2%, en ambos casos respecto a igual período del año anterior. Así, el valor de las exportaciones alcanzó US$ 16.566 millones, superior en 6,7% respecto a igual trimestre del año anterior. En otras palabras, las exportaciones están creciendo a un muy buen ritmo, pero los precios no acompañan. “En el segundo trimestre de 2019, el saldo de la balanza comercial fue superavitario en US$ 3.574 millones. Si en ese período se hubiesen registrado los mismos precios que en igual período de 2018, el saldo comercial habría sido superavitario en US$ 4.795 millones”, dijo el Indec.
