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Prácticas verdes podrían ser buen negocio para la ganadería

09 agosto de 2019

La ecología y los buenos negocios no necesariamente deben estar en veredas opuestas. Más aún, prácticas ambientalmente amigables aplicadas en el sector ganadero podrían traer una solución a los problemas de liquidez que presenta actualmente el sector, según expresa la Bolsa de Comercio de Rosario en un informe publicado hoy.

Estas buenas prácticas tienen que ver con la elaboración de proyectos que permitan reducir gases de efecto invernadero y/o capturarlos. A través de ellas, además de colaborar con el medio ambiente, podrían generar ingresos por dos vías diferentes: a través de la venta de los bonos de carbono obtenidos tras la aplicación de proyectos, o por los ingresos del ahorro y/o venta de energía renovable autogenerada a través de la biomasa.

El sector ganadero es uno de los sectores más señalados por ser uno de los principales contribuyentes a la emisión de gases de efecto invernadero (GEI). La ganadería, se estima que emite tres tipos de GEI (Metano (44%), Óxido Nitroso (29%) y Dióxido de carbono (27%)) siendo el gas metano el mayor responsable, no sólo por su participación mayoritaria sino también por el grado de contaminación que produce.

Los bonos de carbono surgen luego de que en el año 1997 se celebrara el Protocolo de Kioto entre países industrializados, excepto USA. A través de este tratado, los países firmantes se comprometieron a reducir la emisión de GEI, responsables -entre otras cosas- del calentamiento global.

Nuestro país no es firmante, pero participa en el mercado de carbono a través del Mecanismo para un Desarrollo Limpio, que consiste en promover la realización de proyectos de reducción y/o absorción de emisiones que serán retribuidos a través de Certificados de Reducción de Emisiones (CERs).

La reducción de emisiones se mide en toneladas de CO2 equivalentes y éstas a su vez se traducen en CERs.

Para obtenerlos, las empresas agropecuarias deben presentar proyectos para reducir y/o absorber la emisión de gases.

En relación al sector ganadero, algunas actividades que podrían llevarse a cabo son el manejo de praderas, generación de energía renovable a través del manejo de estiércol, incremento de la resistencia a enfermedades, mejora de la calidad del forraje y, entre los avances más recientes, la incorporación de evaluaciones genómicas que permitan la selección de animales menos proclives a tener altos niveles de bacterias productoras de metano.

Los certificados son obtenidos por quienes reducen la emisión de gases de efecto invernadero o capturan carbono y se los venden a firmantes del PK que necesitan emitir gases por encima del límite permitido. De esta manera, se mantiene el balance.

Para llevar a cabo estos proyectos, existen numerosos programas a nivel local e internacional que acompañan a los mismos a través de asistencia técnica como así también financiera.

Según la BCR, el incremento de precio que han experimentado estos certificados desde principios del 2018 (250%) sumado a los diversos proyectos de asistencia a nivel nacional e internacional, los convierten en alternativas de colocación "muy atractivas". Además, si los proyectos se basan en la generación de energías renovables, se abre la puerta a otro negocio referido al ahorro y/o venta de la energía autogenerada.

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