“Fue una negociación muy equilibrada entre demandas y concesiones con la UE y, además, muy equilibrada entre los distintos sectores: no hubo un sector que pagó el ingreso de otro. También está muy equilibrado a nivel provincial”, dijo ayer Dante Sica, ministro de Producción y Trabajo, a modo de balance, en un encuentro con periodistas del que participó El Economista. También estaban el canciller Jorge Faurie y Horacio Reyser, secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería y quien lideró las negociaciones con Bruselas.
Mientras las partes aun pulen el documento final (el proceso se llama “legal scrubbing”), Sica, junto con el canciller Jorge Faurie y Horacio Reyser, son los encargados de explicar el acuerdo en el país. El texto final podría llegar a presentarse ante el Congreso en diciembre, dijeron, ya con las nuevas autoridades asumidas. En ese trance pedagógico, clave para lograr su aprobación más adelante, hoy se reunirán con los 24 ministros de Producción del país y están los sindicalistas en agenda. “También estamos más que dispuestos de ir a dar las explicaciones necesarias al Congreso”, dijo Sica.
"Nos estamos asociando con un bloque que tiene salarios altos y compite por calidad, y no por precios bajos", dijo Sica
Además del acuerdo equilibrado, un punto adicional que mencionó Sica, como para atemperar temores aperturistas, es que ambos bloques no compiten en los mismos segmentos y, además, no lo harán vía precio, sino vía calidad. “Nos estamos asociando con un bloque que tiene salarios altos y que compite por calidad”, ratificó el funcionario. “Europa no nos va a inundar como una canilla porque no tiene precios bajos”, agregó.
Eso mismo explica el documento que distribuyeron. “No se expondrá inmediatamente a la industria local a la competencia europea. Los plazos de desgravación arancelaria asimétricos, sumados al tiempo que demorará el acuerdo para entrar en vigor, permitirán al Gobierno y al sector privado seguir avanzando con las reformas competitivas para mejorar la estructura productiva y adaptar así a la industria a los nuevos estándares de competitividad. (A la vez), no implica una apertura sin red de contención. Además de los plazos de desgravación más lentos incluidos en el acuerdo para el Mercosur, se adoptaron una serie de mecanismos para luchar contra el fraude en materia de origen y en materia comercial, protegiendo al país importador de daños adicionales”, dice el trabajo.
Allí figuran, entre otros, el “mecanismo de salvaguardias bilaterales”, que permite suspender temporalmente las preferencias arancelarias o reducirlas, cuando las importaciones de productos bajo tratamiento preferencial se incrementan de manera tal que amenazan o dañan a un sector de la industria local o región.
Otro factor clave para del Tratado de Libre Comercio es que el derrame no llegará en un lejano segundo semestre sino que “ya tiene impacto”, dijo Sica, en referencia a que la inversión directa de Europa se va a acelerar y puede llegar a triplicarse, tal como ocurrió en México, en un plazo de una década. “Muchas empresas europeas van a querer empezar a tomar posiciones muy pronto y es una gran oportunidad para las empresas locales para asociarse con ellas”, dijo. “Va a ser muy atractivo invertir en Argentina”, complementó Faurie.
