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Qué aprendió Macri de De la Rúa

11 julio de 2019

Mauricio Macri es el primer presidente no peronista luego de Fernando de la Rúa. Aquella experiencia, de la que tanto se habló estos días por el fallecimiento del ex presidente, dejó muchas enseñanzas y por eso siempre fue tenida en cuenta en esta etapa.

El gobierno de Cambiemos comenzó con un diagnóstico más integral. La Alianza se manejó con una hipótesis equivocada que fue creer que en 1999 Argentina tenía un problema político y no económico. En otras palabras que había que terminar con la corrupción del menemismo pero que la convertibilidad se podía sostener. Pero al momento de asumir De la Rúa la convertibilidad ya era insostenible. También se aprendió que no hay estructura legal que pueda mantener un esquema económico inconsistente, porque cuando se desencadenó la crisis, Argentina tenía vigentes las leyes de convertibilidad, de intangibilidad de los depósitos y de déficit cero.

Al llegar al gobierno, Macri tenía como antecedentes que desde 1928 ningún gobierno no peronista habían podido terminar su mandato, siendo el caso más dramático el de De la Rúa. Aparecían en el horizonte tres fuerzas potencialmente desestabilizadoras a la que se pretendió neutralizar desde un comienzo: el peronismo, habitualmente duro en la oposición, las organizaciones sindicales resistiendo algunos cambios impulsados por el Gobierno y los movimientos sociales copando la calle. Prevenido, Macri operó con eficiencia en ese frente y logró apoyos tanto en el Senado como entre los gobernadores peronistas y los movimientos sociales fueron contenidos. Por eso, contra todos los pronósticos, su gestión tuvo éxitos políticos pero fracasos económicos.

Pero también ambos gobiernos enfrentaron desafíos no previstos y recibieron “fuego amigo”. A De la Rúa le dio la espalda el FMI, a Macri los mercados. La denuncia de la Banelco fue un golpe para el gobierno aliancista, justo en un terreno en el que no podía fallar, de la misma manera que la crisis económica generada por un gobierno que se suponía que ducho en la materia le restaron respaldo a Cambiemos.

El sistema político argentino está excesivamente centrado en la figura presidencial. Rige una lógica binaria que El Economista alguna vez definió como “Reelección o Helicóptero” y el dato positivo para Macri es, que como no hubo helicóptero, puede haber reelección.

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