“El dólar tuvo una semana movida”. Así definieron desde SBS la marcha del “billete” la semana pasada. Si bien la cosa no pasó a mayores, también es cierto que, en los momentos álgidos, hubo intervención oficial, básicamente a través del mercado de futuros, tal como se consensuó con el FMI. Todavía no hubo intervenciones directas en el mercado spot.
En concreto, el viernes, el dólar mayorista cerró en $42,42 y, en la semana, el peso se depreció casi 2%, mostrando la peor performance relativa a nivel global. Una señal de alerta, sobre todo, considerando que el escenario global fue benigno para los emergentes.
Desde Cohen creen que la demanda de cobertura estará más pujante, pero la estabilidad cambiaria tiene fundamentos. “La demanda por cobertura cambiaria comenzó a incrementarse sostenidamente, tal como se esperaba”, admiten. Sin embargo, aclaran que “el mercado cambiario estaría balanceado” entre oferta y demanda durante el segundo semestre. Y, además, en caso de una disrupción o incremento de la volatilidad, “el BCRA podría intervenir vendiendo divisas en el mercado”.
Ese puede ser el escenario hasta las PASO. Allí, admiten, puede arrancar otro partido y el BCRA podría verse más apurado por las circunstancias. “Lo único que podría generar un cambio en las expectativas que modifique esa dinámica de estabilidad en el mercado cambiario sería un muy mal resultado en las PASO para el oficialismo”, dicen en Cohen. Algo que no puede descartarse.
También, recuerdan en Delphos, está la posibilidad de aumentar la tasa de interés, aunque ya está por las nubes. Literalmente. “La tasa real de Argentina es una de las más altas del mundo, sino la más, sacándole más de 20 puntos porcentuales a su comparable más cercano, como Turquía. Hoy en día, tomando en cuenta la inflación trimestral anualizada y la tasa de política monetaria, nos da como resultado una tasa de interés real del 29% anual. Cifra inédita a nivel global, pero necesaria para los tiempos electorales que corren”, dijeron.
