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Sangría de votos de Cambiemos en las elecciones provinciales

Perdió 427.860 electores respecto de 2015. El predominio de los oficialismos, la “provincialización” de los debates y la preocupación por una marca debilitada

11 junio de 2019

Cambiemos ha resignado hasta ahora 427.860 votos. Esto, si se suman las diez elecciones a gobernador ya disputadas y se las compara con comicios similares de 2015. El peronismo en sus diferencias expresiones y variantes es la contracara. Sumó 354.286 más que entonces, mientras que las fuerzas provinciales aumentaron en 105.788 su caudal electoral.

Entre la marea de triunfos de los oficialismos locales, que le otorga un eje argumentativo al Gobierno para apuntalar sus posibilidades en las presidenciales, esta sangría y la debilidad de la marca Cambiemos son registros concretos que preocupan en Casa Rosada. Incluso en la mayoría de estas provincias, las fuerzas que integran el frente electoral a nivel nacional evitaron usar el sello que los llevó al Ejecutivo Nacional en 2015 y que les permitió revalidar en las legislativa de 2017. Por el mayor rechazo a la gestión del presidente Mauricio Macri y para provincializar aún más las discusiones de campaña.

El Gobierno pudo esbozar una sonrisa, ayer, con el triunfo de Gerardo Morales y su reelección en Jujuy. Hecho que le permitió, entre otras cosas, cortar la larga racha de malas o flojas performances. Pero los 173.700 votos que obtuvo el mandatario radical están 52.900 por debajo de los 226.600 que conquistó en 2015 y que le permitió derrotar al peronista Eduardo Fellner. A eso se le agrega derrotas simbólicas en varios municipios, como los de Perico, La Quiaca, Humahuaca y Palpalá.

En tanto, las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias en Mendoza fueron un dato alentador de la jornada del domingo: los tres candidatos de Cambia Mendoza, el sello de Cambiemos en la provincia, sumaron 45,5%, por encima del 37,8% que sumaron los peronistas. No obstante, el duelo de fondo se dará el 29 de septiembre entre Rodolfo Suárez y Anabel Fernández Sagasti, como estación intermedia entre las PASO y las generales nacionales.

Las otras tres elecciones del domingo pasado fueron derrotas para Casa Rosada, aunque de distinto peso y características. El retroceso más importante lo tuvo en Tucumán, donde perdió 196.400 en cuatro años: de los 380.400 que recogió el radical José Cano a los 184.000 de su correligionaria Silvia Elías de Pérez. De todos modos, la senadora también quedó segunda, pero ante una performance más contundente de Juan Manzur, gobernador reelecto, que sumó 71.349 votos más.

En Entre Ríos, la pérdida fue de 36.532 votos. En 2015, la disputa había sido pareja entre Gustavo Bordet y Alfredo de Angeli, hombre del PRO. Tan pareja que generó controversias en el conteo provisorio. En esta oportunidad, la diferencia fue más holgada entre el mismo Bordet y el radical Atilio Benedetti. El peronismo unido sumó 107.501, mientras que Cambiemos retrocedió en 36.532. De esta forma, Bordet pudo revertir un escenario que se preveía complicada cuando Cambiemos ganara con importante distancia en las legislativas de medio término.

Donde sí tuvo suma neta fue en Chubut. Allí, a pesar de haber quedado tercero, lejos de la pelea entre el gobernador Mariano Arcioni y el kirchnerista Carlos Linares, el Cambiemos local, con el radical Gustavo Menna como candidato, cosechó 4.222 más que en 2015.

En tanto, fue el Frente para la Victoria, con Linares, el espacio que se mostró en rojo, con 13.500 votos abajo. En cuanto a las elecciones anteriores resultó Córdoba el escenario que cuantitativa y cualitativamente más golpeó al Gobierno. Entre otras cosas, no pudo conformar Cambiemos por la rencilla interna entre candidatos. La suma de la lista de Mario Negri y la de Ramón Mestre totalizaron 577.000 votos, 51.800 menos que en 2015, cuando Oscar Aguad fue candidato unificado del espacio. Esa fragmentación opositora fue capitalizada por el gobernador Juan Schiaretti, que añadió 339.760 votos a su cosecha, beneficiado también por la decisión de Cristina Kirchner de no presentar candidatos propios.

En Neuquén, la primera elección provincial, Cambiemos perdió 16.450. En Río Negro, la sangría llegó a los 15.000 votos. En tanto, en La Pampa, fue de 7.700. En San Juan y Misiones, por último, los saldos negativos fueron de 31.700 y de 23.600, respectivamente.

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