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El mercado se dio vuelta en la última semana de mayo

La guerra comercial planteada por Trump, y la probable unificación del PJ, cambiaron la tendencia. La Bolsa, que era la mejor de todas en la primera parte del mes, bajó al final. Los bonos pasaron de subir a bajar. El dólar siguió estable pero no tan tranquilo. Y la baja de tasas se detuvo.

03 junio de 2019

Por Luis Varela

 

El mercado financiero argentino acaba de darse vuelta como una media. Mayo tuvo cuatro semanas y media de extensión: durante las primeras tres semanas y media, los valores locales venían como un tren, con el dólar quieto, las tasas de interés achicándose, los bonos recuperando algo de terreno y la Bolsa de Buenos Aires era la mejor del mundo. Todo eso sucedía con Estados Unidos peleando contra China y con Cristina Kirchner bajándose un escalón, colocando a Alberto Fernández primero en la fórmula porque, evidentemente, con ella como cabeza, el kirchnerismo perdería con Mauricio Macri en segunda vuelta.

Sin embargo, en la última semana de mayo todo cambió. En el exterior hubo dos novedades resonantes. Por un lado, Estados Unidos agregó otro mojón a su guerra, amenazando con subirle los aranceles a los productos de México. Y, en lo que atañe a Argentina, el 29 de mayo el país fue colocado nuevamente en la categoría de países emergentes. Eso, supuestamente, abría un flujo potencial de unos US$ 1.000 millones que podrían canalizarse a los papeles argentinos que cotizan en el exterior. Y a nivel local, en la puja política, Roberto Lavagna de desdibujó levemente, el peronismo federal no se consolida, Sergio Massa negocia sumarse a los K, y ahora parecería que Macri deberá enfrentar a un peronismo unido, lo cual le plantea a Cambiemos una dificultad más grande para ganar.

Con todo eso, la taba de dio vuelta. En la última semana de mayo el dólar siguió tranquilo pero no tan débil como en las primeras tres semanas y media; las tasas de interés dejaron de bajar, estabilizándose en el 70,5% en las leliq y entre 51% y 55% anual en los plazos fijos; los bonos dejaron de recuperar y bajaron algo más del 1% y la que se llevó la peor parte fue la Bolsa porteña. En la última semana del mes la Bolsa de San Pablo subió 3,6%, Santiago de Chile mejoró 1,6%, México avanzó 0,3% y todas las grandes bolsas del Norte bajaron Madrid declinó 1,9%, el Nasdaq, Tokio y Frankfurt perdieron 2,4%, el Dow de Wall Street achicó 3% y la Bolsa de Buenos Aires fue la peor de todas, con una merma del 3,2% en pesos y del 3,4% en dólares.

Así, luego de ser los mejores del planeta en las primeras tres semanas y media del mes, en el balance de todo mayo el índice S&P Merval subió 14,8% en pesos y 12,9% en dólares, con San Pablo 0,7% arriba, y con todo el resto del espinel en rojo mensual: la Bolsa de Chile cedió 3,7%, México 4,1%, Frankfurt 5%, Madrid 5,9%, el Dow Jones 6,7%, Tokio 7,4% y lo peor de todo estuvo en el Nasdaq con un declive de 7,9%.

¿Por qué se dio el notable cambio de tendencia en el mercado argentino? Evidentemente, el nombre de quién va a estar al mando en la Casa Rosada desde diciembre es decisivo para los precios de los activos domésticos.

Con Macri al mando, el país ya estuvo demostrando estar tres años y medio en ajuste permanente, orientando las variables con sufrimiento de la población, hasta que los mercados internacionales se convenzan de que a la larga se saldrá del déficit crónico, y que con ello vuelva el financiamiento genuino.

Pero se piensa que con Alberto Fernandez al mando las cosas serían diferentes. Ya lo dijo con todas las letras: “no habrá default como se hizo en otras oportunidades, sino refinanciación de deudas”. Esto, para Alberto, puede expresarse como postergación, pero los tenedores de títulos tienen otra lectura: si no se cumple a rajatabla con cada vencimiento, eso quiere decir una sola cosa: default.

Con esa amenaza como fondo, Macri y todo su equipo económico están jugando sus cartas para que en los 150 días que faltan hasta el 27 de octubre sean de estabilidad. Juegan la estrategia a aquietar el precio del dólar. Los ayuda la gran cosecha que se está dando este año y la liquidación de granos que empieza a implementarse.

Para el tiempo preelectoral que viene tanto Gobierno como oposición saben que los inversores sacarán todo el dinero que puedan del alcance del Ejecutivo entrante para el momento de la elección. Los inversores tienen un plan muy bien definido: estarán afuera a fines de octubre, y todo noviembre. Permanecerán sin entrar hasta que se sepa quién ganó, e incluso si gana Macri, esperarán hasta cien días (febrero o marzo) para volver a entrar. Querrán ver qué anuncia el Presidente una vez con el poder en la mano.

Frente a esto, las especulaciones son gigantescas. Con los precios actuales deprimidos en acciones y tremendamente bajos en bonos, hay analistas que plantean dos escenarios. Dicen que si gana el oficialismo, la suba en los bonos puede ser de más del 30%. Y también afirman que si vuelve el kirchnerismo la caía que se sufre desde hace dieciséis meses puede encontrar una nueva estocada del 30%.

El gran tema es que, en medio de este gran momento de decisión política de todo el pueblo argentino, se está viviendo un temblor mundial de proporciones. Debido a perspectivas difíciles para la economía norteamericana, Donald Trump está forzando una guerra comercial, fundamentalmente con China, pero ahora también con México, modificando aranceles de manera inesperada.

Todos esos factores alteraron los resultados de las inversiones de mayo. Por ejemplo, el petróleo ?una commodity mundial clave para casi todos los negocios? se desplomó nada menos que 15% en el mes, reflejando que el nivel de actividad global está en peligro, con desaceleración y menor consumo de energía.

Y, probablemente como huída de todo este movimiento, las grandes estrellas del mes fueron las criptomonedas, con el bitcoin pegando un salto del 60%, pasó de US$ 5.333 a US$ 8.561 dólares.

En la mirada de los inversores locales, en las cuentas de mayo, por supuesto por debajo del bitcoin, aparecieron algunas acciones: Morixe subió 51% en todo mayo, Phoenix 31%, TGN 29%, TGS 29%, Grimoldi 29%, Molinos Rio 27%, Caputo 27% y Colorin 26%. Más abajo, el sorgo ganó 21% en la Bolsa de Rosario, con el maíz subiendo nada menos que 18%, con las alforjas más llenas que nunca.

Y bastante más abajo, la Bolsa de Buenos Aires logró avanzar en mayo 15%, mostrando una recuperación importante después de una larga y dolorosa caída. Detrás de la Bolsa, todavía más abajo, aparece un bono argentino, el CO26, con una suba mensual del 10%, destacándose como el único papel público que saca la cabeza del agua. Un poco más abajo, el trigo ganó en Rosario 10% y la soja subió 8%, sobresaliendo en estos tiempos casi como los únicos rubros que traen dólares ciertos a la Argentina. Y bastante detrás, aunque algo arriba de lo que parece que dará la inflación del mes (3,2%), mostraron un rendimiento mínimamente positivo las tasas de interés de los plazos fijos: los bancos pagaron 3,7% mensual por plata grande y 3,5% mensual por plata chica. Y ya en zona negativa contra la inflación, el dólar dormido subió 1,6%, bastante más que el bono argentino promedio, que avanzó 0,8%.

Luego estuvo apenas arriba la Bolsa de San Pablo, que avanzó 0,7%, pero a partir de ahí todo estuvo negativo: la Bolsa de Chile bajó 3,7%, la de México cedió 4,1%, la de Frankfurt y la de Madrid achicaron 5%, el Dow Jones de Nueva York cayó 6,7%, la Bolsa de Tokio perdió 7,4% y el Nasdaq de Wall Street se contrajo 7,9%.

O sea, como puede verse, mayo fue tremendo para las inversiones, con gran volatilidad, todo muy selectivo, con algunos papeles volando por las nubes, y con otros hundiéndose en las sombras. Y, tal como están planteadas las cosas, los meses por venir pueden tener movimientos todavía mayores. Veremos.

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