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El ajuste externo avanza a paso firme

La cuenta corriente tuvo un déficit de US$ 3.800 M en el 1°T y cayó a 4,5% del PIB en el acumulado de los últimos 4 trimestres

27 junio de 2019

En un día cargado de novedades estadísticas (por suerte, positivas), también se publicaron los números de la balanza de pagos. Si bien tienen menos marketing, son claves para entender qué está pasando con la economía.

“El déficit de cuenta corriente alcanzó US$ 3.850 millones en el primer trimestre de 2019 y acumula casi US$ 22.000 millones en los últimos doce meses (-4,9% del PIB). Con estos números, el saldo negativo del trimestre se redujo a la mitad en comparación al registrado en igual período de 2018 previo a la crisis cambiaria”, dijeron en Ecolatina. La dinámica de ajuste, explicaron, “obedeció a la recesión que atraviesa la economía argentina y al desplome del poder adquisitivo medido en moneda extranjera”.

Por un lado, la reversión del saldo de bienes se explica por la disminución de las importaciones (-28%) ya que las exportaciones también se contrajeron en la comparación interanual (-2%). Respecto de la balanza de servicios, los resultados también fueron auspiciosos producto del deterioro de la actividad: el rojo acumuló US$ 1.700 millones en el primer trimestre de 2019, reduciéndose a la mitad respecto del alcanzado entre enero y marzo de 2018 (US$ 3.400 millones). “Una vez más, la evolución respondió a la retracción de las compras externas (-27%) ya que las ventas también se achicaron, pese a la mayor competitividad cambiaria (-9%)”, explicaron.

Por su parte, el rojo de rentas creció poco más de 10%: pasó de US$ 4.500 millones en el primer trimestre de 2018 a US$ 5.000 millones en 2019. “Esta evolución refleja el mayor pago de intereses a no residentes en moneda dura (+30%), y va por carriles distintos al curso de la economía. En consecuencia, su dinámica no mejoraría en los próximos meses, más allá de qué pase con el nivel de actividad”, señalaron.

Por otro lado, la cuenta capital y financiera mostró un superávit de menos de U$ 5.000 millones, lo que implica un ajuste cercano a US$ 11.000 millones frente al primer trimestre de 2018. En este sentido, la inversión productiva se vio reducida en 6% (retroceso de las ganancias medidas en moneda extranjera), mientras que la inversión financiera prácticamente “se retiró” de la economía argentina: cayó nada menos que 98% en un contexto de elevada inflación, inestabilidad cambiaria, volatilidad de tasas e incertidumbre político-electoral.

Como resultado de esa dinámica, las reservas del BCRA se mantuvieron prácticamente inalteradas y cerraron el trimestre en US$ 66.805 millones.

Ajuste (fase II)

Para 2019, augura Ecolatina, la dinámica de ajuste de la economía argentina se hará sentir “positivamente” en las cuentas externas. La cuenta corriente irá recortando su déficit gracias a un fuerte retroceso de las importaciones y, luego de un magro primer trimestre, un avance exportador. “Más allá de estas mejoras, el pago de utilidades y dividendos y principalmente el de intereses impedirían que la cuenta corriente pasara a terreno positivo. En consecuencia, la misma seguiría en rojo y acumularía un déficit cercano a US$ 10.000 millones (poco más de 2% del PBI). Por su parte, la cuenta capital y financiera mostrará también un ajuste significativo aunque, no obstante, el superávit sería más que suficiente para cubrir el rojo de cuenta corriente, siempre que se destraben los desembolsos del FMI (algo descontamos que pasará)”, dijeron y agregaron que las reservas internacionales brutas volverían a crecer en 2019.

La visión de SBS

El rojo en la cuenta corriente, dijeron en SBS, cayó a 4,5% del PIB en el acumulado de los últimos cuatro trimestres y bajó notablemente desde el 5,9% registrado en el tercer trimestre de 2018. “A su vez, el déficit de cuenta corriente sin intereses cayó a 1,9% del PIB en los últimos 4 trimestres, mostrando una significativa recuperación que lo deja más de un punto por encima del mínimo requerido para estabilizar la deuda externa, que es de 3,1% del PIB, según la última estimación del FMI en abril”, agregaron en un informe intitulado “Reforzando la sostenibilidad externa”.

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