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¿Qué sigue en la guerra comercial entre EE.UU. y China?

11 mayo de 2019

Desde la mañana del viernes, muchos de los artículos en los comercios estadounidenses se volvieron más caros, en la escalada de la guerra comercial tras el aumento de 25% a los aranceles sobre las importaciones chinas que representan un estimado de US$ 200.000 millones. Más del 90% de los artículos de consumo cotidiano en EE.UU. son de fabricación china.

El Ministerio de Comercio de China dijo que "lamenta profundamente" la decisión de Trump y que Beijing "tendrá que tomar las contramedidas necesarias", que aún no se dieron a conocer. También se espera que el magnate inmobiliario imponga impuestos a casi todas las importaciones de China como castigo por el intento de Beijing de "renegociar" un acuerdo comercial.

Trump como viene haciendo desde antes de asumir su presidencia, usa su cuenta personal de Twitter para cataratas de tuits que en este caso son usados como una táctica de provocación en medio de la ronda de negociaciones que mantienen sus funcionarios. El viernes tuiteó por la tarde que las conversaciones con China, encabezadas por el viceprimer ministro Liu He, han sido "constructivas" y continuarán. Pero anteriormente, había dicho que no hay "ninguna necesidad de acelerar" un acuerdo. En el mismo día editó y borró sus propios tuits, quizás por presión de su equipo de comunicación.

Los economistas dicen que los aranceles estadounidenses y las represalias de China que se vienen perjudicarán a ambos países y contribuyen a una desaceleración económica mundial. El mercado tendrá que reevaluar los negocios de los EE.UU. Y el estado de su economía. Además, las cadenas de suministro deben ser reconsideradas y las empresas enteras deben ser reevaluadas. Los sectores expuestos al comercio podrían ser los más afectados, incluida la tecnología, la industria y la energía.

¿Qué sigue? La economía global es tan compleja e interdependiente que los efectos de segundo, tercer y cuarto orden son efectivamente imprevisibles, escribe Felix Salmon, de Axios. Los efectos de primer orden de los aumentos de aranceles de Trump se sentirán en cualquier empresa estadounidense que importe productos de China, ya que tendrán que pagar los aranceles. Los efectos de segundo orden incluirían cosas como que las compañías de EE. UU. transfieran los costos a sus consumidores, así como aranceles de represalia de China. Los efectos de tercer orden podrían incluir compañías estadounidenses que mudan operaciones a Vietnam y otros países asiáticos si creen que estas tarifas estarán aquí para quedarse.

La gran pregunta será si Trump se toma en serio el hecho de gravar con impuestos todos los productos entrantes de China o si continuará otorgando exenciones para productos como el iPhone, como lo hizo cuando comenzó a anunciar los aranceles el año pasado. Del lado chino, las autoridades probablemente apuntarán a las industrias estadounidenses con importancia política. Antes de los elecciones de medio término de 2018 fueron las motos Harley-Davidson, el whisky, los arándanos, la soja y el cerdo, que afectaron, entre otros lugares, a los estados de residencia del líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, y al entonces presidente de la Cámara, Paul Ryan.

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