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La Feria del Libro y la cultura degradada a la propaganda

14 mayo de 2019

Por José Lucas Magioncalda Presidente Ciudadanos Libres por la Calidad Institucional

Desde hace varios años, el kirchnerismo ha sabido generar controversias, en el ámbito de la Feria del Libro, que han suscitado repercusión nacional e internacional.

En plena era cristinista, los intelectuales K llegaron a cuestionar la presencia, en el concurrido evento, del escritor y Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, por considerarlo gorila y liberal. Y si a ese punto llegaron los intelectuales de Cristina, no podía esperarse menos de las barras bravas afines a aquel gobierno. En efecto, los violentos que sojuzgaban a los trabajadores honestos del Indec, quizá con menos inteligencia, intentaron sabotear a puro sillazo, la presentación de un libro que cuestionaba a la conducción kirchnerista del organismo.

Este año, fue el secretario de Cultura, Pablo Avelluto, quien sufrió las agresiones verbales en medio del discurso inaugural de la feria, también provenientes de organizaciones ligadas al kirchnerismo.

Pero cuando el éxito editorial de “Sinceramente” parecía amigar al kirchnerismo con el libro y con la cultura, sobrevino nuevamente el autoritarismo. Aunque esta vez, de un modo más original: los K no intentaron impedir el evento de otro, sino que lisa y llanamente, evitaron la presencia de “los otros” en el lanzamiento del libro de su líder. Así, sólo ingresaron al recinto personalidades y periodistas “amigos”, mientras  una enviada de TN, que intentaba describir la situación desde afuera, sufría todo tipo de agresiones destinadas a entorpecer su trabajo.

El accionar del kirchnerismo, en relación a la Feria del Libro, y a otras tantas cosas que llegaron a funcionar en nuestro país, se rige por el siguiente principio: será mío o no será de nadie. Pero, en este caso, un evento cultural deja de serlo, desde el momento mismo en que una parcialidad política se lo apropia. Así, lo cultural pierde fuerza, se degrada, se transforma en mera propaganda. ¿O no es una torpe propaganda mostrarse como un ejército de ocupación que logra “coparle La Rural” a un enemigo imaginario?

A esto, además, se suma la hipocresía de una líder política que, mientras sus partidarios violentan un evento cultural, en connivencia con las autoridades de la Feria, esgrime un discurso falsamente conciliador, que se contrapone con el contenido del mismo libro que está presentando, y cuya autoría le pertenece.

Pero lo que deja claramente expuesta la simulación de la senadora Cristina Kirchner, y su desprecio por la convivencia democrática, es que no suspendiera su bochornosa convocatoria. Porque cabe recordar, que mientras Cristina se dirigía a su público, un diputado oficialista se debatía entre la vida y la muerte, luego de ser baleado varias horas antes, en un hecho no esclarecido, y en el que resultara asesinado un funcionario que lo acompañaba.

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