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Indec anuncia IPC de abril (daría cerca de 4%) y la duda es qué pasará desde junio

Alejandro Radonjic 14 mayo de 2019

Por Alejandro Radonjic

El Indec difundirá el miércoles su dato de inflación para el mes de abril y se descuenta una desaceleración con respecto al altísimo 4,7% observado en marzo. Sin embargo, el dato aún será muy elevado y el número final rondará 4%, similar a la de nuestros vecinos en?12 meses.

Si está por debajo, será positivo (así estamos?) y menor a lo esperada mientras que, si se ubica por encima, el proceso inflacionario mostrará una tenacidad compleja y los consultores ajustarán hacia arriba sus proyecciones anuales, que hoy ya se ubican en 40% punta a punta.

Luego de abril, y un mayo con piso de 3%, la pregunta es si el esquema (inflacionario, y no futbolístico) será 4-3-2-1 o, más bien, un 4-3-3, es decir, una baja que se estanca.

Para eso, El Economista dialogó con tres consultoras que hacen sus propios relevamientos.

Nicolás Crespo (Elypsis) comenta que abril cerró en 4% y que mayo va rumbo a 3,1%. Además, comenta que puede seguir bajando en junio y más adelante, aunque eso dependerá del humor del dólar. “Nosotros en abril vimos, con el acuerdo de Precios Esenciales y hacia mitad de mes, cierta desaceleración en la inflación, que se había acelerado a finales de marzo, quizás porque algunas empresas remarcaron preventivamente”, dice Crespo. Agrega que mayo comenzó tranquilo, con la inflación núcleo marcando 0,7% en la prima semana, aunque se aceleró hasta 1% en la segunda cuando impactó, con algún delay, “la depreciación pequeña pero brusca de $2 en el tipo de cambio”.

“Estamos manejando una proyección de 3,5% para mayo. La desaceleración sería leve porque hay aumentos puntuales (agua, prepagas y gas) que si bien son menores a las del mes pasado, le ponen un piso elevado a la inflación de mayo. El core tendría una variación cercana al nivel general. Si bien el tipo de cambio estuvo tranquilo, la evolución salarial fue nominalmente elevada y esto impacta en el IPC vía presión sobre los costos”, agrega Federico Moll, Director de Ecolatina. Según sus previsiones, abril cerró en 3,7% y la proyección anual es de 39%.

“Con el relevamiento que venimos haciendo hasta ahora estamos con una proyección de 3,5% mensual para mayo”, cierra Martín Vauthier, Director de Eco Go. ¿Y junio? “Ahí la gran apuesta seria que este más cerca de 3% que de 4%, y para eso va a ser fundamental mantener la estabilidad cambiaria, ya sin el impacto de precios regulados, más allá de que se espera algo de naftas”, dice. ¿No podría llegar a ser de 2%? “Es difícil llegar tan rápido a ese nivel. La economía está en un régimen de inflación moderada-alta, sobre todo después del salto cambiario de $30 a $40 en agosto del año pasado. Va a llevar un tiempo quebrar esa inercia, suponiendo estabilidad cambiaria y consistencia fiscal y monetaria sostenida en el tiempo. Hoy, la lógica de muchas empresas con espalda es priorizar la capitalización de la compañía, teniendo en cuenta que en un contexto de alta nominalidad y donde los costos presionan, 'quedarse corto' en la fijación de precios puede significar un impacto patrimonial considerable.  También hay firmas que buscan compensar los mayores costos fijos derivados de la caída en las ventas con mayor precio, exacerbando el proceso. La política monetaria y fiscal tiene efecto sobre ello, pero requiere tiempo y los costos son muy altos en una economía con esos comportamientos y este grado de indexación”, resume Vauthier ante El Economista.

***La preocupación exportadora de Heymann

En una interesante entrevista publicada la vanguardia, Daniel Heymann (IIEP-UBA) dejó definiciones varias y volvió a recurrir a una preocupación recurrente: la restricción externa, “una frase abstracta para algo muy concreto: falta de dólares”. Cuando se acogota el sector externo, aparecen los problemas y no es casual el regreso de la mencionada restricción con el estancamiento secular desde 2011. “Eso se asocia a un comportamiento muy pobre de las exportaciones. En el 2011, nosotros exportábamos US$ 84.000 millones. Estos últimos años, incluyendo el año pasado, solo exportamos alrededor de US$ 60.000 millones. En 2018, el volumen de exportación, sin tener en cuenta los efectos de precios, es menor que en 2005. Nos quedamos sin capacidad de generar dólares para sostener la demanda de dólares que requiere un nivel de actividad más alto”, dijo Heymann y graficó el concepto con una frase para pensar: “Argentina necesita más del mundo de lo que le puede ofrecer”. Es tiempo de pensar, en serio y sin meros voluntarismos, los pasos necesarios para generar una revolución exportadora. Los riesgos de no hacerlo, están (y estarán crecientemente) a la vista.

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