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Rouvier: “Lavagna no le saca votos a CFK, pero sí a Macri”  

12 abril de 2019

Entrevista a Ricardo Rouvier sociólogo y consultor político  Por Néstor Leone

Ricardo Rouvier, sociólogo y consultor político, describe dos situaciones complementarias, en aparente contradicción, para Cambiemos (y para el kirchnerismo) en la disputa por el voto independiente, indeciso. “La clave está en el tercer espacio, que hoy no está ni con uno ni con otro. Y hoy en el voto potencial a Roberto Lavagna o a Sergio Massa hay más voto anti-Cristina”, sostiene, por un lado. Pero también afirma, por el otro. “Lavagna no le saca votos a Cristina. A quien sí le saca votos es a Mauricio Macri. Eso es algo que hoy está ocurriendo”.

En esta entrevista con El Economista, Rouvier analiza el escenario electoral y traza, además, algunas puntas para pensar el futuro. “La característica política de la Argentina de hoy es ser una lucha de minorías. Ninguno que gane en octubre va a poder tener mayorías propias. Tanto Unidad Ciudadana como Cambiemos van a tener que negociar mucho con otras fuerzas”, sostiene.

 

El Gobierno parece perder imagen positiva y cae también la figura pública del presidente Mauricio Macri. ¿Cómo se traduce eso en intención de votos?

Hasta hace dos meses, Macri venía cayendo en imagen pero mantenía un núcleo duro de alrededor del 30%. Desde entonces comenzó a caer también en intención de votos. Y es un hecho nuevo, algo que no venía sucediendo. Esa caída generó algo más de luz en favor de Cristina. No porque Cristina haya obtenido adhesiones nuevas, sí porque esa diferencia se hace mayor. Lo que logró Cristina es recuperar algo de lo que había perdido en la provincia de Buenos Aires.

¿Podrá revertir, en campaña, esta tendencia a la baja? ¿Cuál cree que será la estrategia de Cambiemos en ese sentido, teniendo en cuenta además que la economía no traerá buenas noticias?

Los indicadores macroeconómicos, pero también los microeconómicos, no van a mejorar hacia las elecciones. Por lo menos, sustancialmente. En todo caso, lo bueno para el Gobierno sería que permanecieran estable. Por caso, uno de los factores que inciden mucho en la opinión pública es la estabilidad del dólar. No porque todo el mundo tenga dólares, sino porque eso da imagen de un gobierno que controla las variables. Si no logra manejar el nivel de la divisa, lo que queda es la imagen de un gobierno con rumbo incierto. De todos modos, esto no es definitivo. Hay que ver qué pasa con la marca Cambiemos. No es descabellada la hipótesis de que, una vez establecidas las candidaturas y en la recta final de la campaña, la marca Cambiemos tenga algunos puntos más que Macri. Por eso son necesarias las precauciones.

La Ciudad y la provincia de Buenos Aires no desdoblan sus elecciones. ¿Corren el riesgo de resentir sus chances Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal en un escenario adverso a nivel nacional?

Hoy tenemos una ventaja de primera vuelta para Cristina sobre Macri de 8 puntos, que se hace mayor en la provincia de Buenos Aires, una cantidad de indecisos del 15% y un tercer actor, sin definir, con el peronismo alternativo o federal. En las mediciones, varios intendentes bonaerenses de Cambiemos recogen mayor intención de votos que la gobernadora Vidal y que Macri. Pero también hay una diferencia entre Vidal y Macri, que no es menor, de 11 puntos, según nuestros estudios. Puede darse ahí un corte importante de boleta. En ese sentido, hay que ver qué sucede finalmente con la reforma al sistema por decreto para que no haya colectoras, a partir de la iniciativa de Sergio Massa de que se pueda ir con varias boletas.

¿Y en la Ciudad?

En la Ciudad el escenario es más claro, si bien Rodríguez Larreta también puede ser afectado. Lo que sucede ahí es que la diferencia previa es mucho más grande a favor del oficialismo local. La primera fuerza opositora no supera el 22-23%. Podría llegar a complicarse con un candidato más competitivo. Por ejemplo, con Martín Lousteau, por fuera de Cambiemos. Aunque hay varios que lo quieren a Lousteau como vicepresidente de Macri. Los rumores son muchos. Depende de cómo se conforme el escenario, entonces.

Lavagna es un candidato de la elite política, de gobernadores y sindicalistas: no tiene popularidad, pero es respetado

Cristina encabeza la intención de votos según casi todas las encuestas. ¿Qué chances tiene de construir mayoría a partir de ahí?

La característica política de la Argentina de hoy es ser una lucha de minorías. Ninguno que gane en octubre va a poder tener mayorías propias. Tanto Unidad Ciudadana como Cambiemos van a tener que negociar con otras fuerzas. Es un hecho inevitable. También es cierto que el triunfo te acerca muchos amigos. Pero en el Congreso Nacional van a tener que negociar mucho.

Se lo preguntaba en términos del posible balotaje: Cristina tiene un núcleo duro persistente, pero también rechazos en algunos segmentos del electorado. ¿Cuánto se puede modificar esto en campaña?

La construcción de mayorías para el balotaje creo que se va a definir a partir de la menor negatividad. Se va a dar una lucha entre el antimacrismo y el antikirchnerismo. Hay que ver cuáles de los dos anti es más grande para saber quién puede ganar. El voto negativo se va a profundizar en esa instancia.

¿Cómo se distribuye ese voto negativo hoy?

La clave está en el tercer espacio, que hoy no está ni con uno ni con otro. Hoy en el voto potencial a  Roberto Lavagna o a Sergio Massa hay mucho más voto anti-Cristina.

¿Es un hecho que vaya a haber balotaje? ¿Lo damos por descontado?

En forma terminante no lo podría afirmar. Pero con los números que hay hoy, sí.

¿Cuánto cambia el escenario que Roberto Lavagna se presente o no? ¿Modifica algo en lo sustancial?

Lavagna tiene un modo de construcción que va desde afuera hacia adentro, a diferencia de Massa que va desde el peronismo hacia afuera. Con interés por el voto kirchnerista por parte de Massa y el desinterés por ese voto por parte de Lavagna. Pueden constituir bloques de votantes con algunas diferencias entre sí, pero lo ideal para ese espacio es que tuviera un liderazgo único y un candidato indiscutido. Es lo que está buscando Lavagna: un consenso absoluto al punto tal que haga innecesaria las PASO. Si no lo logra y va dividido, votos a Cristina no le saca. A quien le saca votos Lavagna es a Macri. Eso es algo que hoy está ocurriendo.

Lavagna no aparece hasta aquí con alta adhesión. Parece más un candidato de círculos de dirigentes del peronismo que resisten a Cristina Kirchner, que otra cosa. ¿Cómo cree que puede evolucionar?

Lavagna es un candidato de la elite política, de algunos gobernadores, de algunos sindicalistas. Carece de popularidad, pero es muy respetado. Pero no es un candidato competitivo como para llegar al balotaje. Sobre todo, si su espacio va dividido. De llegar, de todos modos, haría un papel importante.

La construcción de mayorías para el balotaje se va a definir a partir de la menor negatividad: en la lucha entre los anti

Si no se presenta Lavagna, ¿se agiganta la polarización o esa polarización ya es un hecho consumado o una tendecia?

La polarización se acentuaría si Lavagna no es candidato. Cuando a Lavagna dice que si lo presionan mucho con las PASO se va a su casa, hay que creerle. Lo veo a Massa muy debilitado, muy desorientado. No sabe bien qué hacer.

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