Ayer, durante la apertura de la segunda jornada del Congreso Económico Argentino (CEA) en el marco de la séptima edición de Expo EFI celebrada en La Rural, uno de los paneles reunió a los representantes de cuatro de las principales compañías automotrices del país, en la que advirtieron que los pésimos resultados del acumulado del primer trimestre del año, con un descenso de más de 30% interanual en producción y una caída de casi 57% interanual en la venta mayorista, podrían seguir su curso hacia la baja.
“No creo que hayamos tocado fondo”, advirtió el presidente de Volkswagen en América del Sur, Pablo Di Si, que aseguró que el tráfico en las concesionarias es “bastante bajo”, aunque admitió que las cifras negativas que arroja la industria están siendo comparadas con lo que fue “el mejor cuatrimestre de la historia automotriz” en el país, en referencia a los resultados de los primeros meses del año pasado.
Di Si se refirió al impulso que puede generar el sector del campo en los próximos meses, que según su visión podrá “ayudar un poco”, aunque destacó que “si no hay crédito, la industria no se va a mover” y lo comparó con Brasil, en donde el sector automotriz “está creciendo porque hay mucho crédito”, e indicó que las exportaciones de Volkswagen ese país están creciendo 20% respecto al año pasado.
Por su parte, para Cristiano Rattazzi, presidente de FCA (Fiat y Chrysler) en la Argentina, el crédito accesible aparecerá muy pronto de la mano de la recuperación. “Si todo empieza a girar, el mercado interno empezará a girar muy bien y vamos a volver al mercado del millón de autos que habíamos pregonado dos años atrás. Todas las previsiones para este año dan 600.000 autos”, señaló Rattazzi. “Pero no es una situación dramática”, remarcó.
En tanto, Daniel Herrero, titular de Toyota en el país, apuntó hacia el tema de los impuestos a las exportaciones. “Si cualquiera de nosotros ensambla una pieza de un producto local, cuando la exportamos tenemos que pagar las retenciones. Pero si traemos esa pieza de afuera, no pagamos retenciones. Hay que corregir un montón de cosas”, señaló el ejecutivo.
“Cuando el cliente nos dice que un auto vale la mitad en Estados Unidos, recordemos que en el modelo más caro que tenemos nosotros (la Toyota SW4), 50% del valor es impuestos. Cuando exportamos, el 14% de impuestos que pagamos sobre ese vehículo nos está sacando la competitividad de llegar a otro mercado”, aseguró Herrero.
Suspensiones
En la misma línea de Herrero, Rattazzi se refirió a la necesidad de bajar los impuestos a las exportaciones para promoverlas y evitar las suspensiones en el sector. “De nuestra producción, 20% va al mercado interno. Nuestro mercado para producir está afuera y es ahí donde se crean las suspensiones. Para bajar las suspensiones dependemos muchísimo de cuanto podamos producir y exportar”, aseguró Rattazzi. En tanto, el presidente de Volkswagen le adjudicó las suspensiones a cambios en la plataforma productiva.
Las explicaciones de los ejecutivos hacen referencia a la ola de paros en las plantas de producción y las respectivas suspensiones de empleados en varias compañías en los últimos meses, por causa de la crisis que viene atravesando el sector, lo cual ha afectado a más de 5.000 empleados de esta industria. Una de ellas fue Renault, que paró por tres días y suspendió a 1.500 operarios. Al igual que el resto, la empresa justificó la medida en base al exceso de stock ante la fuerte caída en la venta de vehículos 0 km.
Otra de los que frenó su producción fue Fiat, que hace un mes suspendió por dos días a casi 2.000 empleados. El Grupo PSA (Peugeot y Cintroën) en febrero decidió parar por dos meses y suspendió a 2.000 trabajadores. También se sumó Honda, que suspendió a 700 empleados por hasta cuatro semanas. Volkswagen, por su parte, el mes pasado anunció suspensiones rotativas a 300 empleados, aunque según la empresa la medida obedece a un programa de adaptación a una nueva línea de producción.
