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El Gobierno, ante semana clave: debe frenar la sangría en los mercados

Alejandro Radonjic 29 abril de 2019

Por Alejandro Radonjic

Hasta las elecciones, todas las semanas serán importantes para el Gobierno. Sin embargo, la que arranca hoy será decisiva. La gran pregunta es si se parará la sangría en los activos de Argentina, que arrancó el miércoles pasado y continuó el jueves y viernes.

Como un círculo vicioso o arenas movedizas, la prolongación del estrés financiero minará aún más las posibilidades electorales de Cambiemos, alimentado un ulterior castigo a las valuaciones. Ya lo advirtió Claudio Zuchovicki: “Lo que vamos a lograr con la profecía autocumplida es que pase”.

El Gobierno necesita que le hemorragia pare ya, pero no ha mostrado nuevas cartas y sólo apeló a “manos amigas” para frenar las caídas y generar “relief rallies” (rallys de alivio) que duraron pocas horas.

¿Tiene algo más? El mercado pide nuevas herramientas para intervenir en el mercado de cambios, pero el FMI ya se expresó en sentido contrario. “Floten”, fue el mandato que bajó desde Washington y, hasta ahora, no hubo cambios. "Aun si el FMI habilita eso, y puede ser que lo haga, es un proceso que tarda hasta 4-6 semanas porque lo tiene que habilitar el board", dice Guido Lorenzo desde LCG y anticipa que se vienen "semanas complicadas".

La clave está en Wall Street o, como dijo Mauricio Macri, “en tipos que están sentados detrás de una computador en un lugar lejano”. Pero, ¿qué quiere Wall Street y qué necesita para volver a demandar activos de Argentina y dejar de escupirlos?

Las visiones

Desde Consultatio son pesimistas y, por eso, aumentar la dolarización en sus carteras. Así lo expresaron el viernes en su nota semanal: “En la dinámica de precios que se está desarrollando donde la política está en el centro de la escena, no vemos catalizadores que puedan generar un rebote sostenido en las valuaciones desde estos niveles. Por un lado, existen varias razones que nos llevan a pensar que las medidas económicas que el Gobierno pudiera tomar de ahora en adelante tendrían un efecto muy limitado. Una razón es la que comentamos anteriormente: en este contexto, la política es lo único que importa a la hora de ponerle un precio a los mercados. Otro argumento es que al Gobierno no tiene demasiado margen de maniobra. Sin ir más lejos, la semana pasada se anunció un paquete de medidas que incluyó un mayor control de precios para combatir la inercia inflacionaria, un paquete de asistencia a jubilados y asistidos por programas sociales para reactivar el consumo y, mucho más relevante, la eliminación del piso de la zona de no intervención cambiaria hasta junio y la fijación del límite superior de la misma hasta diciembre (lo que reforzó el potencial sesgo contractivo). El margen de maniobra también es acotado porque las propuestas deben pasar el filtro del FMI. Finalmente, el impacto de nuevas medidas económicas sería limitado por la pérdida de credibilidad en el Gobierno”.

En Casa Rosada preocupa que el castigo fue simultáneo con el anuncio del superávit fiscal primario del primer trimestre (el primero en 7 años) y, además, el anuncio de un superávit comercial de más de US$ 1.000 millones en marzo. Los mercados parecen haberse desacoplado de las mejoras en el frente macroeconómico.

Además, Consultatio tampoco ve mejoras en el flanco político. “Sería raro ver una mejora del Gobierno en las encuestas por varias razones: la esperanza de una recuperación de la actividad antes de las PASO ya está prácticamente descartada; la suba del tipo de cambio probablemente se retroalimente en la inflación y el descenso de esta sea mucho más lento y, por último, la dinámica del tipo de cambio, con una inflación persistente y un ritmo de salida de capitales elevado, probablemente sea más inestable. Finalmente, el panorama político sí podría mejorar para el Gobierno en el caso de que Cristina Kirchner levante su perfil. Sin embargo, eso podría no ocurrir incluso luego del 22 de junio, ya que la (seguramente) candidata no tiene incentivos a levantar su exposición”, agregaron.

El mercado

En diálogo con El Economista, un operador de Wall Street, que solicita off the record, dice: “A menos que el Gobierno cambie y venda una nueva historia, no van a poder revertir estas expectativas. Si no hay ningún cambio, vas a tener una salida continúa con serruchos y para abajo. Los fondos chicos y medianos ya salieron de Argentina mientras que los grandes, desde enero, están vendiendo y bajando su exposición. A su vez, los que no tienen deuda de Argentina te 'shortean'  y eso genera más bajas en los precios”.

Además, agrega: “Ellos (por Wall Street) necesitan a Macri, María Eugenia Vidal o cualquiera de Cambiemos. Afuera saben que no hay otra que reestructurar deuda porque es imposible pagarla de corto y necesitan un presidente 'fácil' para renegociar, es decir, están tratando de decidir con quién van a hablar desde 2020”. En una línea similar se expresó Hernán Arbizu, quien fuera ejecutivo de JP Morgan. "Todos los fondos de inversión saben que Argentina va a una reestructuración de deuda y prefieren una persona débil para renegociar la deuda, como Macri, y no alguien fuerte como Cristina Fernández", dijo en FM La Patriada y agregó que "los grandes bancos van a oficializar la recomendación de vender los activos argentinos".

Un operador local también da su visión. “¿La semana? Imposible saberlo. Esto es día a día y, si se pone feo, hora a hora. “No me gustó el cierre del viernes y el mercado fue de mayor a menor. Veremos si el lunes (por hoy) hay más compradores que vendedores o al revés”, señaló.

Sin 'historias'

Desde Eco Go, Martín Vauthier plantea: “Los fondos de afuera se quedaron por ahora sin una historia para comprar”. Así lo explica: “Hoy ya no hay historia que los fondos compren. Ven mucha incertidumbre electoral, una economía estancada y con una inflación en niveles muy elevados y una crisis de balanza de pagos que no termina de corregir y que fue detonada en gran medida por una herencia muy compleja y muchos errores de diagnóstico y coordinación en la gestión de la misma. A ello se sumó también un mal manejo de la crisis a partir de abril del año pasado, con un FMI que tampoco termina de entender cómo funciona la economía de Argentina. Creo que el gran problema en la gestión de la crisis fue que tanto el Gobierno como el FMI tomaron gran cantidad de decisiones suponiendo que el escenario base siempre iba a ser el positivo, pero eso solo ocurre cuando todos los planetas se alinean”.

En diálogo con El Economista, agrega: “Creo que en estas semanas vamos a seguir viendo mucha volatilidad. La combinación de elevado riesgo país, polarización en el marco de la grieta, economía estancada y alta inflación, libre movilidad de capitales y capacidad de intervención muy limitada aseguran, de sostenerse, volatilidad por los próximos meses”.

“El selloff de la semana pasada fue de algunos fondos grandes de Estados Unidos, puntualmente Blackrock. A pesar del desarme, aún mantienen posiciones grandes en deuda de Argentina. La expectativa del mercado es que la semana pasada haya sido un piso en un contexto de Cristina aumentando sus chances en las encuestas. Las paridades de los bonos empiezan a pricear escenarios de reestructuración en vez de uno donde se dudaba de la capacidad de pago como teníamos hasta antes del selloff. En la medida en que Cristina siga aumentando sus chances, la suba de rendimientos podría continuar. La clave pasa porque el gobierno pueda revertir su caída en las encuestas, más allá de que el plan sea M o V”, dice Axel Cardin, analista de Research de Bull Market Brokers.

Datos del viernes 26 (Gentileza SBS)

“Por como cerró la última semana, el inicio de la actual no invita a ser muy alentadores. Sin embargo, podemos llegar a tener algún rebote, dadas las caídas que hemos visto, pero no creo que haya un cambio de tendencia”, dice el analista Christian Buteler en diálogo con El Economista. “Hoy, la desconfianza es muy marcada y fuerte”, agrega y pone como ejemplo el precio del Bonar 20, que el viernes cerró debajo de US$ 80, con una Tasa Interna de Retorno (TIR) apenas debajo de 20%.

La macro

Desde Economía & Regiones (E&R), tienen una visión crítica, como de costumbre. “El dólar irá más temprano que tarde hacia la banda de $51,45. Una vez que el dólar toque (ese valor), el BCRA empezará a vender reservas y la macroeconomía se sumergirá en un 'juego' de 'cuántos' pesos corren contra 'cuántos' dólares, y cuántos dólares estará dispuesto a perder el BCRA y/o cuantos dólares el FMI convalidará perder”, dicen en su último informe. A la vez, sobre la inflación, E&R sostiene que “no va a bajar sino que va a subir” y, en rigor, será mayor que en 2018, cuando terminó en 47,6%.

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LOS DATOS

8,85%

El peso cayó 8,85% la semana pasada y, con excepción del Bolívar venezolano, fue la más castigada: el viernes cerró en $45,97, subiendo más de $4 en la semana. El miércoles 17, última rueda de la semana anterior, había cerrado en $41,90.

1.214

El CDS (seguros contra default) a 5 años cerró la semana 1.214 puntos y trepó 265 unidades en la semana, liderando cómodamente el ranking de países con más riesgo de default del mundo.

6,35%

La Bolsa porteña achicó 6,35% en la semana y el papel de Ternium (TXAR) fue el más golpeado, con una baja de 8,98% en cinco días

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Torres: “El FMI generó 'crowding-out'”

Hector Torres, exrepresentante de Argentina ante el FMI, también aporta su visión y pondera la situación como muy complicada. “El Gobierno cree que poniendo las tasas por el cielo se va recuperar la confianza en el peso, pero las cosas no son lineales y subir las tasas más allá de un umbral genera pánico. Algo parecido pasa con los préstamos del FMI.  Concentrar el 90% durante el Gobierno de Macri lleva a una fuerte concentración de vencimientos. Una dosis de préstamos del FMI tiene un efecto catalizador y aumenta la confianza de los privados, pero demasiados préstamos tienen el efecto opuesto y producen 'crowding-out', como lo vimos en Grecia y Ucrania”, dice Torres y agrega que “es un enorme error político jugarse tanto por un Gobierno que, además, tiene cada vez menos probabilidades de salir electo”.

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Muñoz: “Macri se apuró en descartar el Plan V”

“El Gobierno se apuró a descartar de plano el Plan V”, sostiene Federico Muñoz en su informe del fin de semana. “Nos cuesta entender la lógica de esta decisión”, agrega y cita números del mal estado de la opinión pública con el Gobierno y el Presidente, en particular. “Macri carga inevitablemente con el enorme costo político de haber conducido el ajuste del desquicio macro que legó el kirchnerismo (costo que -cabe reconocer- fue mayor aun por varios errores del Gobierno). Nos parece bastante obvio que una figura como Vidal, con menos desgaste, con sólidas credenciales propias y sin vínculo directo al ajuste, estaría en una mucho mejor posición para enfrentar a Cristina en la elección de octubre”, concluye Muñoz. Sobre lo que viene, agrega: “Descontamos en los próximos meses un aumento sensible del nerviosismo financiero, en la medida que el temible escenario de un triunfo de Cristina siga ganando chances de ocurrencia”.

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Tetaz: “Sin confianza no hay moneda”

La crisis actual, escribió ayer Martín Tetaz, “no se resuelve con un cambio de gabinete ni con una medida mágica que logre dar en el clavo”. En el diario El Día, planteó: "Basta de pensar en una renuncia, un pase mágico o la fantasía de una dolarización que tampoco resuelve los problemas de fondo. La suba del dólar, o mejor dicho, el derrumbe del peso, es la señal de la falta de confianza en la actual conducción y la única forma de revertirlo es convencer a la gente de que hay un proyecto más allá de diciembre”, sentenció Tetaz.

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Idesa pide reformas estructurales

Aun cuando el déficit primario viene bajando, dice el informe de Idesa de ayer, “la suba del riesgo país refleja una profunda desconfianza en la capacidad de repago de la deuda pública”. Ante ese escenario, sugiere: “La salida no pasa por cambiar el gabinete o los candidatos sino por dar los primeros pasos en las reformas estructurales que demuestren la decisión de construir solvencia fiscal”.  Así lo explica: La solvencia fiscal no se va a obtener con un ajuste fiscal convencional, como el que viene aplicando el Gobierno, sino con un ordenamiento integral del sector público. Esto involucra, como mínimo, tres áreas de reformas. Por un lado, la reforma previsional, tendiendo a nivelar la edad de jubilación a 65 años, evitar que la pensión al cónyuge por muerte del jubilado genere doble beneficio y revisar la regla de movilidad de los haberes para las moratorias cuando se superponen con una jubilación. La segunda es la reforma tributaria que debería tender a unificar los impuestos nacionales, provinciales y municipales para aumentar la recaudación bajando presión impositiva con ampliación de la base imponible. La tercera es la reforma administrativa para eliminar los organismos nacionales que se solapan con funciones provinciales y municipales o con otros organismos del propio nivel nacional”.

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