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Cristina suma caudal propio y sube su "techo electoral"

17 abril de 2019

Se van acercando las elecciones, el panorama nacional va mostrando sus cartas y las encuestas de opinión pública van adquiriendo más relevancia. El dato saliente de los últimos sondeos es que la carrera presidencial se va polarizando (no hay terceros que rompan la grieta y, en rigor, se están desinflando) y, a la vez, Cristina Kirchner va sacando algunos cuerpos de ventaja en las preferencias electorales.

Un informe de la consultora RTD, al que accedió El Economista, va un poco más allá e indaga las fortalezas y debilidades de Cristina Kirchner. “Un análisis pormenorizado en base al Monitor Electoral diario de RTD confirma, por un lado, que Cristina está bien posicionada para la elección y relativiza, por el otro, la existencia de un techo electoral bajo que le imposibilitaría ganar la Presidencia en un eventual balotaje”, dice el trabajo que lleva la firma de su director, Nicolás Solari.

  

De hecho, las encuestas de RTD muestran que, durante los primeros 100 días de 2019, la intención de voto de Cristina Kirchner ha ido creciendo progresivamente desde algo más del 30% -durante los primeros días de enero- hasta cerca de 39% en lo que va de abril.

Según fuentes del kirchnerismo, Cristina está decidida a competir y lo anunciaría el 20 de junio en Racing

“Se trata de un crecimiento sostenido a un ritmo promedio de 1,5 punto porcentual por mes. El crecimiento de Cristina se da un contexto de relativa estabilidad en la proporción de gente que dice que votará en contra del Gobierno de Mauricio Macri. Quiere decir, que el voto opositor ha ido tendiendo a concentrase en la figura de la exmandataria”, dice Solari.

En enero, la actual senadora por la provincia de Buenos Aires reunía 65% del voto opositor mientras que abril concentra casi 70% (69%, exactamente).

  

Paralelamente a  ese crecimiento en la intención de voto de la expresidenta, el estudio de RTD constata una progresiva caída de la tasa de rechazo generada por ella, es decir, en su famoso (o ya no tanto) “techo electoral”. Como en los balotajes gana el “menos malo”, es una variable clave.

En efecto, entre enero y marzo 2019, la tasa de rechazo de la expresidenta se contrajo desde 52% a 49% mientras que su techo electoral subió del 42% a 47%.

A nivel de identificación política, se observa que Cristina tiene un techo electoral de 100% entre los votantes kirchneristas (lógico) y uno de 61% entre los simpatizantes del peronismo. Este es un dato clave, y distinto con el de 2015. Vale recordad que el voto del Frente Renovador de Sergio Massa fue, en ese entonces, hacia Macri en una proporción de 70% y fue determinante en su victoria ante Daniel Scioli. Hoy, ese votante peronista no kirchnerista estaría más cerca de Cristina.

A la vez, entre quienes se autodefinen como socialistas, el techo electoral de la ex presidenta cae a 45%, mientras que entre los que no tienen identificación alguna su potencial electoral alcanza 41%. Finalmente, y esto también es lógico, el techo cristinista es muy bajo entre los radicales (16%) y prácticamente igual a cero entre quienes se identifican con el macrismo.

“Los elementos expuestos hasta aquí indican que el posicionamiento actual de la expresidenta es, en términos de opinión pública, sólido. El hecho de estar encabezando las preferencias electorales desde comienzos de año, más la progresiva reducción de su tasa de rechazo y la constatación de su potencial electoral más allá del núcleo duro kirchnerista, la posicionan en una excelente plataforma sobre la cual definir su campaña presidencial”, dice Solari.

  

Con esos elementos a la vista, parece poco probable (cuanto menos, desde los incentivos puramente políticos) que la expresidenta desista de presentar su candidatura presidencial. Pese a ello, matiza Solari, “resulta oportuno contextualizar su posicionamiento actual”.

Primero, Cristina atraviesa en este arranque de 2019 un escenario muy propicio para ella: la economía genera estragos en el humor social mientras que radicales y macristas aún se tironean por los términos de su acuerdo electoral. “Si la economía comenzara a dar señales de estabilidad (dólar e inflación) y reactivación (consumo y empleo), el escenario se tornaría más adverso para ella”, dice Solari.

“Segundo, el macrismo tiene una aceitada maquinaria electoral (no pierde una elección desde 2003) que una vez en marcha obstaculizará el crecimiento de la exmandataria”, agrega.

“Tercero, por ahora Cristina ha mantenido un prudente silencio que la ha beneficiado en el campo de la opinión pública. Esa situación cambiará invariablemente en el momento que confirme su candidatura y deba ordenar la tropa peronista”, señala.

Cuarto, dice Solari, las causas judiciales latentes en su contra son una Espada de Damocles que puede caer en cualquier momento sobre su candidatura.

“Quinto, un análisis preliminar del comportamiento de los indecisos muestra en ellos una predisposición mayor a votar por Macri que por Cristina en un eventual balotaje, un fenómeno que, de confirmarse, contribuiría a fortalecer la performance del oficialismo en el desenlace de la elección presidencial”, resume Solari.

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