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Ante una licitación decisiva

22 abril de 2019

Por Luis Varela

Argentina vivirá a partir de hoy uno de los períodos más decisivos de los últimos tiempos. Se sabe, el miércoles pasado, a contramano de todo lo que estuvo pregonando durante tres años, el presidente Macri y todo su equipo lanzaron un plan para intentar frenar los principales precios de la economía y, al mismo tiempo, impulsar el consumo para salir de la recesión.

Después de los anuncios del miércoles pasado, el mercado argentino no tuvo negocios por Semana Santa. Pero durante los feriados de Buenos Aires los títulos argentinos se operaron en Nueva York, con cantidades escasas, pero que reflejan cuál puede ser la mirada que ofrecen los inversores ante el giro de Macri.

¿Qué pasó el jueves con los papeles domésticos que se negociaron en el exterior? Los bonos cedieron 0,4% promedio y, con eso, el riesgo país subió hasta 851 puntos, su mayor nivel desde marzo de 2014. Las acciones operadas bajo ADR cedieron en promedio 2,8%. En el panel global argentino se vio una suba del 2% para Irsa I; con bajas del 1% al 8% para Galicia, Macro, Francés, Cresud, Edenor, Telecom, Pampa E, YPF, Irsa P y Ternium, con los bancos como los más castigados.

Esa baja de las acciones y los bonos argentinos se dio en un contexto global muy tranquilo. Durante los feriados de Buenos Aires, el dólar subió 0,5% contra el euro, 0,3% contra la libra y 0,2% en Chile; pero bajó 0,2% en México, 0,3% en Japón y 0,6% en Brasil. De igual modo, el Jueves Santo la Bolsa de San Pablo subió 1,4%, la de Frankfurt 0,6%, Madrid mejoró 0,3% y Nueva York 0,2%, al tiempo que Tokio y Santiago de Chile bajaron 0,3%.

El único elemento que mostró algún pulso nervioso durante el feriado fue el petróleo. Los árabes presionan más, manteniendo los grifos algo cerrados, y el petróleo subió otro 0,4%: hasta US$ 64 por barril. Con eso, los metales preciosos estuvieron sostenidos (hubo una mínima suba del 0,1% para las onzas de oro y plata). Los metales básicos actuaron mixtos: el aluminio subió 0,9%, pero hubo caída del 1,3% para el cobre y desplome del 1,8% para el níquel. Y el bitcoin subió 0,3%, con precios mixtos para el resto de las criptomonedas.

O sea, el gran tema del feriado fue la caída de las acciones argentinas y la suba del riesgo país, hasta 851 puntos, su mayor nivel de los últimos cinco años. A partir de ahora todo está jugado a la inflación. Dujovne dice que no hubo remarcaciones mientras que muchos economistas advierten que el plan del Gobierno tendrá un bajo impacto para frenar la inflación. Y el ministro Dante Sica afirma que las “empresas garantizaron permanencia y reposición de productos”.

Hasta ahora, para enfrentar casi todas las críticas, el gobierno de Macri le echaba la culpa de todo a de Cristina Kirchner. Pero ahora que la inflación es la más alta desde 2014 habla de un mal endémico de los últimos cincuenta años.

Y, en realidad, lo que estamos viendo es una notable pérdida de confianza en el peso argentino. En los últimos doce meses el dólar saltó 110%, desde $ 20,50 a $ 42,98. El billete verde tocó $ 45 pesos hace unos días, pero con incipientes ventas de divisas de la cosecha, con el Gobierno quemando deuda para frenarlo artificialmente y con tasas de interés imposibles (del 69% en Leliq y del 54% en plazos fijos), el dólar frenó, bajó dos pesos, usando al dólar como ancla, para intentar frenar la inflación.

Muchas de las notas que se pueden leer sobre la economía argentina en diarios del exterior muestran a periodistas preguntando ¿es verdad? ¿con una cosecha récord queman deuda y tienen tasas de casi 70% anual porque los argentinos abandonan el peso?

Y es cierto, esto no es nuevo. Los argentinos descreen del peso desde hace rato. Por eso este Gobierno y los anteriores, para poder colocar deuda se vieron obligados a emitir bonos en dólares. Esos bonos eran emitidos en un principio bajo legislación argentina, pero (por los incumplimientos de varios períodos) los gobiernos argentinos se vieron obligados a emitir bonos bajo ley de Nueva York.

La ley extranjera tuvo que ser puesta para que invirtieran en papeles argentinos inversores internacionales: ante cada postergación o default, las cortes extranjeras obligan al país a pagar a rajatabla, sí o si, con demora, pero todo, y con intereses resarcitorios.

Y en este momento se presenta una coyuntura en la que hay varios problemas en danza. Por un lado está la inflación, que es la fiebre que exhibe que el problema existe. Por otra parte está el déficit fiscal, donde Dujovne estuvo trabajando para achicar el rojo real, pero el rojo financiero (el pago de intereses) se fue comiendo casi todo el esfuerzo.

Frente a toda esta complicada coyuntura, el Gobierno de Macri estuvo haciendo tres años lo correcto: intentando achicar el déficit fiscal, pero como los intereses de la deuda barren con todo, el mercado termina llevándoselo puesto. Y ahora, en plena máxima tensión, Macri hace cosas en las que nunca creyó: sale a hacer un control de precios en principio acordado con las empresas, recibe un crédito especial del FMI para tener dólares para vender, y frenar artificialmente el valor del peso.

Hoy las reservas del BCRA llegan a US$ 76.887 millones gracias al préstamo del FMI. El Fondo prestó buena parte de ese dinero porque sabe que cobra y tiene la esperanza de acabar con el riesgo político: juega todo a mantener el dólar congelado hasta octubre, que se vote, que Macri permanezca en la Rosada, y después de la elección se verá.

Gracias a esta estrategia, el dólar minorista acaba de bajar de casi 45 a casi 43 pesos, y el dólar mayorista cedió de casi $ 43 a casi $ 42. Es decir, números más, números meses, el billete acaba de bajar casi 4,5% desde el pico de mayor tensión cambiaria. Con esto llegamos a este lunes decisivo, todos esperando para ver si los negocios totales confirman la baja operada el jueves en Nueva York, o si hay una respuesta algo mejor.

¿Qué puede pasar hoy? Los productores deberán decidir qué hacen. El Gobierno venderá US$ 60 millones por día para mantener al dólar como ancla de la inflación. Si eso funciona, el mejor dólar que habrá de acá a las elecciones será el dólar de hoy. Los productores agropecuarios lo saben. Si el esquema funcione, el que no venda hoy y venda más adelante, lo hará con pérdida.

Además de eso, hoy aparece otro elemento. Hay una nueva licitación de Letes, con tasa más alta y con vencimiento poselectoral. Se trata de una Letra del Tesoro a un plazo de 217 días con vencimiento el 29 de noviembre de 2019, cinco días después del posible balotaje presidencial.

El papel sólo se podrá suscribir en dólares hasta las 15 horas de este martes. Para capturar una mayor renovación el Gobierno pagará más tasa, 0,5 puntos porcentuales más que en los llamados anteriores. Hasta ahora se venía pagando 4,5% anual en dólares y por tener un vencimiento con otro presidente electo se pagará 5%.

El vencimiento de estas Letes es por US$ 1.215 millones (de los cuales US$ 207 millones están en manos del sector público). En Economía afirman que si se logra una renovación de unos US$ 750 millones alcanzará para cubrir las exigencias de caja. O sea si los privados aceptan colocar US$ 543 millones dólares al 5%, este primer momento de gran tensión habrá sido superado.

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