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La pobreza multidimensional más alta de los últimos 10 años: 31,3%

26 marzo de 2019

En el 2018, la recesión y la caída de la actividad impactaron de lleno en la vida de las personas: la pobreza multidimensional subió hasta 31,3%, aumentando casi 5 puntos en un año (contra el 26,6% del 2017). Pese a lo difícil de la situación socioeconómica, el relevamiento realizado por la Universidad Católica Argentina (UCA), también reflejó algunos progresos y, en concreto, una disminución en la cantidad de hogares sin acceso a cloacas, aquellos con bajo contaminación o con vivienda precaria.

Normalmente, la pobreza se mide en base a los ingresos. Así lo hace, por ejemplo, el Indec. Sin embargo, es una situación mucho más compleja que afecta en forma integral las condiciones de vida. Según el informe “Enfoque de Pobreza Multidimensional Basado en Derechos” de la UCA, no sólo incide en el bienestar económico sino también en los derechos sociales, y es necesario medir también las carencias no monetarias: alimentación, salud, servicios básicos, vivienda digna, medioambiente, educación, empleo y seguridad social.

En el país, la población urbana es de cerca de 40,5 millones de personas. Según la UCA, en 2017, hubo 10.773.000millones de pobres multidimensionales, o 26,6% de la población. El año pasado, debido a la caída del salario, la pérdida de empleo, la precarización laboral, la inflación y la caída de la actividad, esa cifra creció hasta alcanzar los 12.676.500 (31,3%). Es decir, 1.903.500 nuevos pobres.

Dentro de la pobreza multidimensional, aquella llamada “estructural” aumentó casi dos puntos, alcanzando al 18,6% de la población. Eso significa que surgieron en total 769.500 pobres estructurales en los doce meses del año anterior, afectando a 2 de cada 10 personas. Como resultado, el 14% de los habitantes no sólo no lograron cubrir la canasta básica total, sino que además sufrieron tres o más carencias sociales.

Un ejemplo es el acceso a recursos educativos. Según el estudio de la UCA, el 3% de los niños entre 4 y 17 años no asistió a la escuela, el 23% de los jóvenes no terminó el secundario y el 10% de los adultos no terminó el primario. En 2018,1 de cada 3 hogares tuvo al menos un integrante en edad escolar que no asistió a instituciones educativas formales o al menos un adulto que no cumplió con el nivel mínimo establecido. Sin embargo, destacaron que esta variable no tuvo incrementos y se mantuvo estable, afectando entre el 29% y 33% de los hogares.

Pese a las elevadas cifras, en el informe hay algunas mejoras: en 2018 bajó el número de viviendas sin servicios básicos, de 32,8% en 2017 a 30,2%; acumulando un descenso de 5 puntos desde 2015. Esto quiere decir que sólo 1 de cada 3 personas no tuvieron acceso a una vivienda digna.

La mejora observada se debe a la expansión en las conexiones a red de agua corriente y a red cloacal. Según cifras del Gobierno, entre 2016 y el año pasado se incorporaron 1,5 millones de habitantes a la red de cloacas a partir de la instalación de 7.500 kilómetros de cañería.

En esa línea, también disminuyeron las viviendas con problemas medioambientales (del 21% al 19%), con un descenso de 4% en los últimos tres años. Por otro lado, dos indicadores fundamentales como son la alimentación y la salud muestran las mayores carencias desde 2010.

Durante el año pasado, el 17,5% de los hogares no accedió a atención médica y el 17,3% no pudo obtener los medicamentos que necesitaba. Eso significa que 7 de cada 10 hogares no lograron cubrir sus necesidades básicas de salud.

Lo que es peor: en semejanza a la crisis del 2009, 6 hogares de cada 100 experimentaron inseguridad alimentaria severa, lo que implica “experiencias frecuentes de hambre”.

Finalmente, el informe arroja que en el 2018, aumentó el porcentaje de hogares con dificultades alimentarias o de atención sanitaria (del 21,6% al 22,8%), y con desempleo o empleo informal (de 29,2% a 32,2%).

Los números de la UCA, que reflejan la difícil situación que se vive en el país, tendrán su confirmación el jueves cuando salga la cifra oficial del Indec. El Gobierno ya dejó entrever que se verificará una suba en la tasa de pobreza, aunque dice que es “distinta” a la previa. Si bien tiene algunos elementos para sostener eso, también es cierto que, en términos netos, la situación sigue siendo crítica y ameritando un plan integral de crecimiento económico, con baja inflación y fuerte despliegue de infraestructura social.

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