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Dujovne busca acotar la banda y “permiso” para usar reservas en la ZNI

Dujovne mostró habilidad para conseguir lo que quería con el FMI: primero, un SBA impresionante de US$ 57.100 millones y, segundo, una aceleración de (casi) todos los desembolsos antes de las elecciones de 2019. Desde hoy, buscará más flexibilidad para el uso de los dólares.

Alejandro Radonjic 13 marzo de 2019

Por Alejandro Radonjic 

Luego del capítulo energético de su gira por Estados Unidos, que concluyó ayer, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, arranca hoy la parte más difícil de su visita. Ya sin Gustavo Lopetegui, y en Washington DC, se encontrará con el Secretario del Tesoro, Steven Mnuchin. Sin embargo, el plato fuerte llegará mañana, cuando se encuentre con la Directora Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde.

Más allá de la conveniencia de haber acudido a las puertas del FMI en 2018 (un debate contrafáctico para la historidaores), Dujovne ha mostrado una gran habilidad para conseguir lo que quería: primero, un SBA impresionante de US$ 57.100 millones y, segundo, una aceleración de (casi) todos los desembolsos antes de las elecciones de 2019. Si Cambiemos está con vida (política) aún es gracias a lo que consiguió Dujovne en el FMI. Más allá del apoyo del organismo hacia Argentina (o Cambiemos, dirían algunos), el ministro ha sido un negociador perspicaz y confiable para Lagarde.

Luego de aumentar y acelerar los desembolsos, Dujovne debe conseguir, en un momento de renovada tensión cambiaria, que el FMI sea un poco más laxo con el Tesoro y el BCRA a la hora de usar los dólares. Allí hay tres líneas de diálogo.

Que el Tesoro puede subastar una cantidad importante de dólares en el mercado, y pronto. Lo ideal sería una cifra cercana a los US$ 10.000 millones a lo largo de 2019.

A su vez, que el BCRA pueda intervenir dentro de la Zona de No Intervención (ZNI) teniendo en cuenta que una simple operación de US$ 7 puede disparar el dólar, con sus consabidas repercusiones inflacionarias. Cuanto menos, con las reservas que sumó cuando el “billete” se negoció debajo de la ZNI.

Por último, también estará sobre la mesa la amplitud de la banda cambiaria que, coinciden en el mercado, “es demasiado grande para un país como Argentina”. Entre el piso y el techo hay más de $10 de diferencia. Las bandas vencen el 31 de marzo y las nuevas podrían estar más acotadas. No es lo preferible para el FMI, desde ya y, por ende, la argumentación de Dujovne será clave. Así como el apoyo de Estados Unidos.

“Dujovne debe explicarle a Lagarde que no es que el BCRA venderá dólares para financiar la fuga sino para hacer operaciones puntuales para evitar que te fijen el precio de cierre con US$ 7 millones. Además, debe explicarle que el déficit externo se está corrigiendo, tal como muestra la Cuenta Corriente y que, por motivos varios, la demanda de dólares ya bajó sustancialmente”, dice un consultor ante El Economista. “Será difícil de digerir para la línea técnica del FMI, que siempre es más cerrada, pero hay más expectativa con el diálogo entre Dujovne con Lagarde y Mnuchin”, agregó. “Deben entender que la volatilidad es muy dañina en Argentina y que, si hay pánico, no hay tasa que alcance y la inflación la tenés que buscar de nuevo en más de 40%”.

Eso será clave para sumar calma y, sobre todo, tentar a los privados a vender. Si el dólar sube, la oferta privada desaparece a la expectativa de que suba aún más y, a la vez, la tasa tiene que subir más aún. Algo así pasó ayer: el dólar escaló 20 centavos hasta $41,50 y la Leliq (promedio) cortó en 62,548%. Como agravante, fue un día positivo para los emergentes y el real, por ejemplo, subió 1% contra el dólar.

“En los últimos dos días acá subió la tasa y el dólar, con los emergentes y el contexto externo en tono positivo”, dijo Gabriel Caamaño Gómez ante El Economista, también criticó “las idas y vueltas en las reglas de implementación de la política monetaria”, y pidió volver “a la prudencia de la implementación que caracterizó octubre-enero”. En cambio, si el dólar repta sin saltos, los privados no observan incentivos para atesorar, liquidan y, lentamente, el BCRA se va retirando del mercado. La clave del mercado cambiario, y de las chances electorales de Cambiemos, empiezan a definirse desde hoy en Washington.

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