Por Luis Varela
A todo vapor, el mercado argentino y las plazas financieras de América Latina cerraron ayer un mes de enero brillante, con formidables subas en sus papeles privados, gran actuación de sus títulos públicos e importante fortaleza de todas sus monedas.
En el caso argentino el salto de calidad fue extremo, pero desde lo financiero, ya que la economía real sigue muy lastimada por la última devaluación de agosto/setiembre, y por la importante baja de la capacidad de consumo de los trabajadores que lograron mantener su empleo. Lo más complicado del caso es que el motivo de la buena actuación de las acciones y los bonos de América Latina no tuvo que ver con condiciones propias.
Justamente, el anuncio de Jerome Powell de dejar las tasas en el presente nivel hasta por lo menos mitad de año hizo que ayer la tasa larga, a 10 años, de los bonos norteamericanos descendiera hasta el 2,6% anual, por lo que hubo un corrimiento de muchos inversores a bonos de otros países.
Ayer, de hecho, hubo un gran salto para los de Brasil, y detrás de eso también se observó un gran movimiento alcista en los bonos argentinos, y con gran volumen de negocios, por lo que las cotizaciones de estos valores volvieron a los niveles previos a la gran devaluación.
Ayer el 80% de lo operado en bonos se transó en tres papeles: AY24 56%, DICP 14% y TJ20 9%. Y en los extremos se observaron saltos del 2,5% al 6,8% para los bonos DICPC, PARP, CUAP, TC25P, TVPE, AA21C, A2E8C, A2E7C, AC17D, A2E7D y AC17. Y bajas del 1% al 1,9% para los bonos TU27D, BPLD, PAA0, PAY0 y TU27C.
Pero lo más picante no estuvo en los bonos, sino en las bolsas. Luego de conocida la pausa en la suba de las tasas por parte de la FED, también tuvo lugar una reunión entre miembros de los gobiernos de Estados Unidos y China, en la que hubo acercamientos, y una promesa de los chinos de volver a comprar soja, algo que no sucede desde hace tres semanas y media.
Semejantes condiciones hicieron que la Bolsa de Nueva York volviese a sonreír. Con una apertura pobre, al final hubo cierre mixto: el Dow bajó 0,1%, pero el S&P subió 0,9% y el Nasdaq saltó 1,4%. Con Wall Street firme, hubo subas del 0,4% en la Bolsa de San Pablo y del 0,8% en la de México.
Y el foco de la atención bursátil estuvo en Buenos Aires. Con un buen volumen operado de $ 830 millones, el índice Merval logró subir otro 0,8%, por lo que en todo enero pegó un salto del 20% en pesos y de casi 30% en dólares.
Ayer, el 80% de lo operado en acciones se transó en diez papeles: G.F. Galicia tuvo el 22% de los negocios totales, y se convirtió en la acción estrella del mes, con una suba mensual del 32%.
En la rueda de ayer también hubo un salto del 8,9% para Banco Hipotecario y alzas del 2% al 7% para Petrolera del Consur, Santander Río, Havanna, Irsa, Longvie, Grimoldi, Consultatio, Cablevisión, San Miguel, Comercial del Plata, Costanera, Galicia, Celulosa y Cuyana. Con bajas del 4,2% para Tglt y mermas del 1% al 2% para Loma Negra, Dycasa, Grupo Oeste, Tenaris, Fiplasto, Clarín, Aluar, Quickfood e Indupa. Al tiempo que entre los ADR argentinos que cotizan en Nueva York se vieron subas del 1,3% al 2,2% para YPF, Galicia y Telecom, sin bajas para destacar.
Los inversores poco sofisticados, que se mueven casi exclusivamente con dólar y tasas, también tuvieron un cierre de enero agitado. El Banco Central anunció una nueva política monetaria para febrero: aumentará la compra de divisas de US$ 50 a US$ 75 millones por día y profundizará la baja de las tasas de interés.
Ayer el BCRA compró US$ 50 millones, por lo que aumentó sus reservas en nada menos que US$ 1.002 millones en enero, y también bajó la tasa de las Leliq 54,889% a 53,687% anual (con los bancos pagando entre 42% y 46% las colocaciones a plazo fijo).
A pesar de ese cuadro, el dólar siguió perdiendo valor en el mercado local, en línea con lo que sucede en casi todos los mercados de América Latina, también en China y Japón. Ayer, en el exterior, el dólar mantuvo su valor contra el euro, la libra y el peso mexicano, pero bajó contra el yuan, el yen y sobre todo contra el peso chileno y el real.
A nivel local, el dólar oficial bajó 34 centavos hasta $ 38,31, el blue cayó 75 centavos hasta $ 37,50 y el dólar mayorista bajó 16 centavos hasta $ 37,35 y quedó a 51 centavos por debajo del piso de la banda. Mientras que medidos en pesos, el real subió 5 centavos, la libra cayó 27 centavos y el euro se desplomó 39 centavos.
Las commodities también tuvieron un cierre de enero con mucho movimiento. El petróleo bajó 0,8% y volvió a los US$ 53,87 por barril. Los metales preciosos actuaron sostenidos: el oro subió 0,3% y la onza de plata mejoró 0,1%. Los metales básicos estuvieron firmes: el níquel subió 0,9%, el cobre mejoró 0,5% y el aluminio tuvo un alza del 0,2%. En Chicago: caída del 1,4% para el maíz, baja del 0,6% para la soja y merma del 0,1% para el trigo. En Rosario: el maíz bajó 1,4%, pero el trigo y la soja terminaron sin cambios, con la Bolsa de Cereales subiendo la estimación de cosecha de maíz a nada menos que 45 millones de toneladas. Y baja del 0,3% para el bitcoin y tendencia descendente para el resto de las criptomonedas.
En el balance de un mes que parece haber terminado con una inflación del orden del 2,6%, lo mejor fueron algunas acciones como Galicia y Petrolera del Consur que subieron 32%, Macro avanzó 31% y Havanna casi 30%. Algunos bonos brillaron como el PARP que trepó 18% o el TC21 que arañó el 16%. La tasa en pesos pagó entre 3% y 3,2%. El dólar oficial bajó 1,3% y el blue se desplomó 7,4%. Y abajo de todo estuvo el bitcoin con un derrumbe del 15%. Y hubo un par de bonos como el el PUO19 o el BDC20, con caídas de más del 20%. Y algunas acciones heridas, como Grimoldi y Colorín, una caídas del 16% y del 29% respectivamente.
