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La inflación de enero fue de 2,9% y se espera que siga en registros similares en los próximos meses mientras que, desde mayo, la expectativa es que baje un escalón, a menos de 2%. Así, las perspectivas para 2019 son de 30% o algo más (siempre que el dólar se porte bien).

Alejandro Radonjic 15 febrero de 2019

Por Alejandro Radonjic

En el primer mes de 2019, Argentina tuvo una inflación de 2,9%, similar a la que tienen la mayoría de los países del mundo en todo un año. También es elevada si se considera la quietud cambiaria, el torniquete monetario y la fuerte recesión que atraviesa la economía. Asimismo, es levemente más elevada que la esperada por el mercado: el REM del BCRA la esperaba en 2,5%. En suma, fue un dato esperablemente malo. Completan el panorama una suba de 3,4% en el rubro de alimentos y bebidas (el más sensible), junto con una inflación núcleo (neteada de regulares y estacionales) de 3%.

  

¿Cómo sigue la película? A continuación, las perspectivas de las principales consultoras.

Ecolatina.  “Para los próximos tres meses están pautadas las mayores subas de precios regulados de todo el año: ajustes en las tarifas de gas y electricidad, en el boleto de transporte público y en el precio de las prepagas, la educación y los combustibles”, dicen, como introducción. “Adicionalmente, hacia abril comenzará la temporada alta de las negociaciones paritarias, en las que los trabajadores intentarán recomponer el poder adquisitivo perdido el año pasado. Los aumentos salariales que surjan de las mismas también impondrán presiones sobre los costos de las empresas impulsando, en particular, los precios de los servicios privados”, agregan. La otra variable clave (como siempre) es el dólar. “Su estabilidad será clave para que no haya otra disparada en los precios. La elevada tasa de interés de las Leliq ancló las expectativas de devaluación, convirtiendo a la estabilidad cambiaria en la herramienta de política monetaria más efectiva”, agregan. Pero?, dicen, el calendario electoral podría ejercer nuevas presiones cambiarias producto de una mayor dolarización de carteras a medida que se acerquen las elecciones. “En un escenario de mayor volatilidad en el frente externo, el tipo de cambio podría volverse poco sensible a aumentos de la tasa de interés, y la inflación dependerá más de las novedades electorales que de la política monetaria, aunque la venta de dólares (por parte del Tesoro y el BCRA) podría ponerle un techo a la cotización de la divisa”, concluyen sin arriesgar un número para fin de 2019.

LCG. En febrero incidirá el aumento de la electricidad (26%) y una nueva suba del costo del transporte (18% colectivos y 13% trenes contando el efecto arrastre de enero), indican desde LCG. “Ambos ajusten imponen 1,6 punto de inflación para el mes, y, además, se debe sumar el efecto de una nueva suba de combustibles (1,5%), el ajuste autorizado sobre las cuotas de prepagas (5%) que aportan otros 0,3 puntos”, dicen y señalan que esperan una inflación en torno a 3,5% para febrero. “Con estabilidad cambiaria, un programa monetario rigurosamente contractivo y un contexto recesivo como el actual, la inflación núcleo estabilizada en torno a 3% mensual en promedio (noviembre-enero) luce muy alta. Además, es probable que los efectos de segunda vuelta a partir de la suba de las tarifas ya anunciadas impliquen una nueva aceleración del índice 'core' en los próximos meses. Tampoco descartamos nuevos aumentos de las tarifas de servicios públicos, aunque asumimos que, en caso de aplicarse, se concentrarían luego de las elecciones”, amplían y creen que “el BCRA podría volver a ser más cauteloso al momento de relajar la política monetaria, lo que demoraría aún más la recuperación de la actividad”. Por último, concluyen: “Entendemos que a partir de los aumentos ya anunciados y por efecto de una baja base de comparación anual, la inflación seguirá acelerándose hasta mayo. A partir de allí, y de mantenerse el escenario de estabilidad cambiaria, el ancla monetaria y una actividad recuperándose muy en el margen, deberían empezar a moderar la suba de precios”. Con todo, esperan una inflación anual en 32%.

El dato.  En Capital Federal, la inflación fue de 3,8% en enero, según la Dirección General de Estadística y Censos. Así, la inflación interanual se fue hasta 48,6%.

ACM. Aun en condiciones monetarias bastante restrictivas como las actuales, dice ACM, “durante los meses siguientes esperamos que la inflación oscile entre 2,5% y 3% debido a aumentos puntuales en servicios públicos, transportes y sus efectos de segunda ronda”. El dato de enero permite entender el actual comportamiento del BCRA, consideran, “que durante los días de febrero ha retirado de la plaza aproximadamente $200.000 millones”. Si bien a partir de junio ACM espera niveles de inflación que rompan el piso de 2,5% de inflación mensual, “aún resulta demasiado optimista esperar que la inflación se estabilice en un nivel similar a 23% que se aprobó en la Ley de Presupuesto”. Más aún, dicen, respecto del 20% estimado por el FMI en el último WEO. Según sus números, terminará 2019 en 31%.

Grupo SBS. Según Grupo SBS, el dato “fue claramente negativo”. Además, dicen: “Los indicadores de alta frecuencia de precios que seguimos apuntan que la desinflación habría encontrado cierto freno en las últimas semanas, un movimiento esperable considerando los impactos de segunda ronda de los aumentos de precios regulados”. Nunca debe subestimarse la inercia, señalaron. Más decididos que sus colegas, dicen: “Seguimos esperando un impacto contundente de la política monetaria a partir del segundo trimestre. No obstante, ante la sorpresa de enero y presiones que serían algo mayores de lo esperado en el primer trimestre, elevamos nuestra proyección de inflación para este año hasta 32% desde 30,5%”.

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