El Índice de Precios al Consumidor Amplio en Brasil subió 0,15% en diciembre y de esa manera cerró 2018 con un incremento de 3,75%, por debajo del centro de la meta de inflación que era de 4,5% con un margen de tolerancia en más o menos de 1,5 puntos porcentuales. Se trata del segundo registro anual más bajo desde 2006, porque en 2017 el IPCA subió 2,95% por lo cual no alcanzó siquiera el piso de la meta de inflación.
Los analistas destacan que la baja inflación se dio en un contexto en el cual la economía habría empezado a crecer aunque sea a una tasa modesta de 1,3%. Para 2019 la tasa central de la meta de inflación del Banco Central es de 4,25% y según los analistas, sería cumplida porque pronostican una suba del IPCA de 4%.
Esa tasa se daría junto con un crecimiento del PIB del 2,5% en 2019. Son datos positivos y políticamente relevantes porque ayudarían a la consolidación de Jair Bolsonaro en la primera etapa de su gobierno.
La baja inflación y la abundante capacidad de la economía dan margen, además, para políticas expansivas sin que se generen riesgos de una presión sobre los precios. El titular del BC, Ilan Goldfajn, que pronto dejará su cargo, señaló que más importante que haber cumplido con la meta de inflación en 2018 es que están dadas todas las condiciones para eso siga ocurriendo durante los próximos años.
