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Empresarios, muy críticos tras pedido de la Justicia

06 diciembre de 2018

El procesamiento de Paolo Rocca, primero y el pedido detención, después, generaron un hondo rechazo en el mundo empresarial. Y una gran preocupación, también. “Es un disparate”, resumió un ejecutivo consultado por El Economista. “Una animalada”, dijo otro. “Una barbaridad”, fue el adjetivo escogido por otro.

Casi nadie quiere hablar on the record porque no es un tema fácil, por cierto y no quieren aparecer interfiriendo en una investigación judicial aun inconclusa. En el fondo, más allá de algunos reparos, sus colegas creen que el proceso judicial, que pareciere querer acelerarse, conllevará un impacto negativo en la economía. El motivo, obvio: el peso de Techint en la economía, su tracción aguas abajo y su empuje inversor, por ejemplo, en Vaca Muerta a través de Tecpetrol. Rocca, además, es un referente para los empresarios locales.

“No tienen idea de las consecuencias que va a tener sobre las posibilidades de Argentina”, dice un economista que peina algunas canas.

?Pero la empresa sigue operando?

?Pero es un empresario emblemático. El N°1. El impacto no es bueno. Van a detener a Rocca y no pueden detener a las barras bravas. Calidad institucional es que la Oficina Anticorrupción (OA) sea autónoma del gobierno de turno, no detener a Rocca. No estoy de acuerdo con lo que hizo él, aunque no sé qué hubiera hecho.

En el horizonte, aún lejano, hay fantasmas como el Mani Pulite italiano y, más cercano en tiempo y espacio, el Lava Jato brasileño. Ambos hundieron a sus economías en profundas crisis en momentos que, casualmente o no, estaban despegando.

“Los gobiernos populistas de nuestros países latinoamericanos someten una y otra vez a los empresarios, con la consecuencia de que cada vez más la diferencia entre nuestros países y los del resto del mundo se va agrandando pues los empresarios se están yendo con sus capitales a lugares donde los tratan bien y aprecian sus capacidades”, se confiesa un industrial ante El Economista. “La Justicia es parte del problema y la mala es la responsable de que las empresas no podamos recurrir a ella. Techint sufrió una clara confiscación en Venezuela y en Argentina el Gobierno no hizo nada para defenderla”, agrega. “Somos sujetos a extorsión”, remata y concluye: “Castigar una empresa y un empresario a nivel mundial como Rocca es una señal más para que no vengan empresas y empresarios a invertir en el país pues ya nadie sabe cuándo le tocará ser extorsionado por el sistema político y judicial”.

Techint buscó recuperar un activo injustamente expropiado. Hizo algo que seguramente no debía hacer, pero pongamos más contexto. En cualquier parte del mundo, cuando paso algo así, el Estado sale a defender a su principal empresa. Acá, en cambio, el Estado actuó en connivencia con el Estado de Venezuela. Exactamente al revés”, dice el consultor Ricardo de Lellis ante El Economista. “Supongamos que queremos hacer un Mani Pulite, lleguemos acá como última instancia porque hay otros casos más urgentes en el tintero”, dice. “La Justicia de Argentina se quiere poner una ropa que no le cabe”, señala. “Nos estamos tirando un tiro en el pie para tratar de redimir algo que por ahora está perdido y luego de esto, aún más”, resume. “Una vergüenza”, resume.

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