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Plan Sandleris en marcha: supertasas y recesión ya complican a empresas

Se vienen meses difíciles para la economía y, en el mejor de los casos, el Gobierno obtendrá sus objetivos de dominar al dólar y bajar la inflación

05 octubre de 2018

Por Leandro Gabin 

La primera semana de Guido Sandleris al frente del BCRA está dejando en claro el rumbo. El nuevo titular de Reconquista 266 no se sonroja por subir las tasas de interés a niveles máximos de 74% para colocar Leliq a los bancos y así fomentar el aumento de tasas de los depósitos. El sueño de Federico Sturzenegger se está haciendo realidad: que las entidades empiecen a compensar más a los ahorristas por dejar sus pesos calzados en el sistema.

Claro que el costo para la economía es altísimo cuando se piensa en estas supertasas. Pero eso es precisamente parte del plan oficial: la “doble cero” (fiscal y monetario) hará que la recesión sea más profunda y más extensa. Cambiemos se juega a eso para doblegar al dólar y la inflación, precios que se desmadraron.

Lo que viene no es para nada favorable en términos de nivel de actividad y Carlos Melconian, el “amigo” de Mauricio Macri, con la sinceridad que lo caracteriza resumió: “Si de verdad se quiere ir a una inflación de 20% en 2019, va ser una recesión muy dura. Caída de salario implica caída de consumo. El último salto del PIB fue en el primer trimestre de este año. Ahora se vienen cuatro trimestres duros”.

El siempre taquillero economista, en una conferencia en Córdoba, ninguneó a Nicolás Dujovne y a la nueva cúpula del BCRA al afirmar que la conducción de la economía está en manos del FMI. “'Córranse que me hago cargo'. Esa es la historia del FMI. El ministro de Hacienda y el presidente del BCRA toman mate y pasan una vez al día, a las 17, y mandan a Washington una planilla. No hay oposición, porque si no, es para hacerse un picnic. Esa es la suerte con la que Macri compensa lo que recibió”, graficó Melconian.

Otro economista “didáctico” para los medios, como Juan Carlos De Pablo, se refirió al costo de mantener las tasas super altas. Obviamente dependerá de por cuanto tiempo el BCRA decida mantener estos niveles pero en el mercado se descuenta que al menos hasta fin de año no se bajará de 60% (tal como anunció Sandleris la semana pasada). En los bancos creen que los niveles de 70% o más son sólo hasta que se estabilicen los agregados monetarios que deberán ir a crecimiento cero.

“Si la tasa es 72% la gente dice no voy a tomar ese crédito. Si vos tuvieras durante equis número de meses la tasa al 72% y vos querés que las deudas se paguen, la tasa de inflación tiene que ser parecida a esa. En el mismo momento en que ponés la tasa al 72% vas con Precios Cuidados y le decís 'usted no puede aumentar el precio de la muzzarela más del 15%' y la tasa es 72. El tipo te entrega la llave y se va”, indicó De Pablo.

Las tasas altas golpean notablemente el clima de negocios. Varias automotrices está pidiendo dinero a sus casas matrices para cancelar obligaciones que tenían al ver que la recesión será más alta y el negocio no da para estar expuestos. Quieren bajar riesgo. Otro síntoma es la brecha entre el dólar blue y el oficial: el precio marginal están un peso y medio abajo del que se consigue en los bancos. ¿Porqué? Los empresarios pymes, ahogados ahora, están vendiendo sus dólares para pagar las cuentas.

Según la consultora LCG, el crédito al sector privado siguió acusando las consecuencias de la recesión en septiembre. Los préstamos nominados en pesos crecieron apenas 1,1% mensual muy por debajo a la inflación esperada para septiembre calculada en torno al 6% o más.

El financiamiento al consumo (+2,2% m/m), y en particular con tarjeta de crédito (+3,4% m/m), es el menos “afectado” y podría deberse a que las familias buscan atenuar en cierta medida la baja del consumo en un contexto de fuerte baja de los ingresos reales. Los Personales subieron 1,3% en el mes.

Los préstamos con garantía real, motores de la expansión del crédito hasta hace unos meses, crecieron apenas 1,1% en septiembre: hipotecarios +1,5% m/m y prendarios con crecimiento nulo desde julio.

El crédito a empresas también en retroceso (incertidumbre, altas tasas de interés, caída de la oferta y demanda): con baja nominal por segundo mes consecutivo, y por quinto mes en términos reales. Adelantos 2% arriba y documentos con una merma del 1,4% afectados además por el freno de la obra pública.

Los préstamos en dólares cayeron 1,4%. Los destinados a empresas, más del 90% del stock, bajaron 0,8% pudiendo indicar no solo la baja en la actividad sino también la persistencia de incertidumbre cambiaria. Y, en línea con la caída los viajes al exterior, los destinados al consumo con tarjeta de crédito se desplomaron 21% y 42% desde abril, mes en que empezó la corrida.

“Las consecuencias de la recesión sobre el sistema financiero también pueden observarse en otros indicadores”, acota LCG. Por ejemplo, la cantidad y el monto de cheques rechazados por falta de fondos pegaron un salto en la comparación interanual (de 0,7% a 1,2% la cantidad de cheques y de 1,1% a 1,6% el monto). Y se incrementó el ratio de carteras irregulares, sobre todo los destinados al consumo: casi 1 punto porcentual interanual (hoy en 3,7%), si bien es bajo, es el más alto desde 2010. El de las empresas subió 0,3 puntos (nivel similar a 2015-16).

El plan Sandleris-Dujovne está en plena ejecución. Se vendrán meses difíciles para la economía y, en el mejor de los casos, el Gobierno obtendrá sus objetivos de dominar al dólar y bajar la inflación. Caso contrario, se escribirá otro capítulo en este programa económico que acumula fracasos.

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