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El Gobierno apuesta al déficit cero para dejar atrás la crisis

La Ley de leyes, con déficit cero y el acuerdo 2.0 con el FMI, dicen en la Casa Rosada, serán el punto de inflexión de la crisis

17 septiembre de 2018

Hoy ingresará el Presupuesto 2019 a la mesa de entradas del Congreso. Una horas más tarde, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, defenderá la Ley de leyes, que se terminó de trabajar anoche a altas horas en el Mecon, ante los diputados.

El Presupuesto, junto a las negociaciones con el FMI, son la gran apuesta oficial para dejar atrás la crisis iniciada en abril pasado: llevar el déficit primario, que terminaría 2018 en 2,6% del PIB, a 0%. Es decir, recuperar el superávit primario perdido en 2009. Con un ajuste del gasto y, además, un fortalecimiento de los ingresos con la vuelta de las retenciones, que dejarían casi $300.000 millones adicionales en las arcas del Tesoro durante 2019. Junto a las anteriores (básicamente, las de la soja) dejarían más de $430.000 millones. Así, el Gobierno quiere dar una fuerte señal a los mercados porque las necesidades de financiamiento bajarían US$ 6.000 millones con respecto al escenario anterior, que contemplaba un rojo primario de 1,3% del PIB. Asimismo, el déficit financiero (es decir, con intereses de la deuda) llegaría hasta 3,2% del PIB en 2019, una baja fuerte versus el 5,6% del PIB de 2018.

Los otros tres ejes

Además del equilibrio primario, que será la principal bandera, el Gobierno se enfocará en otros tres ejes.

Estará focalizado en los sectores más vulnerables. “La inversión social aumentará 32% y la seguridad social, 35%. Además, el gasto en salud crecerá 29%, ya que la inversión en remedios y vacunas alcanzará casi 95%. También aumentará 29% la asistencia social, porque los programas de alimentos crecen 60%”, dicen en el Gobierno.

Para 2019, el Gobierno prevé una inversión de $160.000 millones para su plan de infraestructura nacional, que permitirá terminar las obras que se encuentran en ejecución. Tanto rutas, autopistas, aeropuertos, escuelas, hospitales, cloacas, agua potable como urbanizaciones integrales y viviendas, entre otras áreas. Además, tienen una licencia de 0,2 punto del PIB para usar si la situación social se torna más conflictiva.

A la vez, los servicios públicos no aumentarán más que la inflación. “En el Presupuesto 2019, los aumentos en las tarifas de los servicios públicos no crecerán por encima de la inflación”, aseguran desde el Gobierno.

La macro

El Presupuesto llegará, tras el baño de realidad de la crisis cambiaria, con proyecciones macroeconómicas poco alentadoras. Como anticipó Dujovne, el crecimiento proyectado para 2019 será muy bajo (“el arrastre estadístico que dejará 2018 será muy negativo”, dijo) y, según averiguó El Economista, la inflación (promedio) rondará 30% anual.

Además, los tres ejes del recortes serán, como vienen siendo, las transferencias hacia el sector privado (los subsidios), aunque la recomposición tarifaria será más leve; los gastos en capital (es decir, la obra pública), “que deberíamos compensar con las PPP y con los gastos de las provincias”, dicen en Hacienda y el costo operativo del Estado, también conocido como el gasto de la política.

Asimismo, en Hacienda dicen que las provincias deberían dejar los pies en el plato y acompañar. “Sus ingresos mejorarán”, argumentan. “Por otro 3% de la precoparticipación y por la compensación del Pacto Fiscal”, dicen. Eso, agregan, no justificaría que las provincias apliquen tarifazos en los transportes, que ahora pasarán a su jurisdicción.

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