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El dólar busca su techo aún

La demanda dolarizadora puede seguir más allá de que un “billete” a $40 equilibra las cuentas externas y, de hecho, es lo que está ocurriendo

05 septiembre de 2018

Por Guido Lorenzo ACM

La actual presión sobre el tipo de cambio obedece a una crisis de confianza, y la misma se fundamenta, en parte, en la escasez de reservas internacionales del BCRA.

Actualmente, las reservas de libre disponibilidad están por debajo de los US$ 30.000 millones. La sangría de reservas tiene su origen en la pérdida de US$ 12.000 millones durante la anterior gestión del BCRA, que intentó mantener un tipo de cambio debajo de los $ 20, asegurando que ese valor no estaba fuera de escala. La pulseada que el mercado le ganó a Federico Sturzenegger en abril y mayo pasados fueron el origen de esta crisis de confianza. Actualmente no se puede revertir esa situación. La crisis de confianza va más allá de las dudas acerca del Programa Financiero. El mismo requiere de necesidades en dólares y en pesos, y el financiamiento que tiene asegurado el país es en moneda dura, por lo tanto, no es una dificultad para estabilizar el tipo de cambio. El Programa Financiero imprime incertidumbre ante la posibilidad de ingresar en un nuevo default en años venideros, lo que se traduce en un desarme de posiciones en pesos y bonos domésticos que salen del país, como en cualquier país emergente, a lo que se le suma la demanda minorista que actúa cubriéndose de la pérdida de valor de sus ingresos corrientes.

A las necesidades de financiamiento en dólares, hay que sumar el programa de desarme de Lebac, para el cual estimamos que el BCRA deberá poner sobre la mesa un piso de US$ 3.000 millones desde ahora hasta fin de año. Mientras, el BCRAd intenta hacer frente a la corrida vendiendo reservas a fin de que el dólar no se desborde por encima de los $40. La capacidad para intervenir es hoy negociada con el FMI, que no le interesa el tipo de cambio sino el objetivo fiscal. El desafío del BCRA es convencer que se necesita estabilizar el mercado de cambios para luego avanzar con una reducción del riesgo país. La estabilización y la baja del riesgo país vendrá con una definición del FMI para cerrar un programa para Argentina donde puedan anunciar el adelanto de los desembolsos del acuerdo Stand By.

Estos anuncios no vendrán en menos de tres semanas y, por lo tanto, habrá quince ruedas en las cuales la demanda seguirá y al BCRA se le dificultará negociar mayor margen de intervención mientras pide dólares en Washinghton y al mismo tiempo pide permiso para gastar sus reservas para llevar tranquilidad al mercado de cambios. Dudamos de que el FMI lé de la venia para seguir arrojando al mercado US$ 300 millones promedio por día, lo que implicaría perder en torno a US$ 4.000 millones en los próximos quince días, que se sumarían los US$ 2.550 que ya usó en los últimos quince días. Situación similar a la que comentábamos que fue uno de los determinantes de la poca confianza en la moneda: su poco respaldo.

La otra opción, la de la tasa de interés, es poco efectiva. Con un dólar que es inestable, la tasa de interés no logra convencer a los tenedores de divisas a desprenderse de ellas para pasarse a tasa en pesos. En un día se puede borrar la ganancia de dos meses de carry trade. De hecho, la memoria del que apostó a la tasa en pesos desde abril ha quedado lastimada.

Sobre este punto, la tasa en niveles alineados al 60% está afectando al lado real de la economía. Es casi imperdonable que no haya líneas rápidas y diferenciadas para pyme para que puedan atravesar “la tormenta” con un paraguas al menos.

El dólar a $ 35 o $ 40 puede ser el de equilibrio de cuenta corriente y el que cierre la brecha externa, pero, en estos eventos, se desconecta el tipo de cambio del lado real con el tipo de cambio que puede establecerse en los mercados financieros. Esto es lo que podría suceder y es por ello que la demanda sigue aumentando a pesar que $ 40 luce como un tipo de cambio competitivo. Alguno podría recordar las épocas de una fuerte devaluación, sobrerreacción del tipo de cambio y luego una baja del mismo. Aún no hemos llegado a esa situación y el tipo de cambio sigue buscando nuevos niveles en un contexto de inestabilidad, y eso no permite aún pensar en que el tipo de cambio volverá a niveles por debajo de los $ 35. Por el contrario, aún está buscando un techo.

Hasta ahora, el mal diseño del programa con el FMI que tuvo que ser abandonado a menos de tres meses de su firma trajo más dudas. Los anuncios del Presidente de la semana anterior, más que dudas, trajeron pavor y los anuncios de Nicolás Dujovne fueron insuficientes para calmar al mercado: en lugar de recibir un plan en concreto, se recibió el plan que se le va a presentar al FMI. Plan que consiste simplemente en profundizar el recorte de gastos marginalmente y, principalmente, consta de un incremento de la presión tributaria vía retenciones.

Ahora estamos en las manos del FMI y su visión acerca de darle margen de maniobra al BCRA para intervenir. La demanda amerita el reclamo del BCRA, pero la pérdida de reservas internacionales no le hace gracia al principal prestamista de Argentina.

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