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Son tiempos inciertos

La evidencia empírica demuestra que la incertidumbre constituye un fenómeno perjudicial para la economía

29 agosto de 2018

Por Julián Ansaldo Economista y Docente de Data Science en Digital House & Matías Carugati Economista Jefe M&F Consultora

La incertidumbre no es favorable para la economía por distintos motivos. En primer lugar, desincentiva las decisiones de inversión: ante un contexto incierto, las empresas suelen posponer o incluso descartar inversiones que sean costosas de revertir. También tiene un efecto similar sobre las compras de bienes durables de los hogares, en pos de aumentar su ahorro precautorio. Tercero, en mercados laborales rígidos, la incertidumbre desalienta la contratación y puede llevar a mayores tasas de desempleo y subempleo. Por último, si aumenta la prima de riesgo, el mayor costo financiero también puede repercutir negativamente sobre el consumo y la inversión. En suma, la evidencia empírica demuestra que la incertidumbre constituye un fenómeno perjudicial para la economía, en tanto conduce a una contracción de la demanda agregada.

Medir la incertidumbre es difícil, pero no imposible. Mucho se ha escrito desde que Frank Knight propusiera pensar la incertidumbre como aquella probabilidad asignada a los diversos eventos futuros de forma subjetiva y, por lo tanto, inconmensurable en la práctica. Para Knight, “el mejor ejemplo de la incertidumbre se conecta con el ejercicio de juicio o de formación de opiniones sobre el curso futuro de acontecimientos; opiniones (y no conocimiento científico) que en realidad guían la mayor parte de nuestra conducta”. Motivados por esta afirmación, tratamos de medir de alguna manera esta “formación de opiniones” y, partiendo del trabajo de Baker, Bloom y Davis1, construimos un índice de incertidumbre de política económica para nuestro país en base a la cobertura de los diarios Clarín y Página 12. El indicador es una métrica de cuan frecuentes son en estos medios de comunicación las noticias que dan cuenta de un contexto incierto a nivel económico. Capturando la forma en que los diarios informan cuestiones de corto plazo (por ejemplo, qué hará el Gobierno para frenar al dólar) y de largo plazo (qué hacer con el sistema previsional), podemos relevar la incertidumbre asociada a las medidas que podrían adoptar los decisores de política y a sus efectos económicos.

Esta forma de medición es una aproximación práctica a la pregunta de como mensurar algo tan abstracto como la percepción de un “clima” incierto. El método tiene a favor algunos puntos: se construye con información pública, es fácil de actualizar y permite una comparación internacional. Como contraparte, el resultado depende de cuan confiable sea la información brindada por los diarios. Este problema, muchas veces asociado al sesgo ideológico de cada medio, puede subsanarse. Para suavizar estas posibles distorsiones tomamos las noticias de dos diarios que suelen representar posiciones antagónicas de la opinión pública.

En lo concreto, el paso a paso de la construcción del índice es el siguiente. Primero, si el cuerpo de

una noticia contiene algunas de las palabras claves predefinidas, marcamos que esa nota periodística refiere a la incertidumbre de política económica2. Segundo, sumamos las noticias marcadas de los últimos 30 días y las escalamos por el total de notas, para lograr una medida de frecuencia relativa3. Tercero, estandarizamos el resultado anterior y tomamos el promedio de los dos diarios, para obtener una medida central que tienda a neutralizar posibles sesgos ideológicos. Cuarto, transformamos la serie resultante para que tenga una media de 100 en el período 2002-2017.

Algunos comentarios sobre la incertidumbre de política económica. Como era de esperarse, Argentina no está desacoplada del mundo (ver gráfico). La incertidumbre refleja los problemas del exterior, aunque también se mueve al compás de los hechos domésticos, tanto económicos (devaluaciones, por ejemplo) como políticos (como las elecciones). Por otra parte, es interesante notar que la incertidumbre ha ido aumentando en los últimos años. El período de “Gran Moderación” se reflejó en la cobertura de los diarios y, no casualmente, a partir del estallido de la crisis subprime la incertidumbre ha ido en aumento, tanto en cantidad de eventos disruptivos como en la intensidad de éstos.

La incertidumbre actual es muy elevada. Nuestro indicador está más de dos desvíos estándar sobre el valor promedio. En términos comparativos, la situación actual es similar en intensidad a lo registrado durante la crisis financiera internacional, aunque con distinta persistencia (por ahora). En 2008, el indicador de incertidumbre estuvo 168 días por encima del promedio, mientras que actualmente llevamos 124 días. Y contando, porque la cobertura reciente de los diarios viene registrando un aumento de la incertidumbre. El acuerdo con el FMI, el recambio en el BCRA y la batería de medidas que se han tomado desde entonces no están trayendo tranquilidad.

¿Qué implicancias se derivan de una situación de elevada incertidumbre? Nuestro indicador se correlaciona con mayor volatilidad cambiariafinanciera, mayor prima de riesgo, un tipo de cambio más alto y una mayor formación de activos externos. No podemos hablar de causalidad, claramente, pero las relaciones son las esperadas. En épocas de incertidumbre, los activos financieros registran más volatilidad, los títulos públicos son castigados y los ahorros tienden a dolarizarse. Además, períodos de incertidumbre muy elevada (más de 2 desvíos sobre la media del indicador) se asocian negativamente con el nivel de actividad y con la confianza en el gobierno. Se trata, en suma, de resultados esperables, ya que los diarios informan sobre problemas económicos y políticos.

La estabilidad financiera y cambiaria debería ser un objetivo prioritario. En la medida en que la

situación se calme, los efectos sobre la economía real van a ser más breves y menos dañinos. Además, la incertidumbre cedería, lo cual retroalimentaría la dinámica. Una vez pasada la tormenta, habría margen para encarar el control de daños y pensar con un horizonte temporal (algo) más largo. En este sentido, consideramos que medir de forma continua la incertidumbre de política económica siguiendo la metodología propuesta, aun con las limitaciones de nuestro indicador, resulta útil para analizar el contexto y alertar sobre posibles problemas a corto plazo.

1 Para más información sobre metodología, marco teórico y comparación internacional ver http://www. policyuncertainty.com.

2 Específicamente, tiene que contener palabras de tres categorías: economía, política e incertidumbre. En total, se trata de un listado de 92 palabras. Variaciones en el listado no alteran los resultados significativamente.

3 La frecuencia del indicador puede variar según el objetivo de fondo. El trabajo original toma datos mensuales. Tomamos la suma de los últimos 30 días para poder analizar la información más reciente sin tener que esperar al cierre de cada mes

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