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Los economistas cuestionan la estrategia cambiaria

El BCRA vendió US$ 200 millones, pero no logró frenar al dólar, que superó los $32. ¿Qué debe hacer Caputo?

28 agosto de 2018

Por Juan Strasnoy Peyre

Recrudece la tensión cambiaria y las respuestas del BCRA no aportan tranquilidad. Hoy, la autoridad monetaria vendió US$ 200 millones de las reservas (que se suman a los US$ 210 M del lunes), pero no logró contener la devaluación. El tipo de cambio minorista saltó 51 centavos (1,6%) a $32,05 y el mayorista avanzó 38 centavos a $31,35. Mientras crece la preocupación por un (aún) mayor impacto inflacionario y recesivo, algunos analistas cuestionaron la política de Luis Caputo de “perder reservas por goteo” en busca de capear la corrida. Otros, plantearon que la autoridad monetaria no tiene muchas más herramientas a mano y que las decisiones clave hoy pasan por el Ejecutivo.

Con la depreciación de hoy, en la que se volvieron a combinar factores externos (presión sobre las monedas emergentes) con la fuerte desconfianza y los desequilibrios locales, el peso perdió 14,37% de su valor en lo que va de agosto y 68,1% en lo que va del año. Así, volvió a ubicarse en la cima del ranking de las monedas con peor desempeño en 2018 por sobre la lira turca. En términos interanuales, la devaluación ya ronda el 80%.

https://twitter.com/martinredrado/status/1034505943231410176

Pese a recibir con fragilidad coletazos externos en determinados momentos, que aceleraron la suba del tipo de cambio, la dimensión de la escalada dejó en evidencia que existen problemas de fondo que son locales. La desconfianza de los mercados en la capacidad del Gobierno de afrontar los vencimientos de deuda (pese al stand by del FMI por US$ 50.000 M) impulsó una corrida contra los títulos argentinos que disparó el riesgo país y dilapidó las posibilidades de conseguir financiamiento externo para cumplir con esas mismas obligaciones. Pero, claro, esa tensión extra por la desconfianza se montó sobre los problemas estructurales: una demanda de divisas -para atesoramiento, importaciones, turismo- superior a la oferta -exportaciones, turismo, inversiones- que genera una sangría incesante de dólares.

BCRA

La autoridad monetaria volvió a vender US$ 200 M de las reservas durante dos licitaciones, y repitió la táctica del lunes. La intervención no fue suficiente y sólo sirvió para atenuar la escalada del dólar. Las críticas no tardaron en llegar.

El expresidente del entidad, Martín Redrado, planteó desde su cuenta de Twitter que “vender dólares a cuentagotas y en montos preanunciados y predecibles es perder reservas sin sentido. El BCRA debe tener capacidad y músculo para poder pasar sobre las expectativas del mercado”. Coincidió el economista jefe de Radar, Martín Alfie: “No se entiende muy bien la estrategia de subastar y después dejarlo correr. O mostrás firmeza y defendés un valor con una política cambiaria consistente o dejás que ajuste. Esta pérdida por goteo lo único que genera es que cada venta del BCRA sea dilapidar reservas”.

En tanto que el analista financiero Christian Buteler cuestionó la aplicación alternativa de las herramientas que tiene a mano Caputo: “Si van a dejar que el dólar siga subiendo brutalmente como ya lo hizo, bajen la tasa. ¿Para qué querés una tasa al 45%, que ya demostró no poder parar al dólar y que encima te arruinó la economía real? Ahora, si alguna vez te decidís de verdad a frenar la brutal suba del tipo de cambio, ahí sí utilizá todas las herramientas: venta de dólares, tasa, futuros, encajes”.

En cambio, Gabriel Caamaño Gómez (Consultora Ledesma) consideró, en diálogo con El Economista, que al tratarse de un “evento por balanza de pagos” la solución “no depende 100% del BCRA”. Y, entonces, lo que intenta hacer Caputo es “administrarla, buscando que no se desmadre, para dar tiempo a que se tomen las decisiones necesarias”. “El BCRA en los últimos meses hizo de todo: se puso a defender con un bloque grande un determinado valor ($25), subió las tasas, absorbió liquidez, empezó a subastar reservas. Nada termina de convencer porque el problema de fondo no es el BCRA. Es cierto que en la última semana estuvo más errático en sus intervenciones pero hasta ahora no venía mal. Tampoco es que pueda hacer mucho más de lo que hace, porque debería salir a defenderlo mucho más arriba y ya estamos en 80% de devaluación interanual, mucho más que cualquier corrección necesaria desde el punto de vista de la economía real. Hoy lo que se necesita es estabilizar para terminar con la incertidumbre y evitar que el proceso se siga retroalimentando”, dijo.

Salidas

También en exclusiva para El Economista, Alfie sostuvo que “se necesita un programa cambiario más integral” para resolver los problemas estructurales. Pero advirtió que “hay un círculo vicioso en el que entró el Gobierno porque hay dudas sobre el programa financiero, entonces las inversiones no entran y eso genera una sensación de que el mercado está cerrado”.

“Estoy más cerca de la posición de intentar defender un valor de la moneda y mostrar estabilidad cambiaria para frenar la corrida. Se necesita una política monetaria consistente, algo similar a lo que se hizo cuando se pusieron los US$ 5.000 M a $25 y se frenó por unas semanas. El tema es que para lograrlo se necesita una fuente adicional de reservas. Si no, eso puede generar una dinámica de pérdida de reservas que genere más dudas sobre su capacidad de pago y termine siendo peor”, explicó el analista de Radar. Y alertó que el riesgo de dejarlo subir es profundizar la recesión y la incertidumbre.

Caamaño Gómez planteó otra vía: “Fuimos al FMI para cubrir nuestras necesidades financieras durante un tiempo considerable y, al poco tiempo, vemos que hay una necesidad financiera no cubierta para 2019. Eso el mercado te lo cobra. Entonces, lo que hay que solucionar es eso porque hay muchos problemas más pero esta es la única duda despejable rápidamente. Lo más lógico no sería buscar una nueva línea de crédito, sino renegociar el cronograma de desembolsos, que claramente está mal diseñado. Habría que adelantarlos y que el programa en todo caso termine antes. Porque lo que deberíamos tener blindado es el año que viene”.

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