Por Mariano Cúparo Ortiz
La noticia es buena, aunque se da como consecuencia de algo tan negativo como la actual crisis cambiaria: durante junio, y por primera vez desde febrero de 2015, hubo caída de los viajes de argentinos hacia el exterior. Efectivamente, junio dio una caída interanual de 2,6% en las salidas turísticas, a pesar de que fue el mes del Mundial de Rusia. La corrida cambiaria que arrancó en abril y siguió en mayo aparece como la principal explicación, ya que generó una suba en el dólar que encareció a los viajes.
Alivio externo
El turismo viene siendo, mes tras mes, una de las explicaciones clave para el rojo de cuenta corriente que viene aquejando a la economía local y que fue creciente en los últimos años. Sin ir más lejos, durante el primer trimestre del año, los viajes explicaron el 56% de las salidas de divisas por la cuenta servicios, que presentaron en ese período un déficit de US$ 3.517 millones. El rojo en la cuenta corriente fue una de las explicaciones clave de la aversión al riesgo argentino que derivó en la corrida cambiaria y en la propia devaluación. Es decir: el rojo turístico ayudó a provocar la devaluación que ahora ayudó a achicar el rojo turístico.
La reversión de la dinámica negativa en turismo era esperable y los analistas lo venían remarcando. Un informe reciente de Ecolatina se tituló "el salto cambiario revirtió la dinámica del frente externo" y afirmó que el intercambio de servicios se achicaría en la segunda mitad del año, producto de una recuperación de las exportaciones (la capacidad de reacción al alza del tipo de cambio real es mayor que la de la producción de bienes) y una caída drástica de las importaciones, su déficit se achicaría alrededor de un 25% respecto a 2017, cerrando el año en torno a US$ 8.000 millones. En ese sentido, las exportaciones son las entradas de turistas extranjeros y las importaciones las salidas al exterior.
La corrida cambiaria generó una suba en el dólar que encareció a los viajes
El director de Macroview, Pablo Goldín, aclaró que la reducción definitiva del rojo de cuenta corriente, que según él ocurrirá antes de fin de año, "de ninguna manera soluciona el problema externo porque vamos a seguir con el problema del colchón y el atesoramiento".
Dinámicas
Una dificultad que suelen presentar los viajes y que pueden retrasar el impacto positivo de la devaluación es que muchos viajes al exterior se arreglan con anticipación, por lo cual el cambio en el precio del dólar ocurre cuando ya es demasiado tarde para que el turista se arrepienta.
En ese sentido, el director de Eco Go, Martín Vauthier, aclaró: "En el caso de los viajes al exterior (20% del déficit en turismo), el impacto rápido de la devación se observa en los destinos cercanos, donde la ventana de planeamiento es más corta. El ajuste inmediato se da sobre los gastos en el exterior, que representan 80% del déficit".
Por el lado de los ingresos de turistas extranjeros las noticias no fueron tan positivas: por primera vez en 15 meses, desde febrero de 2017, dio caída interanual. Fue una merma de 0,8%, tras un 2017 y un primer semestre de 2018 de buenos resultados. Ahí estará la clave, igual que como sucede con las exportaciones de bienes: para lograr una mejora sostenida, que no dependa del vaivén del tipo de cambio será clave que mejoren los ingresos de turistas extranjeros. Para superar ese problema, sostiene el ministro de Turismo, Gustavo Santos, "lo único que necesita Argentina para explotar es conectividad". Aun no se verificó. "No hubo mejoras por el lado del turismo receptivo", dijo hoy el economista jefe de Ecolatina, Lorenzo Sigaut Gravina. Están bienvenidos.
