En la sesión que decidió el rechazo al proyecto de interrupción voluntaria del embarazo, Cristina Kirchner cerró las intervenciones de su bloque, en la madrugada del jueves. Con un discurso en un registro más contenido al acostumbrado, sin estridencias. De esta manera suspendía su silencio de meses. El público, por lo menos. El deterioro del Gobierno de Cambiemos, crisis mediante, le había dado más aire y la había reposicionado como alternativa. Antes de que la aparición de los ya famosos cuadernos, que implican a funcionarios de su gestión, a importantes empresarios y a ella misma en una trama de supuesta corrupción, conmoviera el escenario político y sumará nuevas dudas a sus posibilidades.
Hoy Cristina reaparece en público, pero en los tribunales federales de Comodoro Py. Responderá de esta manera a la cita del juez federal Claudio Bonadio, que tiene a su cargo la causa en cuestión. A sus seguidores les pidió que evitasen movilizarse para acompañarla como habían hecho en ocasiones anteriores. Y aprovechó la ocasión para repetir sus críticas al Gobierno Nacional. “Pongamos todos nuestro esfuerzo y energía en acompañar y ayudar a aquellos que la están pasando muy, pero muy mal”, señaló a través de las redes sociales. En el kirchnerismo sostienen que detrás de los cuadernos de Oscar Centeno, exchofer de Roberto Baratta, funcionario del Ministerio de Infraestructura durante su gestión, está la mano del Gobierno, como artilugio para quitar la atención social y mediática ante la crisis económica ascendente.
Aunque no fue confirmado ni por ella ni por su abogado Gregorio Dalbón, la expresidenta presentará un escrito formal el trámite judicial previsto. “Cristina se retirará a seguir trabajando. No vayan a Comidoro Py. No le demos entidad”, señaló el propio Dalbón ayer por la mañana, en el mismo sentido que la expresidenta. Mientras que quedará para el miércoles ver lo que suceda con el pedido del juez Bonadio para que el Congreso habilite allanamientos en sus tres domicilios: los de Buenos Aires, Río Gallegos y El Calafate, por la misma causa. En el Bloque Justicialista, de cuyo voto depende la aprobación para que la Justicia autorice los allanamientos, no hay consenso para avanzar sobre el tema. El interbloque de Cambiemos es el principal impulsor de la iniciativa.
En el kirchnerismo piensan en la defensa, pero también en el contragolpe. Señalan que Cristina y su núcleo más cercano quedaron conformes con el plenario del sábado en la localidad bonaerense de Ensenada. “Reconstruir el futuro y organizar la esperanza” fue el lema que convocó a las organizaciones más consustanciadas, con la pretensión de extender ese entramado hacia aliados posibles, más distantes de la figura de Cristina. De hecho, el sábado en Ensenado, ante miles de militantes, el diputado nacional Máximo Kirchner llamó a “construir una mayoría lo más amplia y plural posible” para “ofrecer a la sociedad un proyecto de país que sea no sólo superador del actual sino también del que concluyó el 9 de diciembre de 2015”.
