Cristina Fernández de Kirchner y Hugo Moyano volvieron a mostrar juntos luego de un distanciamiento que duró casi siete años durante un encuentro organizado por el sindicato de mecánicos Smata en Cañuelas y dieron señales de unidad. En medio de la investigación judicial que dispararon los cuadernos de Oscar Centeno, el chofer del exfuncionario Roberto Baratta, por un presunto entramado de coimas en la obra pública durante el Gobierno anterior, la expresidenta reaparece en la escena pública.
CFK fue invitada como oradora central a un plenario del Smata por el anfitrión Ricardo Pignanelli. El mecánico aparece ahora como articulador de este corolario del acercamiento entre el kirchnerismo y el moyanismo, que ya venía cimentándose en una serie de movilizaciones conjuntas y en la multisectorial 21F. La apuesta es visibilizarse en unidad como el espacio peronista más confrontativo con la administración de Mauricio Macri y aglutinar alrededor suyo a una serie de sindicatos, organizaciones sociales y políticas, y sectores de la iglesia y el empresariado pyme.
En esa clave, además de ellos, durante el fin de semana pasarán por el predio sindical de Cañuelas el padre Carlos Accaputo, responsable de la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Buenos Aires, el periodista Iván Schargrodsky y la ex CEO de Aerolíneas Argentinas y General Motors, Isella Costantini. La apertura estará a cargo del expresidente de la Cámara de Diputados Julián Domínguez.
La reaparición de la actual senadora nacional ocurre horas después de que el juez federal Claudio Bonadio ordenara la detención de empresarios y exfuncionarios por conformar una presunta asociación ilícita que habría funcionado entre 2008 y 2015 para recolectar sobornos de las empresas contratistas de la obra pública y citara a declara a la propia CFK, entre otros sospechados.
