En mayo, la suba del dólar se sintió en Ezeiza y los demás aeropuertos del país. Por un lado, la llegada de turistas extranjeros (ingresaron 191.000), tentados por un mejor tipo de cambio, se mantuvo firme y creció 4,8% interanual. Y, por el otro lado, se desaceleró fuertemente el turismo emisivo, es decir, la salida de argentinos porque viajar y gastar afuera se encareció. En concreto, la cantidad de viajeros creció, entre enero y abril, 15,3%, pero en mayo apenas se expandió 5,5%. Aun así, en términos brutos, todavía supera largamente el ingreso: en mayo, se fueron al exterior 391.200 argentinos.
Por eso, el “rojo Ezeiza”, que en 2017 fue de nada menos que US$ 10.000 millones y es uno de los canales por donde se van más dólares, sigue firme, aunque más contenido y se deberán esperar las cifras del segundo semestre para saber como impacta la devaluación en el apetito turístico de los argentinos.
En el acumulado anual, más de 2,2 millones de argentinos viajaron al exterior mientras que solo 1,09 millones de no residentes aterrizaron, básicamente, en el Ministro Pistarini de Ezeiza. En términos interanuales, 13,4% y 5,8%, respectivamente.
El turismo receptivo de mayo estuvo motorizado por los brasileños, los de otros países de América Latina y los europeos que, en promedio, durmieron 12 noches en el país.
Por el otro lado, los argentinos, cuyos destinos predilectos fueron Europa y Estados Unidos (y, en menor medida, Brasil y otros países de la región), pasaron, en promedio, 15,2 noches en el exterior.
