A Sergio Massa se le reconoce rapidez para descubrir oportunidades y detectar aquellos espacios vacíos que pueden ocuparse. La presentación de una serie de propuestas económicas, justo en este momento complicado, lo ratifica.
La preocupación de la sociedad argentina está hoy concentrada en la cuestión económica y hay un sector importante que votó por Cambiemos y que hoy está descontento con la gestión del Gobierno. Y todo se explica por la economía porque, en las otras áreas, las expectativas por los cuales se votó a Mauricio Macri se cumplieron en mayor medida.
Estos votantes de Cambiemos que ahora están disconformes no se pasaron a otro espacio político y siguen siendo reacios, como siempre, hacia el kirchnerismo. Están ahí, sin que ninguna expresión política los entusiasme. Su representación está transitoriamente vacante.
Ahí va Massa, dispuesto a buscar esos votantes a los que conoce bien porque fueron los que le acompañaron en su triunfo en las legislativas de 2013. En ese contexto, y luego de varios meses de silencio, salió a la superficie para presentar sus propuestas económicas. Con mucho de voluntarismo, es cierto, pero importa más el mensaje político que la factibilidad de algunas iniciativas.
Massa vuelve a tener exposición pública y seguirá en ese camino apuntando a las elecciones del 2019. Para lograr sus objetivos tendrá que definir una estrategia consistente, que no ha sido el fuerte de su trayectoria política, en la que predominaron los movimientos tácticos. La avenida del medio, que vislumbraba amplia, terminó siendo angosta en un contexto de polarización creciente en las dos últimas elecciones.
La relación con el oficialismo arrancó en buenos términos pero se fue tornando conflictiva
Massa sabe que no puede ganar compitiendo con el Frente Renovador porque ya transitó ese camino, sin éxito, en 2015 y 2017. Sus posibilidades crecerían si obtiene la candidatura presidencial en las eventuales primarias del peronismo federal. El kirchnerismo es territorio vedado porque el mito fundante del massismo es, precisamente, haber impedido la re-re de Cristina, cuando ganó en 2013.
La relación con el oficialismo arrancó en buenos términos pero se fue tornando conflictiva, aunque no de manera homogénea, porque sostiene acuerdos políticos con María Eugenia Vidal en la Legislatura bonaerense mientras que confronta con un Macri que, a su vez, se refiere a él como “ventajita”.
Sobre el futuro político de Massa las opiniones son más divergentes que con otras figuras. Los que consideran que puede ser un candidato competitivo en 2019 se basan en que es conocido por todo el electorado, tiene apoyo en la provincia de Buenos Aires, es creativo, audaz y conservó el apoyo de algunas figuras políticas con buena imagen pública. A su vez, el peronismo federal le puede dar la estructura de la que el carece porque la construcción política tampoco ha sido su fuerte.
Por su parte, los que no le auguran un futuro promisorio argumentan que su insistencia en la avenida del medio no lo llevará a ningún lugar porque, en las elecciones venideras, sólo habrá lugar para dos: el oficialismo y una alternativa claramente opositora. Además, las idas y vueltas de Massa lo convirtieron en una figura que no genera confianza en amplios sectores del electorado que se definen a su comportamiento político como errático y oportunista. Una imagen desde la que es difícil construir una carrera presidencial exitosa.
Las principales propuestas
Eliminación del IVA para la canasta básica de alimentos
Aplicación del Coeficiente de Variación Salarial (CVS) para los ajustes de tarifas
Suspensión 180 días de los embargos y ejecuciones de la AFIP
Liberación de las paritarias para recuperar el poder de compra de los salarios
Bono de emergencia para los jubilados
Aumento de programas sociales
Régimen de flotación administrada por el BCRA
Sistema chileno de estacionamiento de capitales
Seguro de tasa subsidiada en dólares para los exportadores
Críticas liberales
Las propuestas de Massa no cayeron muy bien entre los liberales, lógicamente. Mientras Germán Fermo pedía Rivotril, Agustín Etchebarne (Fundación Libertad & Progreso), decía que “el programa económico de Massa-Lavagna es un desastre”, supone un “colapso asegurado rumbo a Venezuela” y agregaba, sin dar grandes explicaciones, que “Lavagna es uno de los grandes responsables de la larga declinación”. Asimismo, Marcos Buscaglia decía sobre el plan de Massa: “Cerrar la economía, crédito subsidiado, tarifas atrasadas y más controles. Un compendio de lo que hizo de Argentina un país atrasado”. Mientras Carlos Rodríguez decía que las “propuestas son horribles”, Nicolás Cachanosky agregaba: “No leo nada respecto a bajar el gasto público”.