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El Gobierno propone a los gobernadores “dar vuelta la página”

Lo anticipó el ministro Frigerio en Tucumán, luego del veto por tarifas: Presupuesto y obras públicas, los ejes del debate

06 junio de 2018

Conservar la relación con los gobernadores peronistas. Sobre todo, aquellos que integran el bloque informal de opositores moderados. O “racionales”, como elige llamarlos. El veto a la ley que pretendía retrotraer las tarifas, el presidente Mauricio Macri lo anunció en Salta, horas después de su sanción en el Senado. Y cerca del gobernador Juan Manuel Urtubey, que había manifestado su desacuerdo con la iniciativa parlamentaria y logró que sus senadores votaran en consonancia. En esa gira por el Norte, Macri se encontró con el resto de los mandatarios de la región, para dejar en claro que pretendía conservar el vínculo, a pesar del enojo con algunos de ellos. Y con la secreta esperanza de que esa estrategia permita mantener dividida a la oposición entre duros y moderados.

Ayer, el ministro del Interior, Obras Públicas y Vivienda, Rogelio Frigerio, continuó la tarea. Se reunió con el gobernador tucumano Juan Manzur, uno de los mandatarios que forman un tándem intermedio, y propuso “dar vuelta la página” para mantener en buena forma el esquema de gobernabilidad que le permitió al Gobierno, hasta aquí, mostrar mejores resultados políticos que económicos. “Hay que pensar cómo hacemos para sacar al país adelante entre todos. No necesitamos que cogobiernen con Cambiemos, pero sí que apoyen las decisiones que el Presidente tiene que tomar para sacar el país adelante”, señaló en una de sus referencias al tema.

Interlocutores

Frigerio tiene en agenda una serie de viajes al interior durante las próximas semanas. En provincias con distintas pertenencias. Entre Ríos y Santa Fe se anotan entre las primeras. Gustavo Bordet pertenece al lote de mandatarios con mejores relaciones con la Casa Rosada. El entrerriano recibió al Presidente en Concordia el día de la movilización multitudinaria de Hugo Moyano y sus gremios aliados en la Avenida 9 de Julio, y es un gesto que se recuerda con beneplácito. En tanto, el santafesino Miguel Lifschitz forma parte del lote intermedio, crítico en la mayoría de las ocasiones, pero sin dejar de mantener los puentes tendidos.

Presupuesto y obras públicas son los temas que el Gobierno pretende discutir con unos y otros, a partir del gran acuerdo nacional propuesto. El objetivo de reducir el déficit fiscal será retraducido como intento de bajar el gasto público en la Nación, pero también en los distintos distritos. Mientras que las obras públicas siguen siendo el gran dilema: el Gobierno pretende fortalecerse de cara al año electoral con inversiones en infraestructura, pero sabe que su capacidad de realización estará por debajo de lo prometido y de lo que esperaba. Los mandatarios provinciales, en tanto, necesitan de esos recursos y ya avisaron, de manera más o menos directa, según los casos, que estaban dispuestos a hacer más eficaces su administración, pero no a compartir los costos de un ajuste.

Observados

En el radar del Gobierno otros dos dirigentes acaparan la atención, de diferente manera y con recelos incluidos. Por un lado, el jefe de la bancada del interbloque de Argentina Federal en el Senado, Miguel Angel Pichetto. Por el otro, el dirigente del Frente Renovador, Sergio Massa. Pichetto sigue siendo el principal interlocutor del Gobierno en términos parlamentarios. La tensión por tarifas no quedó atrás, pero saben que el hecho no puede devenir en mala relación. El Gobierno jugó a emparentar al bloque con el kirchnerismo para buscar la esperada diferenciación de sus integrantes y ahora consideran que el rionegrino recobró fuerzas gracias al “doble juego” de algunos mandatarios provinciales. Por eso la apuesta reactualizada con ellos.

“El kirchnerismo maneja un bloque de los más importantes de la Cámara de Diputados y del Senado. Han votado algunas leyes en consonancia a distintos bloques del peronismo”, señaló Frigerio, en ese sentido. Aunque aclaró que “la reorganización de la oposición es un problema del justicialismo, lo tienen que resolver ellos. Nosotros tenemos que gobernar, y ellos tienen que ser, a mi juicio, una oposición responsable, brindarnos gobernabilidad. Nosotros hacemos lo propio con las provincias, donde Cambiemos es oposición”.

Respecto de Massa, la relación sigue siendo fría, luego de un año inicial de cordialidad y buenas relaciones. La desconfianza persiste y es mutua. Desde el Gobierno consideran que el dirigente del Frente Renovador forma parte de un acuerdo tácito con otros sectores del peronismo moderado para “intercalar” las jugadas en contra del Gobierno para que ninguno quede demasiado expuesto. La pérdida de representación parlamentaria y el retroceso en términos de votos que dejó la última elección lo aleja de las pretensiones que el hombre de Tigre supo tener, pero estiman que puede influir en el armado de un frente peronista no kirchnerista. Sobre todo, en la provincia de Buenos Aires, donde mantiene cierto arraigo.

Estas evaluaciones y “movidas” del Gobierno tienen un diagnóstico taxativo: la suerte electoral de Cambiemos para 2019 no depende sólo de la recuperación ciertas variables de la economía y las expectativas, sino también de que persista la fragmentación opositora.

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