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Se desaceleró el empleo en el 1º T y admiten que podría empeorar

Además, en Trabajo, reconocieron que la revisión a la baja de las proyecciones de crecimiento impactarán en las expectativas laborales

31 mayo de 2018

Por Juan Strasnoy Peyre 

La creación de empleo pisó el freno en el comienzo de año y la cantidad de trabajadores registrados acumuló en marzo tres meses seguidos de leve caída. El estancamiento del mercado laboral es anterior a la crisis cambiaria de comienzos de mayo, que dejó una devaluación de más del 20% y tasas del 40% y obligó al Gobierno a admitir que este año habrá más inflación y menos crecimiento del proyectado. La lógica indica que el impacto de este cóctel económico será negativo y podría profundizar esta situación. Así lo reconocieron ayer los funcionarios del Ministerio de Trabajo.

Los datos del SIPA que presentó ayer la cartera laboral son elocuentes: el crecimiento interanual del empleo formal se desacelera progresivamente desde el 2,2% de diciembre hasta el 1,5% de marzo, que se ubica apenas por encima de la expansión poblacional. Pero la desaceleración se ve aun mejor en la caída casi “en escalera” de la variación mensual, que empieza con el alza de 0,4% de octubre y termina con caídas del 0,2% en enero, 0,3% en febrero y 0,1% en marzo.

Proyecciones en baja

La dinámica es similar a la de la actividad económica que, según el EMAE del Indec, en el primer trimestre también empezó a mostrar signos de enfriamiento. Justamente esa relación entre la evolución del producto y del trabajo registrado es la que enciende luces de alerta para los próximos meses.

A principio de este año, en Alem al 600 estimaban que 2018 tendría un crecimiento similar al del año pasado (en el que se incorporaron 268.000 trabajadores formales, de los cuales 81.600 fueron asalariados del sector privado), e incluso un poco por encima. Ante la consulta de El Economista acerca de si el reconocimiento del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, de que este año se crecerá menos de lo proyectado modificó las estimaciones de Trabajo, el director de Estadísticas y Políticas Laborales José Anchorena admitió: “Hay relaciones entre actividad y empleo, eso todos lo sabemos. Efectivamente, si no se crece al ritmo que se pensaba, va a haber un crecimiento menor del empleo”.

Este escenario empalma con la caída en las expectativas empresarias de contratación de personal. En la Encuesta de Indicadores Laborales de abril, que el Ministerio relevó durante los primeros días de mayo, la expectativas netas para los siguientes tres meses pasaron del 5,9% del mes anterior al 4,8% (muy por debajo de los mejores guarismos en torno al 8% en los meses signados por el triunfo legislativo de Cambiemos). Cuando este indicador se ubica entre 3% y 6%, los funcionarios hablan de una perspectiva de estabilidad.

Sin embargo, Anchorena insistió en que la clave para mejorar la elasticidad empleo-producto es que se apruebe la reforma laboral que el Ejecutivo envió al Senado dividida en tres proyectos, que hoy están empantanados. “Más fuerte, para mí, es que se sigan retrasando los debates respecto a la normativa laboral. Así, va a haber menos posibilidades de generación de empleo. Yo dije en su momento que había una chance de que siga creciendo interanualmente el empleo registrado, pero era condicionado a que se saque la normativa laboral. La única que se sacó, y yo creo que está ayudando en esto, es el mínimo no imponible a las contribuciones patronales. Pero tiene que seguir avanzando la política laboral”, planteó Anchorena. Y cargó contra el rechazo de la oposición al tratamiento legislativo de las iniciativas: “Todas estas distracciones del Congreso en estos días perjudican al mercado laboral, a partir de una agenda opositora que demuestra que no quieren que haya éxitos en este frente”.

¿Más calidad?

El total de trabajadores registrados en marzo fue de 12,294 millones, 187.300 más que un año atrás pero 14.000 menos que en febrero. A contrapelo de la dinámica de 2017, cuando el empleo formal estuvo fuertemente impulsado por la inscripción de monotributistas, en el tercer mes de este año la única categoría que creció fue la de asalariados del sector privado, que avanzó 1,3% interanual y 0,2% en la comparación mensual desestacionalizada. Los funcionarios de la cartera laboral hicieron hincapié en ese dato y se entusiasmaron: “Hay un menor crecimiento pero de mayor calidad”, dijeron e incluso plantearon que podría tener que ver con la puesta en vigencia del mínimo no imponible para los bajos salarios.

“La principal causa de la desaceleración del empleo es la fuerte desaceleración del monotributo”, que acumula varios meses de retroceso, argumentaron, aunque no explicitaron ninguna hipótesis sobre los motivos de esa caída. Al ampliar el plano, sin embargo, se ve que en la comparación interanual tanto el monotributo (2,4%) y el monotributo social (9,1%) como el trabajo en casas particulares (3,1%) crecieron más que el empleo privado en relación de dependencia.

Sectores

En el trabajo asalariado privado, la mayoría de las ramas tuvieron subas. ¿Las excepciones? La pesca, que cayó 0,6% contra febrero (sin estacionalidad), y la industria, que retrocedió 0,1% y sigue sin encontrar un piso. El sector manufacturero, el que ocupa a más empleados formales en relación de dependencia, destruyó 15.100 puestos en los últimos doce meses, en una sangría que no se detiene desde principios de 2016.

En cambio, los principales motores de crecimiento fueron las Actividades inmobiliarias y empresariales (que generaron 5.200 empleos en marzo), Hoteles y restaurantes (2.000), Construcción (1.400), Comercio (1.300) y Enseñanza (1.300).

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